Ser trabajador en tu propia empresa, por Víctor Palau

Hoy es el día del trabajador y suelo replicar este texto casi cada año. Un día de fiesta laboral en el que no sé porque siempre acabo trabajando.

Un día en el que se suele reivindicar los derechos de las personas empleadas por otros, los trabajadores. Y siendo, seguro, justas y necesarias todas las manifestaciones y peticiones, en días como estos y en momentos en los que nos encontramos me hacen gracia muchas de las cosas que dicen los trabajadores, los empleados por otros. 

Trabajadores que se olvidan que hay otros que también lo son. Los propietarios de las pequeñas y medianas empresas. Esos jefes que decidieron un día montar esa empresa en la que trabajan y que por tanto también son trabajadores. 

Yo les invitaría a todos los que no se acuerdan de ellos y que hablan de sus jefes como si no fueran trabajadores a que montaran una empresa. Que lo probaran un par de años, a algunos un par de meses les bastaría. 

Que probaran a experimentar la experiencia de conformar y gestionar a un buen equipo, que empezaran a pagar la infinidad de impuestos, las inversiones en equipos que no acaban nunca, que adecuaran un espacio para que sea confortable para todos… para empezar.

Me gustaría que hicieran el experimento y que lo vivieran de primera mano. Qué aprendan a calcular el valor de su trabajo, el valor de una hora, que aprendan a casar todos los números una y otra vez. Que probaran a dormir cuando las cosas no cuadran. 

Qué inviertan meses y años en formar y enseñar a ese equipo. Darles toda la confianza a personas desconocidas, motivarlas cada día para inspirarlas y abriles caminos, con respeto, honestidad y mucho mucho dinero. Todo para que se conviertan en colaboradores y no trabajadores, en amigos y no en enemigos. 

Qué experimenten también lo que es fracasar y meter la pata. A que cada vez que haces algo y no sale bien palmas pasta y sobre todo energía y vitalidad moral. 

Qué sintieran y aprendieran a encajar las críticas que te lanzan día sí día también. Es como tener un hijo. Todo el mundo sabe hacerlo mejor que tú pero por la noche te quedas solo con el niño llorando sin parar.

Me gustaría que vivieran lo que es que acabes dudando hasta de si vales para esto. Me encantaría que experimentaran este ‘síndrome del impostor’ que significa montar una empresa.

Me gustaría también que experimentaran lo que es sufrir cuando las cosas no van bien y tienes que mirar a los ojos a alguien y despedirlo. Algunas veces con toda la razón del mundo y otras con la mayor de las injusticias. Y ya no digo lo que significa pagar por despedir a alguien que no hace bien su trabajo y que te deja el negocio patas para arriba. Es como si te roban la cartera pero a lo bestia. 

Esos trabajadores que a la mínima ya no se acuerdan de nada de lo que se ha hecho por ellos y desconfían hasta de su sombra. Entonces solo se acuerdan de sus derechos y de salvar su culo. Agradecimientos por lo vivido, aprendido y experimentado, cero.

Me gustaría que intentaran ser el jefe ese que se supone que gana mucha pasta y no hace nada. Ese que, sin distinción, se despierta a las 3 de la mañana con miles de cosas en la cabeza y que no descansa ni los días de vacaciones. 

Ese jefe que tiene que oír que es un explotador porque hace un ERTE. Ese jefe que no tiene ni un solo plan de protección, ni paro, ni indemnización ni despido ni finiquito ni na de na. Y si hablamos de la jubilación que le espera es ya para llorar.

Ese jefe, esa empresa, que cada vez que viene una crisis como la de antes o como la de ahora ven como todo su futuro se va por la alcantarilla y esos trabajadores que tanto se quejan se llevaran sus indemnizaciones, sus ayudas estatales y 2 años de paro –antes bajas y excedencias–, mientras los propietarios de la empresa en la que trabajan se van a llevar una deuda impagable y cero en ayudas. 

Me encantaría que muchos trabajadores experimentaran, sintieran como la gente ve a las empresas y los empresarios como un mal en sí mismo. Que experimentaran durante un tiempo todo esto, y me da qué cambiaria mucho su percepción de tener una empresa y la de ser empresario. 

También me gustaría ver a esos que se dedican a robar el dinero público y a vivir de ello haciendo proyectos sin riesgo, siempre a costa de los demás. Porque de estos hay más de los que nos damos cuenta. Me gustaría verles gestionar las cosas que hacen pero con su propio dinero. Me la juego a que no harían nada. 

Me encantaría que experimentaran esa vida sin red que es la de tener una empresa. 

Una vida que no la cambio por ninguna otra y con la que se aprende a vivir sin la ultra seguridad laboral de un trabajador pero en la que se vive, experimenta y disfruta más que cualquier otra cosa. Y no es por dinero, es por sacar adelante un proyecto en el que crees más que en ti mismo. 

Ojalá el próximo 1 de Mayo también se acuerden de esos otros trabajadores que son los autónomos y pequeños empresarios. Esos también son, para mí, trabajadores.

Feliz Primero de Mayo. Día de TODOS los trabajadores.

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