No han sido pocas las voces que han cuestionado si la salud femenina necesita un cambio de diseño, packaging, o, en definitiva, de mentalidad. Sucede lo mismo cuando se habla de salud sexual. En la creatividad está la respuesta para enfrentarse a estos retos.
El tabú en torno a la salud femenina lleva persiguiendo a la sociedad desde hace siglos. Un rápido vistazo a los anuncios que aparecen en televisión sobre compresas o tampones da buena cuenta de ello. Mujeres felices, sonrientes, y resueltas «eligen» determinados productos para empoderarse y llevar con alegría su menstruación. «¿A qué huelen las nubes?» u «Hola, soy tu menstruación» son algunos de los mensajes que se propugnan desde la pantalla. No son pocas las voces discordantes que han criticado este tipo de campañas y han demandado una aproximación más real a estas cuestiones.
Afortunadamente, dichas voces han generado un eco ya imposible de acallar. Muestra de ello es la marca británica Callaly, que de la mano del ginecólogo Alex Hooi y el emprendedor Thang Vo-Ta aterrizó en 2018 en el mercado de las compresas y tampones para desmontar los prejuicios que existen en la industria alrededor de estos recursos. Su objetivo es cambiar la concepción y experiencia en el cuidado de la menstruación. Para ello, la marca se aventuró con un tampón dos en uno nada más estrenarse en el mercado. Desde entonces no ha hecho más que engrosar su oferta de productos, entre los que destacan sus tampones y forros de algodón.
Ofrecer un producto diferente no basta.
Desde la marca han trabajado con el estudio londinense Design Bridge, que se ha encargado de desarrollar su identidad visual y crear un packaging destinado a contener los productos individuales y también los paquetes personalizados que la usuaria de la marca puede adquirir.
Las cajas y envoltorios de Callaly presentan coloridos patrones en amarillo brillante, y azul y rosa pastel. Todo está realizado con materiales compostables y biodegradables, y las cajas están compuestas por cartón reciclable. Cada caja, además, se despliega para revelar información sobre la empresa y sus credenciales ambientales. Desde el estudio han sostenido que el objetivo que perseguían era «desafiar las normas» de este sector y crear algo que la gente «realmente disfrutara recibiendo y abriendo».
Mediante diseños divertidos y colores atrevidos, el packaging de Callaly presenta una imagen cálida y amigable que huye de los clichés habituales asociados a este cuidado femenino. Una alternativa a los productos tradicionales que, además de repensar su diseño de forma consciente, no abandona la corriente ecologista que insta a que se repiensen los materiales que se usan y cómo de reciclables son.
Otras marcas que están cambiando la salud femenina y la salud sexual
La marca HANX está tratando también de aportar una diferencia dentro del sector de la salud sexual. Para tratar de rebajar (o eliminar) la vergüenza que muchos de sus compradores y compradoras tienen a la hora de adquirir anticonceptivos, la marca (fundada por una ginecóloga y una banquera) ha creado crear una gama de productos de salud sexual aprobados médicamente y diseñados con elegancia.
Entre sus productos, destacan los condones, que definen como «suaves, limpios, perfumados y veganos». La marca ha usado el blanco y el dorado para configurar las nuevas cajas y envases donde se integran los condones, confiriendo un minimalismo que habitualmente no se ha tratado en este sector, donde han primado los colores brillantes y llamativos hasta el momento.
Otras marcas, como Thinx, también están abordando la salud femenina desde el humor y el ingenio. Sus productos más conocidos son una línea de bragas que absorben la regla, un método alternativo y más ecológico que el de llevar tampones o compresas. Desde la marca tampoco han dejado pasar la oportunidad de concienciar al respecto, como demuestra un anuncio en el que se plantean qué pasaría si fueran los hombres los que tuvieran la regla.
Bodyform, una marca británica de compresas, ha querido también lanzar un mensaje: el de que la sangre, pese a lo que se muestra en los anuncios, es de color rojo. Una de sus campañas muestra directamente una compresa manchada de sangre y reivindica que es algo normal que no debe esconderse. El spot es obra de la agencia Abbott Mead Vickers BBDO, que también se encargó de realizar el siguiente vídeo (que ha cosechado numerosos galardones).