El lettterpress o la impresión tipográfica, el sistema que inventara Gutemberg hace cinco siglos, ha experimentado durante los últimos años un renacer. La inmediatez y asepsia del diseño y la impresión digitales han hecho que hoy en día sepamos apreciar el valor añadido que aporta una impresión manual. Lola Espinosa –Oficio– experta en este oficio nos explica qué hay que tener en cuenta cuando empezamos a diseñar para letterpress. Tomad nota.
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Aunque podemos seguir diseñando en nuestro ordenador, el sistema de impresión tipográfico tiene ciertas particularidades que conviene saber antes de mostrar un diseño a nuestro cliente. Si sabemos qué va a funcionar mejor con este tipo de impresión podremos ofrecer los diseños adecuados y asegurarnos un resultado final óptimo.
1. No utilizar tamaños de letra muy pequeños
Dependiendo de la tipografía que estemos usando, no es recomendable utilizar cuerpos menores a 6 puntos, porque se perderían en el proceso de grabado (aunque en una tipografía de palo seco con el ojo grande podríamos utilizar hasta un cuerpo 4).
Si estamos utilizando el tipo en blanco sobre un fondo de color (impresión en negativo), el cuerpo debe ser de 12 puntos o mayor.
2. No utilizar filetes extrafinos
Los filetes deben tener como mínimo un grosor de 0,25 puntos. Líneas más finas no se reproducirían bien.
3. Cada color es una tinta y cada color extra encarece el presupuesto
A diferencia del Offset o la impresión digital, la impresión con máquinas tipográficas utiliza tintas planas, y cada color de nuestro diseño supone una tirada en la máquina. En letterpress se suelen utilizar solamente una o dos tintas, diseñar con tres o cuatro tintas puede quedar precioso, pero multiplica por dos o tres el precio del trabajo.
1+1 son dos, o sea, que aunque diseñemos negro por delante y negro por detrás, tu impresor te cobrará dos tintas, porque los trabajos han pasado por la máquina dos veces. Lo mismo sucede con el golpe seco (imprimir sin tinta), se considera una tinta más a efectos de presupuesto.
4. Las tintas son transparentes
Las tintas que se utilizan en tipografía normalmente son de base transparente, por lo que podemos buscar el efecto de superposición de dos tintas para obtener una tercera.
5. La tinta no cubre sobre papeles oscuros
Como las tintas son de base transparente, en tipografía es difícil obtener buenos resultados cuando imprimimos una tinta clara sobre un papel oscuro, la tinta no cubrirá totalmente y podremos ver el color del papel a través de la tinta. Se obtienen mejores resultados con una doble tirada (pasar el papel por la máquina dos veces), pero eso duplica el coste. Otra alternativa es utilizar tintas metalizadas pues son más cubrientes, así que añadiendo plateado al blanco, por ejemplo, se puede obtener mayor cubrición. Aunque, para este tipo de diseños es mejor recurrir a la serigrafía o a la termoimpresión.
6. Las masas de color no se imprimen bien
La impresión tipográfica no ofrece buenos resultados para áreas grandes de color, para eso es mejor recurrir al Offset, donde los fondos de color son opacos y regulares. Por otra parte, en grandes áreas de color la presión es más difícil de conseguir y de percibir.
7. No se pueden imprimir degradados
En la impresión tipográfica no se pueden imprimir degradados de un color, para eso se utilizan semitonos, con la consiguiente trama. Se puede obtener un efecto degradado de una o varias tintas, pero no se puede tener mucho control del resultado final, y cada impreso tendrá un degradado ligeramente diferente al anterior, pues las tintas irán mezclándose poco a poco.
8. Las tintas metálicas no brillan
Las tintas metálicas no brillan tanto en impresión tipográfica como en Offset. Principalmente por el tipo de papel que se usa, un papel algodonoso que absorbe el brillo metalizado, de tal forma que una tinta dorada parece más bronce que dorado. Con papeles satinados o estucados los resultados son considerablemente mejores, pero este tipo de papeles no admite bien la presión que, en definitiva, es el extra que deseamos ver en este tipo de impresiones.
9. Cuidado con la presión
Si lo que buscamos es la sensación táctil que ofrece imprimir con mucha presión, deberemos asegurarnos de que el papel que escogemos tiene suficiente grosor como para absorber esa presión; y con grosor debemos tener en cuenta tanto el gramaje como el volumen. Son recomendables los papeles a partir de 300 g, yo en mi imprenta utilizo siempre papeles de 350 a 370 g con un amplio porcentaje de algodón en su composición y con volumen. El papel que vemos en la mayoría de trabajos por internet es Crane Lettra 220 lb (600 g), un papel diseñado especialmente para imprimir con letterpress.
En un papel de 600 g se puede hacer mucha presión por ambas caras del papel. Sin embargo, en un papel de menor gramaje, si queremos abusar de la presión por el anverso, eso nos dejará una huella ‘indeseable’ también en el reverso. Por eso, la mayoría de los trabajos para letterpress se hacen a una sola cara.
Si aún así decides diseñar un trabajo a dos caras, debes tener en cuenta que una cara será la principal, en la que el impresor podrá hacer más presión y otra cara tendrá menos presión.
A la hora de diseñar también hay que tener en cuenta que un golpe de presión en el reverso, exactamente en el mismo lugar en que anteriormente se imprimió en el anverso puede hacer que perdamos todo el bajorrelieve que habíamos conseguido en nuestra primera impresión. Por eso, si diseñamos con anverso y reverso da mejores resultados si las manchas de tinta no coinciden en posición.
Es posible imprimir sin tinta para mostrar sólo el golpe (golpe seco), pero no es recomendable en cuerpos pequeños, por la dificultad para la lectura. De hecho, yo prefiero utilizarlo para ornamentos más que para letras.
Por último, el golpe seco genera un hendido en el papel (bajorrelieve), pero este sistema de impresión también permite hacer relieves (técnicamente gofrados), para realizar un relieve realmente necesitamos dos planchas (macho y hembra). El coste de mano de obra de hacer un relieve es el mismo que el de hacer un golpe seco (bajorrelieve), pero las planchas que se necesitan para un relieve encarecen ligeramente el trabajo.
10. No solo de letras de plomo vive el letterpress
En letterpress no debemos resignarnos solo a un diseño hecho con tipografía de plomo. Los sistemas de fotograbado permiten imprimir con técnicas tradicionales diseños realizados en un ordenador. Así conseguimos lo mejor de los dos mundos. Es importante investigar y utilizar los tipos de plomo que dispone la imprenta, pero también mezclarlos con ilustraciones, adornos o incluso lettering hecho en el ordenador, da muy buenos resultados y es una forma de retarse y de intentar diseñar con recursos limitados.
Así que ya no hay excusa para no imprimir proyectos en letterpress.
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