El escenario que nos presentan las grandes marcas como Nikon, Canon y Sony no es demasiado halagüeño para las cámaras DSLR ni para sus acérrimos usuarios. Cada vez está más claro; las DSLR están sucumbiendo ante las cámaras mirrorless.
El hecho de que las marcas top de fabricantes de cámaras estén redoblando sus esfuerzos en sus modelos mirrorless (sin espejo), es el más claro indicativo de que las DSLR tienen los días contados.
Aunque no será en un futuro inmediato, todo indica que las próximas cámaras profesionales serán aquellas que prescindan de los espejos de las réflex y sustituyan los visores ópticos por los avanzados visores electrónicos.
Este cambio está motivado por la búsqueda de las mejoras que supone la reducción de elementos mecánicos, las ventajas de un visor electrónico para la filmación de video, las ilimitadas posibilidades de adaptar casi cualquier óptica del mercado y la ligereza y el menor tamaño que se consigue al eliminar los espejos y visores ópticos.
Cámara DSLR Este tipo de cámara son las Digital-SLR (Single Lens Reflex), es decir las cámaras réflex digital de un solo lente, cuyo soporte de almacenamiento de la imagen capturada es un sensor electrónico, en lugar de la película de 35 mm empleada en la fotografía química. En su interior se sitúa un espejo que refleja la luz que llega desde el objetivo a un visor óptico. De esta manera, el usuario puede ver lo que va a fotografiar directamente a través del lente; es decir, la imagen se refleja. De ahí el término ‘reflex’. Entre sus características más importantes está el empleo de sistemas de control para la automatización de la mayoría de los mecanismos, tanto de dispositivos de obturación, sincronización con flashes (tanto internos como externos), y en general la mayoría de funciones de la cámara, aunque se siguen comportando en la mayoría de aspectos (enfoque, disparo, estabilización) como dispositivos electromecánicos al igual que sus predecesoras. En la mayoría de los casos mantienen las mismas características en cuanto al sistema réflex tradicional, popularizado mundialmente desde la Nikon F de 1959.
Así lo opinan algunos fotógrafos como Enrique Pacheco, quien en su web explica: «Para alguien como yo, que dispara cerca de 200.000 fotografías al año, el prescindir de elementos mecánicos como el espejo disminuye claramente las posibilidades de fallo de la cámara durante el trabajo».
También comenta que «mi trabajo se divide en fotografía y video casi al 50%, así que el visor óptico es para mí un gran impedimento. Si alguna vez has usado tu DSLR para grabar video, habrás sufrido el problema de no poder mirar por el visor óptico ya que al activar el live view, el espejo se levanta anulando por completo dicho visor. Si estás en un interior quizá no sea gran problema, pero si estás en un exterior con mucha luz, habrás comprobado que es imposible encuadrar bien, y mucho menos enfocar con precisión en la pequeña pantalla de tu DSLR, la cual se ha convertido casi en un espejo debido a la luz. La solución era comprar un visor electrónico tipo zacuto, el cual vale unos 1.000$ y es casi tan grande como tu DSLR».
Otro factor importante que acabará matando las DSLR son las cámaras de los móviles y su cada vez más alta calidad, así como sus múltiples opciones como el modo retrato.
Y, aunque los móviles no sustituirán a las cámaras de nivel profesional, no sería extraño que sí lo hagan con las DSLR, sobre todo si pensamos que ya acabaron con las cámaras compactas.
Por todo ello, parece que la muerte de las cámaras DSLR no está demasiado lejos. Pronto las veremos relegadas, ocupando el lugar de la nostalgia como lo han hecho las cámaras compactas o acudiendo a los espacios comunes de los usuarios más hípsters donde se encuentran las cámaras lomográficas y las instantáneas.
Actualizado 21/09/2019