Del 14 al 22 de septiembre se celebró el London Design Festival (LDF), doce días de exposiciones, talleres, charlas, presentaciones y fiestas a lo largo y ancho de la capital inglesa. Se cumplen diez años de esta larga semana del diseño, que en la edición de 2011 recibió unos 350.00 visitantes, y que para la presente edición contaba con mas de doscientas actividades. Era, por tanto, casi imposible caminar por Londres y no encontrarse con una de sus llamativas señales, colocadas estratégicamente en las aceras, anunciando la proximidad de algún evento.
¿Quién no podía resistirse a dar una vuelta por las calles londinenses a buscar la representación del diseño gráfico y de la tipografía en el LDF? Dado que este es un festival eminentemente de diseño industrial y en el que el diseñador de producto puede llegar a volverse loco con la cantidad de exhibiciones, charlas, showrooms y eventos varios que hay en torno a su campo, la tarea no ha sido fácil. A los que nos dedicamos al apartado gráfico, prácticamente nos queda mirar y alegrarnos con las escasas piezas gráficas de la muestra.
La primera tarea, ardua, fue comprender el manejo de la web del LDF y comenzar a entresacar aquellos eventos que a primera vista podían resultar de interés. De más de doscientos la lista se redujo a unos veinticinco. La guía en papel salvaba la paupérrima utilidad de la web, dividiendo el festival y la ciudad en cinco sectores: este, oeste y centro, y, con menos presencia, las zonas norte y sur.
La ruta comenzaría por el oeste o Brompton Design District (algunos sectores tienen su propio nombre e identidad dentro del festival) treinta locales desde Kensington Road hasta Sloane Square, zona pudiente de la capital inglesa, y cómo no por el Victoria & Albert Museum, convertido ahora en el epicentro del festival y por tanto cita ineludible, un museo que ha conseguido diferenciarse y rivalizar de igual a igual con otros grandes museos como el Tate Modern. La visita al V&A me resultó un poco fría: experimentos en 3D, nuevas tecnologías, grandes paneles, pero poca gráfica.
La segunda cita obligatoria es el 100% Design, una feria dedicada íntegramente al diseño de producto y donde cabe mencionar la presencia de grandes firmas internacionales –entre ellos varios productos de la española Patricia Urquiola– y que fue el germen inicial hace más de quince años de esta larga semana del diseño.
La sorpresa del día se escondía en el número 4 de Cromwell Place, un antiguo edificio del siglo XIX reconvertido en un ecléctico espacio cultural mientras dura el LDF, con doce exposiciones experimentales de diseñadores, creadores y autores enfocadas a los cambios en los hábitos de consumo.
En la última puerta de la tercera planta nos encontramos con el proyecto Out of Print que con la unión de tecnologías de diferentes épocas quiere reflejar la saturación informativa que sufrimos hoy en día. El planteamiento es sencillo: unir palabras provenientes de titulares de diferentes medios de información, como The Guardian o la revista Vice, de manera totalmente aleatoria para crear nuevos titulares confusos y carentes de sentido aparente, pero que manifiestan lo sencillo que puede ser perderse en el proceso informativo. Así aparecen frases como «Merkel can buy latest Iphone» o «Facebook arrested activists».
Para desarrollar el experimento sus autores, James Cuddy, Roma Levin, Danilo Di Cuia y estudiantes del grado de diseño de la universidad Goldsmiths, han unificado tecnología y digital con impresión en tipografía, una tecnología mas propia de tiempos pasados. A través de un sencillo software el usuario puede generar frases, registrarlas y ‘tuitearlas’ con lo que entran en la ‘cola de impresión’. Los impresores convertirán esta frase aleatoria en un póster impreso en papel con tipos de madera hechos a mano. Los posters se colgaban en la propia exposición y estaban a la venta por diez libras. Aunque de momento solo era posible interactuar de manera presencial esperan que pronto se puedan generar titulares y adquirir los posters online.
La siguiente ruta fue descubrir el este de Londres, ahora mismo un lugar efervescente de ideas y proyectos experimentales. A diferencia del oeste, aquí las exhibiciones y eventos se realizaban en pequeños talleres y estudios, sin grandes firmas. Comencé la visita por el barrio de Clerkenwell, concretamente por el Craft Central, una organización sin ánimo de lucro que lleva veinticinco años apostando por la artesanía y el diseño. Para el LDF se celebró la exposición Inspired by London: ilustración, moda, joyería, textiles y producto, con trabajos de seis diseñadores y artistas a los que les une su pasión por Londres.
