Anuario de Ilustradores; un mural para pasar el verano argentino

Antes de la inminente publicación que festeja sus primeros diez años, Anuario de Ilustradores conquistó las paredes del Centro Cultural Recoleta con una sucesión de ilustraciones en blanco y negro, cuya escala conquista la atención del público selfie.

Por medio de una constelación de tramas, huellas y figuras, Insolación despliega una serie de Imágenes tropicales que coinciden con un mes de enero estival (“¡el siempre desproporcionado, hermoso, bestial, dulce y desaforado verano!”, según la convocatoria) apto para las pequeñas celebraciones. Los autores del mural utilizan una técnica de pintada con habilidad urbana, entre la expresión esotérica, el nuevo muralismo –una diversidad de géneros ornamentales y simbólicos– y el doodle –del cuaderno de bocetos a la gran escala– que legitima una obra coral sin epígrafes.

¿Qué relatan las imágenes? Según Pablo Derka, uno de los participantes y miembro del colectivo «la idea original considera al verano como una dualidad: reconfortante/agobiante, creador/destructor. Queríamos desvincularlo de una lectura “pasteurizada” y volverlo más complejo, incluso indeseable por momentos: si de un lado estaba el verano como “época de goce”, también debía estar su lado oscuro, su alter ego, que llevó a la idea de “Insolación” como superlativo del sol y el calor». En la perpectiva del mural, –según el autor–, para encontrar su sentido el espectador debe someterse a su escala, para tener una relación más pareja hay que abandonarlo.

En la apertura del ciclo 2017, las amplias paredes del Centro Cultural Recoleta se llenan de una serie de imágenes, ya no en términos de arte, sino de ilustración de autor que conquista espacios a fuerza de empeño y formas de producción colectiva. Por medio de pintura látex sobre pared y una diversidad de técnicas «queríamos hacer figuras grandes, de una escala que “empequeñezca” al espectador y obligue a verlas con distancia, pero que al mismo tiempo ofrezcan una dimensión íntima y rica en detalles que sólo se apreciaría de cerca», señala Derka. «Por eso las figuras están muy trabajadas internamente con diversidad de texturas y patterns, hechos a partir de instrumentos y materiales diversos: sellos, esponjas, máscaras, pinceles gastados, hilos, palitos, bolsas, etc.». Un lenguaje visual homogéneo que funciona como una unidad antes que una sumatoria, y al mismo tiempo deja espacio para la expresión individual.

Participaron del mural de verano de Anuario de Ilustradores Cintia Andriani, Pablo Derka , Carmen Gorosito, Nicolás Lassalle, Matías Malizia, Samanta Mitchell , Mariana Paolin, Lucía Sibila Pujadas, Lucía Reynoso, Luz Riegelhaupt, Carolina Santantonin, Nico Sarsotti, Verónica Scherini, Agustín Sciannamea, Marcos Sciannamea , Federico Scollo , Lucía Sidelnik, Martina, Trachtenberg, Dan Waisman, y Dani Parasporo. El mural se puede visitar hasta fines de febrero en Buenos Aires.

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