En el marco de Viñetas Sueltas, se inaugura por primera vez en Argentina la obra de la ilustradora Lilian Obligado. Una vida fascinante, entre la diplomacia, la alta sociedad y los fríos lagos de Suiza, que Lilian combinaba con viajes de trabajo a New York para visitar a sus editores. Una obra secreta para el gran público.
«A mí el universo de Lilian, del que conocía poco, me provocaba una fascinación sin límites», dice Clara Obligado, su sobrina. «No solo porque la gente que allí vivía o actuaba poco tenía que ver con lo que me rodeaba a mí, sino también porque era una persona muy particular. De ella sabía que su formación no había sido académica, y que la vocación, o el deseo de pintar, le había nacido en California, cuando tenía unos diez años y el mismo Walt Disney la había llevado de la mano a ver unos dibujos a lápiz, unas pruebas para su nueva obra: Bambi. Y, ya en Buenos Aires, fue a una academia, la del profesor Puig, donde, además de animales, aprendería a pintar retratos». Según Clara Obligado, «Lilian tenía una facilidad pasmosa para atrapar el momento, el gesto, la actitud». Atributos que la cotizaron, en especial en la ilustración de libros infantiles, espacio ideal para su talento.
Se inaugura en Buenos Aires Trazos de vida, la primer muestra en Argentina de Lilian Obligado, autora, ilustradora y editora de libros para niños. Nieta del poeta Rafael Obligado, a fines del 50, instalada en Estados Unidos, inicia su etapa artística más fecunda trabajando para grandes editoriales locales y europeas. Así es como con las editoriales Viking, Simon & Schuster, Random House, Golden Press, Western Publishing, Holiday House, Guild Press, Doubleday, Abelard, Flammarion y Gallimard publica más de ciento treinta libros. La activa colaboración de Lilian con estas editoriales continua hasta 1999. Sin embargo, de esa extensa lista de publicaciones se destacan dos en las que se mezclan el afecto familiar y la pasión por el dibujo: The Gaucho Boy, de 1961, con texto de Jorge Obligado –padre de Lilian– y The Animal Gifts, de 1994, donde ilustra un texto de su marido, el diplomático Szabolcs de Vajay.
«Lilian Obligado es un secreto increíblemente bien guardado», dice Marcelo Panozzo, Secretario de Patrimonio Cultural. «La frase, que suele ser utilizada como estrategia de marketing, es en este caso un hecho insólito y acaso una injusticia. Fuera de la Argentina desarrolló la mayor parte de su carrera profesional, dibujó más de un centenar de libros infantiles y juveniles para las editoriales más importantes del mundo y llenó decenas de cuadernos con bocetos que, como se ve en estas páginas, son un tesoro». Según Panozzo, Buenos Aires tiene hoy el privilegio de descubrir esta acumulación de talento. Lilian Obligado desarrolló fuera de Argentina la mayor parte de su carrera profesional.
Cosmopolita, a mediados de los 60 Lilian Obligado se muda a París, desde donde continúa produciendo su magnifica obra, a la vez que forma una familia. A finales de 1983 se instala en Suiza. Al margen de su trabajo comercial para editoriales, Lilian Obligado siempre dibujó. Es por eso que su acervo no solo cuenta con bocetos y estudios realizados para escenas, que luego aparecerían en sus libros, sino también con dibujos muy personales que nunca fueron publicados. A lo largo de los años, este conjunto de ilustraciones logró conformar un importante cuerpo de obra que se podrán disfrutar junto a su presencia a partir del 2 de noviembre en el barrio porteño de San Telmo.