Entre ellos destaca el increíble trabajo de Vic Lee, ilustrador con la misión de retratar todos los barrios de Londres que aún mantienen encanto. Sus obras, serigrafiadas a mano en ediciones limitadas, son una mezcla de humor, documentación y mucha letra rotulada.
Siguiendo la estela del este de Londres, me acerqué con poca fe al Old Truman Brewery en Brick Lane, una de las fábricas de cerveza mas antiguas de Londres, hoy en día reconvertida en un compendio de edificios dedicados al arte y la cultura, y en donde se celebraban dos eventos simultáneos: Tent London y Super Brands London, ambos dedicados al diseño de interiores, de producto y de mobiliario, y que a diferencia del 100% incluye propuestas más experimentales y de pequeñas firmas. Entre todas las sillas, luminarias, mesas, fundas para móviles y alfombras me encontré el stand de la Escuela de Arte y Diseño de Bath con una pequeña pero interesante representación de trabajos de alumnos de diseño gráfico. Tres de propuestas llamaban la atención: el proyecto Remaining Ink, un grupo de estudiantes dispuestos a salvar toda la tinta del taller de serigrafía de la escuela que se tira a final de año y que les permitió imprimir 402 carteles; el trabajo con bloques tipográficos de Anna Serocold, acompañamiento de su trabajo de investigación de final de curso; y el proyecto de Cecilia Redondo-Zaratiegui (por cierto, de descendencia española) que explora el uso de materiales poco habituales en el diseño gráfico.
Quedaban aún dos recorridos más por el este, el Shoreditch Design Triangle 2012 y London Fields Design District. El primero se componía de treinta y dos galerías, tiendas, restaurantes y estudios situados en un eje entre Old Street y Shoreditch High Street, o lo que es lo mismo, la zona de Londres en plena ebullición cultural y experimental. Uno de los eventos más sonado fue el Graphic Design Walk -un formato que los lectores de Gràffica conoceréis bien-, y en el que varios estudios de diseño abren sus puertas para entender mejor su manera de funcionar y compartirlo con los participantes. Junto al paseo ‘diseñil’ se celebraba una exposición en la galería 71a cuyo tema central eran las proporciones, la correcta relación entre objetos o partes de un todo, en el que destacaban los proyectos de la diseñadora Astrid Stavro, relacionado con las proporciones áureas, Verónica Fuerte de Heystudio, con una propuesta inspirada en los mecanos, o Aoife Mooney, con una aproximación mucho mas caligráfica, experimentando con formas y alterando sus proporciones.
En la misma calle la marca de relojes Uniform Wares organizó la exhibición 12:24, doce artistas, doce posters producidos en una edición de veinticuatro copias cada uno, inspirados en las veinticuatro horas del reloj. A los artistas se les pasó un briefing en el que se les pedía que plasmaran una hora que fuera un momento esencial en su rutina de trabajo, y entre los que destacaría la obra del artista inglés Anthony Burril, en la que predomina el uso de tipografía y fuertes mensajes.
Como colofón el sábado se celebró una fiesta en la calle en Hewet Street, con comida, bebida, música, puestos con tiendas locales y gallerías, subastas, y tres exposiciones todo ello con fines no lucrativos y con el objetivo de hacer participar a la comunidad local. Mención aparte requiere la gráfica del evento, que cumple con el legado del punk inglés, con ese aspecto entre fotocopia y el DIY, pero con la actualidad que da trabajar con dos tintas, una de ellas flúor, y tipografías que imitan la escritura a mano.
Para finalizar la visita de este festival del diseño, me desplacé aún más al este de Londres, a los alrededores del parque London Fields –una zona que ha revivido gracias a los esfuerzos realizados para las Olimpiadas de este verano– y donde debutaba muy humildemente el London Fields Design District, seis pequeños estudios y talleres que abrieron sus puertas durante el LDF. Desde el espacio East London Print Makers, un taller e imprenta de serigrafía y grabado, para artistas, que organizaron una exposición y talleres; o el East London Design Show, organizado por el estudio y espacio creativo Emigre Studios, con objetos de diversa índole, posters, peluches, textiles, ropa y por supuesto una fiesta final basada en la que se usaron dos contenedores de transporte a modo de “anfitriones” del evento.
En resumen, un evento dedicado al diseño industrial y de producto con algunas muestras de ilustración y de diseño gráfico. Con una puesta en escena envidiable, una gráfica cuidada al detalle –no olvidemos que la identidad del festival es del reconocido estudio inglés Pentagram– es sin duda un evento de referencia.
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+info: londondesignfestival.com
Actualizado 06/02/2015