En nuestro anterior artículo hablábamos de cómo se separaban los elementos de una enumeración, de las comas y de los puntos suspensivos. En alguna ocasión, para conseguir determinados tonos en la lectura nos puede interesar sustituir el punto que termina frase por los puntos suspensivos. El punto final produce una sensación muy tajante de que no hay vuelta atrás y puede ser que prefiramos concluir la frase con una sensación mucho más “vaga” de cierre: “Estoy tan cansada…”. En este caso, los puntos suspensivos anulan al punto que cierra frase: es incorrecto, aunque algunos lo pongan, escribir tres puntos y luego un cuarto punto para cerrar (menudas vistas….). Eso sí, debemos matizar que aunque los puntos suspensivos anulan al punto final, no sucede lo mismo con el punto abreviativo, por lo que si una palabra llevara el punto que indica abreviación y luego hay puntos suspensivos, deberían aparecer cuatro puntos y no tres: calle Dios, 3.ª entpl….
Los puntos suspensivos han de ser siempre tres y se escriben sin espacio tras la palabra a la que siguen. No son exactamente tres puntos seguidos, sino como dice Millán en su libro Perdón imposible (2005: p. 82) “son un poco más pequeños y más juntos que los normales. En algunas opciones del procesador de textos (…) el programa cambia automáticamente las tres pulsaciones de la tecla punto por el signo de los suspensivos, que ocupa el espacio de un solo carácter”.
Actualizado 06/02/2015