Llamada a proyecto: ¿qué podemos mejorar?

El número 8 de la Revista Gràffica El diseño en el sector público está dedicado a explorar la relación entre los creativos y los clientes públicos. Con punto de partida en Valencia, donde se institucionalizó el concepto, las llamadas a proyecto han comenzado a incluirse y valorarse como un modelo interesante de encargar proyectos públicos bajo los pretextos más justos posibles. La primera institución pública que lo llevó a cabo con éxito (tras dos intentos fallidos) fue Betevé, canal de televisión local dependiente del Ayuntamiento de Barcelona pero, desgraciadamente, no todas las llamadas a proyecto que se han puesto en marcha se han realizado de la misma forma. A pesar de la buena voluntad de este modelo, todavía necesita madurar.

Ilustración: Luis Demano.

«A la hora de seleccionar la mejor propuesta o profesional resulta evidente que no todo vale. Partiendo de esa base, es evidente que cualquier cliente va a querer contratar a quien le va a realizar un buen trabajo. Para ello, la trayectoria y experiencia se convierte en imprescindible y, de la misma manera en que para optar al Premio Nacional de Diseño se debe acreditar una trayectoria de al menos quince años de reconocido prestigio en el sector, también debería ser exigida una determinada trayectoria para los trabajos públicos. Ello deja fuera de toda posibilidad a los estudiantes o aprendices, o a aquellos profesionales con un corto recorrido todavía a sus espaldas a pesar del más que posible talento que tengan. Sin embargo, nunca se le ocurriría a nadie dejar en manos de un alumno el pilotaje de un avión sin cierta certificación u horas de estudio y actividad profesional previa. Lo mismo pasa aquí.

Por otro lado, está el tema de la especialización.

Si un organismo público quiere editar un catálogo, parece de cajón que deba buscar a un diseñador especializado en editorial para llevar a cabo esa función.

De la misma manera, si lo que se desea es cambiar su identidad visual, puede que ese mismo profesional no disponga de los conocimientos suficientes para desarrollarla, y tenga que ser un creativo especializado en branding quien se ocupe de ello. Parece obvio.

Las llamadas a proyectos, sin embargo, no exigen una especialización como tal, y abren el campo a un conjunto de profesionales que quizá no están lo suficientemente preparados en territorios creativos en los que no son expertos.

Por extrapolarlo a otro ámbito: no es lo mismo…»

Puedes encontrar el reportaje íntegro en el octavo número de la revista Gràffica ‘El diseño en el sector público’. Si quieres la versión digital de la revista, la puedes conseguir en Android iOs.

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