La Diputación de Sevilla ha lanzado su nueva identidad visual, desarrollada por Fernando Sánchez Estudio, en un intento por proyectar una imagen más moderna y dinámica. Esta nueva propuesta busca representar valores como la cohesión social y territorial, sustituyendo el antiguo logotipo rígido y cuadrado por un diseño de líneas curvas y fluidas que simbolizan apertura y flexibilidad.
La nueva imagen de la Diputación de Sevilla gira en torno a la fusión tipográfica de la D de “Diputación” con la S y la e de “Sevilla”. Sin embargo, uno de los aspectos más controvertidos es la legibilidad de esta “D”, que a primera vista resulta difícil de identificar. Este problema de lectura puede afectar negativamente a la función comunicativa de la marca, aunque cabe destacar que la composición en conjunto podría llegar a alcanzar suficiente iconicidad con el tiempo, lo que le permitiría funcionar como un símbolo reconocible por su forma visual más que por su legibilidad directa.
Además, la S y la e presentan un aspecto que se siente extraño desde un punto de vista tipográfico. La integración de estas letras resulta algo forzada y no fluye con la naturalidad que cabría esperar en un logotipo que pretende ser ágil y contemporáneo. Este contraste visual y tipográfico entre los elementos genera cierta disonancia que puede percibirse como un fallo en el equilibrio de la composición.
El uso de una tipografía geométrica, si bien es legible y clara, parece una elección que podría considerarse algo desfasada en el contexto del diseño gráfico actual. En un panorama donde las tipografías más orgánicas y humanistas están ganando terreno, este tipo de geometría estricta, aunque sólida, puede transmitir una sensación de estar anclada en el pasado. Aunque se evidencia un claro esfuerzo por modernizar la imagen de la Diputación, la tipografía escogida podría haber estado más alineada con las tendencias contemporáneas, aportando un aire más fresco y actual.
A pesar de estas críticas, no cabe duda de que la nueva identidad visual representa una mejora respecto al antiguo logotipo, que ya mostraba señales evidentes de necesitar una actualización. La propuesta actual es más versátil y adaptable a múltiples formatos y medios, como el entorno digital, lo que la convierte en una herramienta más eficaz para la comunicación moderna.
Oyer Corazón, hijo del diseñador del anterior logotipo, el Maestro Alberto Corazón, valora positivamente la actualización, destacando la pregnancia visual y la funcionalidad del nuevo diseño, así como la acertada simplificación del nombre completo de la Diputación a un acrónimo más accesible, “DSe”. En sus palabras, “la elección tipográfica combina legibilidad y personalidad de manera excepcional”, aunque también admite estar expectante por la recepción pública y cómo se comunicará este cambio. También será interesante como este nuevo logo se desarrolla en un verdadero plan de branding que generé una nueva identidad que no sean simples adaptaciones mock up de marca a diferentes soportes.