Cuando llega a tus manos un cómic que ha sido premiado en Angoulême, sabes que tienes que detenerte y abrir sus páginas.
El sello de calidad está intrínseco, y como poco, sabes que el material que vas a encontrar no va a dejarte indiferente. Eso es lo que le pasó a quien suscribe estas líneas con Malas Compañías, de la dibujante coreana Ancco.
Malas Compañías (Astiberri, 2019) es un cómic extremadamente duro y hermoso a partes iguales, que ahonda en la adolescencia y los oscuros pozos en los que uno puede caer sin darse cuenta. Un trabajo que fue reconocido con el Premio Revelación en el Festival de Cómic de Angoulême 2017, y una joya tanto por el tema que aborda y por cómo lo aborda.
La autora, Ancco (Seongnam, Corea del Sur, 1983) rememora su propia juventud. A través del blanco y negro de su lápiz, la autora retrata su pasado como una etapa sombría, de una dureza brutal, pero donde todo sucede como parte de rutina de forma natural.
Para entender la historia hay que ponerse en situación. Estamos en la Corea del Sur de los años 90 que sufre una grave crisis económica. La violencia se masca como algo normalizado en todos los ámbitos donde la protagonista se mueve: su hogar, su barrio, su colegio, entre sus profesores y sus amigas. La sociedad que describe Ancco está rota y no se atisba ningún horizonte; una sociedad que para nada tiene que ver con la Corea tecnológica alabada internacionalmente.
En esta sociedad, los adultos no son conscientes de que la juventud es algo sagrado, todo lo contrario. Sin embargo, esta etapa confusa, llena de cambios, de sueños, de experimentación, de contrasentidos y vulnerabilidad, es el momento en el que uno empieza a tomar las propias decisiones, no siempre acertadas, que marcarán el futuro y el rumbo que se va a tomar en la vida. Eso le sucede a Jinju, la protagonista de este cómic. Una bad girl, rebelde y descarada.
Jinju fuma, se mofa de sus profesores, no vuelve a casa para dormir. Su padre no sabe reaccionar más que con los puños. En el instituto, son las antiguas alumnas las que propinan palizas a las nuevas. Ya sea en casa, en clase o en la calle, la violencia y los abusos sexuales están omnipresentes en la vida de las jóvenes coreanas. Con quince años, Jinju conoce a Jung-ae, con la que entabla una relación de amistad muy intensa, y ambas deciden fugarse. Esa amistad se convierte en su refugio, pero también en una peligrosa escapatoria hacia el mundo de los adultos y las trampas que este universo oculta. Lo que aparentemente era una liberación se convierte en un pozo negro hacia el alcohol y la prostitución con menores.
Sobre esa violencia, que Ancco retrata con un tono seco y demoledor, la dibujante afirma:
«El lector puede pensar que tuve una infancia muy oscura, pero es más complicado que eso. Cuando a una le pegan, no piensa que su vida es difícil. Duelen las costillas, la cabeza, una piensa en curarse. Mis amigas vivían lo mismo y nos divertíamos igual… Nunca se nos pasó por la cabeza pedir ayuda».
Malas Compañías, Ancco
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La crudeza de toda esta historia está magistralmente dibujada con el fino trazo de Ancco. Las expresiones de los personajes y las escenas, hacen que el lector inevitablemente empatice con las protagonistas de los diferentes relatos que se narran.
Afortunadamente, el cómic cuenta con final feliz —o por lo menos, medio feliz aparentemente—. Narrado en forma de flashback, sabemos que Jinju, el alter ego de la autora, encontró su camino en la ilustración y el cómic. También algunas amigas de su círculo cercano llegaron a superar esa etapa oscura de la adolescencia hasta llegar a ocupar cargos importantes en su vida profesional; pero ¿cuál es el desenlace de Jung-ae, su gran amiga? El final, mejor que lo descubra uno mismo.
FICHA TÉCNICA
Malas compañías
Ancco
176 páginas. Blanco y negro
Rústica con solapas. 17.0 x 24.0 cm
ISBN: 978-84-17575-41-0
Año de publicación: 2019
1ª edición Sillón Orejero