Notas al pie: Luces y sombras del Mad2011


Foto: RSNY

Ayer entre tacones de aguja, gafas de pasta, camisas planchadas, piercings, calvos, peludos con barba de una semana, iPads e iPhones a rebosar… cerró el festival de diseño más importante celebrado en Madrid.

Como cada evento de este tipo, al salir, el público comenta y resume lo que han sido dos jornadas intensas. Este año ha habido mucha mayor disparidad de opinión que otros años y otros festivales. Mucho más visibles también gracias a la inmensa cantidad de tweets que se han generado. El año pasado apenas unos 20 personas twiteando, este año más de 200. Ver timeline #mad2011

Están los más entusiastas y primerizos que les va cualquier cosa y que con la excusa pasan un fin de semana divertido en Madrid. «¡Genial! ¡Alucinante! ¡Donde es la fiesta esta noche!» También están los que con un blog les han regalado una entrada y a cambio de difusión gratuita ya les va bien.

Los que han pagado su entrada religiosamente o incluso la Masterclass, la opinión ya se afina. «Pues las Masterclass han sido unas MasterCa$h», opinaba alguno por el twitter. Otros perfilaban a cada ponente con precisión de cirujano. Es normal que haya gustos para todo.

Lo cierto es que ha habido momentos memorables y únicos como la gran conferencia y sobre todo la ovación que se ha llevado ‘Puño’ que le ha obligado a subirse de nuevo al escenario para recoger los aplausos (ver video). Es la primera vez que pasa algo así en MAD y eso que en años anteriores ha habido ponentes de altísimo nivel. Bueno, solo Alex Trochut hace dos años y el año pasado Isidro Ferrer pueden igualarse pero por otros motivos.

Pero siendo realistas, hay algunas cosas que son incomprensibles en un festival de este nivel. Con un presupuesto superior a los 100.000 euros es casi imperdonable traer a ‘amigos’ para que cuenten sus pequeñas batallas. Y lo de amigos no lo decimos nosotros, lo dice el propio presentador cuando les invita a subir al escenario.

Incluso en algunos casos uno se pregunta de donde los han sacado. El personaje que ha cerrado el festival Ze Frank, un supuesto gurú de proyectos virales, ha sido una especie de Jim Carrey sin rumbo y sin sentido. No hace falta traerse a alguien así desde Estados Unidos, en España hay cientos de tipos que hacen cosas mejores, más interesantes e intructivas para los presentes.

Del primer día Mariscal se salva por los pelos, al que ya le toca cambiar la presentación de Chico & Rita. Xavi es siempre un alma libre que para los que lo ven por primera vez resulta divertido, cañalla, socarrón, irreverente e increiblemente creativo en todo lo que hace.

De ayer, ILM que con mostrar pequeños destellos de lo que hacen ya es suficiente para dejarte con la boca abierta. Los efectos especiales de la factoria de Georges Lucas están en otra liga. Con 400 personas trabajando para hacer los efectos de películas como Terminator o Piratas del Caribe es algo que se nos escapa.

Pero sobre todo David Peña ‘Puño’. Dio una clase magistral. Con un tono desenfadado y sincero fue atrapando al público en una historia sobre la lógica del dibujo, de como aprender a dibujar, enseñó un método o decálogo con ‘once’ puntos que hay que tener en cuenta a la hora de trabajar e incluso se permitió el lujo de explicar como copiar bien o como ganar un concurso. Se gano un grandioso aplauso con gente de pie a grito pelado. Invítenlo a una de sus fiestas o saraos de diseño. Valor seguro.

Conclusión. Este año es para nosotros el más flojo de todos. Salvo un par de excepciones grandiosas el resto ha sido bastante decepcionante. Con presentaciones que pueden verse perfectamente en la web del ponente, que apenas aportan alguna anécdota o chascarrillo. Vasava, cuyo trabajo nos encanta, es un claro ejemplo.

Los eventos de diseño pueden matar la gallina de los huevos de oro sino empiezan a plantearse seriamente espacios donde se recupere el espíritu de dar a conocer, aprender, divertirse y conectar con el público. Si se convierten en fiestas privadas en las que los diseñadores hambrientos de experiencias y sensaciones van solo a vivir o sentir el éxito de otros como propio y así pagar la factura a los VIP acabaran cerrando por falta de público, algo que por cierto no ha faltado en esta ocasión. Alrededor de 2.000 personas y eso que estamos en crisis y este año hay más festivales de diseño que setas en el monte.



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