Marc Morillas: «El mundo debe ver lo que somos capaces de hacer en este país»

Recibir una mención especial en los Premios Nacionales de Diseño es seguro una cima alcanzada pero a veces son muchos los que han ayudado a coronarla. Es el caso de Marc Morillas que tras el galardón marca muy claramente de donde viene y a donde va, y a donde deberíamos ir todos. Un Premio Nacional es la culminación a muchos años de trabajo ¿Es un premio a tres generaciones? Sin duda alguna es un premio que reconoce las trayectorias de mi abuelo Antoni y mi padre Lluís. La audacia del primero y la valentía del segundo es algo que nos ha definido a lo largo de más de 62 años de oficio y que hoy España reconoce. Creo que ambos se han entregado a la profesión sin condiciones, sabiendo crecer y evolucionar con ella, logrando fusionarla prácticamente con el ADN familiar. Desde que tengo uso de razón, en casa se ha respirado diseño y toda interpretación de la vida, siempre así en base al prisma de la profesión. Así que creo que hoy, se reconoce sin duda la contribución de dos grandes monstruos del diseño español. ¿Cómo ve la situación del diseño en una España que a veces parece abrazar la estética más exquisita y otras veces tiene un mal gusto impresionante? ¿Qué es lo que más le gusta del diseño nacional y lo que menos? Lo que más me gusta, sin duda, es el talento detrás de lo que algunos llaman el "Typical Spanish Design". Su desfachatez y atrevimiento, cuando se le permite investigar y conceptualizar sin tapujos o complejos de inferioridad, es absolutamente apabullante y creo que tiene un potencial casi infinito. Es verdad que en España la picardía hace que algunas veces nos pasemos de listos, y si además tenemos la capacidad de endiosar a según qué lazarillo, pueden acabar apareciendo corrientes de vergüenza ajena, pero no creo que sea la norma general. Yo diría que en general a España no le va mal, pero creo que es imperativo lograr un paso adelante como sociedad a nivel de criterio. El diseño es una herramienta imprescindible para lograr que las sociedades progresen, y hay que dejar que esta provoque y remueva consciencias. Nuestra responsabilidad es contribuir a que España siga creciendo y evolucionando en criterio y estética, pero eso solo lo lograremos si entendemos que el diseño es y debe ser para todxs. ¿Qué le hace falta al sector del diseño para convertirse en una verdadera industria? Aunque yo creo que ya es una industria de facto y bastante reconocida, sí que de entrada le haría falta menos egos, envidias y personalismos. Y de vuelta, entender que defender el valor de la profesión es clave para lograr darle al diseño el lugar que se merece en el ecosistema empresarial. Hace poco fueron reconocidos como una de las 12 mejores agencias del mundo por la prestigiosa World Brand Design de Londres… ¿Hay que irse fuera para que se reconozca lo que se hace en casa? Yo creo que no, lo único que se nos metió entre ceja y ceja lograr que el diseño español logre el reconocimiento que se merece a nivel internacional. Más allá de premios o reconocimientos individuales por los que estamos muy agradecidos, nuestro propósito es superior a nuestra existencia. Si o si el mundo debe ver lo que somos capaces de hacer en este país, y hoy por hoy, gracias a la globalización y a la tecnología, tenemos una oportunidad única de lograrlo. Todos conocemos lo que hace Morillas, pero siempre desde una perspectiva externa, del resultado final. ¿Qué hace Morillas dentro de casa, que pasa en la cocina de un restaurante con muchas estrellas de calidad? Evitar obsesionarse con los menús degustación. A todo el sector (incluidos nosotros) nos gusta tirar de finas hierbas y producto de la mejor de las lonjas, pero para nosotros es clave no caer en la tentación de lo elitista y selectivo. Me obsesiona hacer todo lo posible para que el diseño inocule cuantas más industrias mejor, sabiendo que la intensidad formal puede variar. Pero no podemos dejar a nadie atrás. Ahora mismo, a nivel personal, ¿qué es lo que más le importa? Entrenar el ojo, cuanto más mejor. Y para ello la cultura es clave. Una área que en nuestro país está permanentemente en la UCI y no puede ser. Acabamos de perder a un gran mecenas en Cataluña como Antoni Vilacasas, y cada vez quedan menos personas que vivan el propósito de proteger y promulgar cualquier ejercicio cultural. Si la cultura sale de la UCI para ir a la morgue, ese día, nada por lo que hemos trabajado habrá tenido sentido. ¿Es usted de los que cuando ve algo mal diseñado piensa ‘yo lo haría mejor’ o simplemente no sufre por lo que hacen los demás? Progreso vs. Perfección. Siempre intento ver de dónde venían y si han logrado mejorar algo. Si es así, duermo tranquilo por muy mal perder que pueda tener. ¿Cómo ve a los que vienen por detrás? Con una libertad de pensamiento envidiable, pero a veces con un talento desaprovechado. Debemos hacer todo lo posible para que la gente joven se quede y pueda crecer en el sector. Forman parte del futuro de este país y nuestra es la responsabilidad de no perderles por el camino. Luis Morillas titula su libro más reciente ‘Aquí lo dejo’, con el Premio Nacional, Marc Morillas ¿también lo deja? Algún día lo dejará, pero seguramente con los pies por delante.

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