La historia relata cómo los ‘cinco grandes’ de Bruguera se marcharon de la editorial para crear su propia publicación, ‘Tío Vivo’. Josep Escobar, autor de Zipi y Zape o Carpanta; Conti, padre de Carioco; Cifré, creador del reportero Tribulete; Peñarroya, de Don Pío; y Eugenio Giner, que había inventado las historietas de ‘El Inspector Dan de la Patrulla Volante’ para la revista Pulgarcito.
«Averigüé cuáles eran las tapas de los bares de Barcelona en los 50, cuántos goles marcaban Suárez y Kubala cuando ni siquiera existía el Camp Nou, qué contaba el No-Do, y, sobre todo, qué se cocía en los despachos de una editorial de la que siempre se supo poco. Siempre me preguntaba cómo sería aquello, cómo eran los dibujantes, cómo trabajaban. De vez en cuando salía un dibujo y yo lo miraba como algo maravilloso, algo así como la fábrica de chocolate de Willy Wonka».
Apenas dos años después, regresaban a la empresa hundido su proyecto por el poder que tenía Bruguera. No llegó ni a salir a los quioscos. Era 1959 y hacía frío, era el invierno que no enseña Paco Roca en ‘El invierno del dibujante’ (editorial Astiberri), que sale a la venta el próximo 26 de noviembre.
«Fue un hecho sin precedentes a nivel mundial. Que en la España franquista cinco autores decidiesen arriesgarse así, creando su propia revista. Buscaban por un lado la libertad creativa y por otro, luchar por lo que era suyo, por sus personajes. Si Bruguera se estaba haciendo rico con su trabajo, ellos también querían hacerse ricos».
Una historia con un tono de color que nos traslada al blanco y negro del No-Do, con un gran despliegue de escenografía y la complejidad de trabajar con muchos personajes siempre en escena. Con 5 protagonistas en una misma peli [hasta los grandes directores tienen problemas] que la mano firme al dibujar de Paco ha dirigido magníficamente.
+info: PacoRoca.com