La artista plástica Laura Millán presenta la exposición Orden Salvaje, un recorrido en miniatura por diferentes viviendas donde muestra escenas cotidianas que dejan entrever lo cómico y lo surrealista de la intimidad. Un total de 22 piezas hechas de cartoncillo, lija, madera, clavos, acetato, guirnaldas navideñas o alambre, conforman la exposición que podrá verse desde el 14 de diciembre hasta el 19 de marzo.
La exposición de Laura Millán propone un paseo por cuatro barriadas que van desde las infraviviendas a los grandes edificios, pasando por las casas bajas e imaginando incluso casas humanas en las que un ojo gigante asoma por la ventana, un brazo se desliza por la puerta de entrada o un edificio al completo echa a correr con las piernas que le acaban de salir por debajo de los cimientos. Una de las piezas estrella de la muestra es la recreación de un edificio al completo en los espacios rectangulares de un gran cajón tipográfico de madera, una reflexión sobre la curiosidad innata que sentimos hacia nuestros vecinos, el afán por vigilarnos los unos a los otros, el exhibicionismo o la soledad.
La vida en miniatura
Aunque suene a paradoja, puede que ésta sea la mejor forma de mirarla, bien de cerca y bien pequeña, obligando a nuestros ojos a reparar en cada detalle. Tras las ordenadas fachadas de las casas y los edificios que se amontonan en las ciudades, esa vida se empeña en ocultarse bajo la aparente insignificancia de lo cotidiano, dejando entrever, de vez en cuando, micro dosis de magia, humor, surrealismo y un cierto desequilibrio dentro de tanto orden. Pero además, el hermetismo al que nos enfrentamos cuando observamos esas fachadas –con sus persianas bajadas, sus cortinas a medio echar y sus misteriosos vecinos– es un potente detonador de la curiosidad.
¿Quién vive ahí? ¿Qué habrá detrás de esos cristales? ¿Qué escucharía si pegara la oreja a las paredes de estas colmenas de ladrillo y hormigón? En más de una ocasión, nos hubiese gustado tener a mano una lupa gigante para poder ver qué hay dentro de todas esas construcciones, las cuales parecen haberse levantado para apretar la inmensidad que desborda los espacios urbanos.
Las viviendas son las mil y una formas en las que las ciudades tratan de poner orden sobre los seres que las habitan, de domar lo salvaje, ya sea a través del hacinamiento vertical u horizontal. Mucho han crecido las urbes desde que los habitantes de los núcleos rurales comenzaran a apiñarse los unos junto a los otros, primero dentro de las murallas y después fuera de ellas, conformando ensanches y extrarradios que han ido expandiendo el orden salvaje de las ciudades cada vez más allá de su centro.
La exposición de Laura Millán (Miniencuadro) reinterpreta en miniatura estas edificaciones salvajes, mostrando, como quien abre una casa de juguete por la mitad o quien lee una historieta de 13 Rue del Percebe, la vida interior de cada vivienda. Escenas cotidianas, íntimas, algunas absurdas, otras cómicas, otras mágicas y surrealistas, que se abren de par en par o se esconden tras una fachada a cuya parte trasera nos podemos asomar.
En Orden Salvaje podremos pasear por cuatro barriadas que van desde las infraviviendas a los grandes edificios, pasando por las casas bajas e imaginando incluso casas humanas en las que un ojo gigante asoma por la ventana, un brazo se desliza por la puerta de entrada o un edificio al completo echa a correr con las piernas que le acaban de salir por debajo de los cimientos.
Una de las piezas estrella de la exposición es la recreación de un edificio al completo en los espacios rectangulares de un gran cajón tipográfico de madera. Gracias a la combinación de diferentes perspectivas, podemos sentirnos, al mismo tiempo, observadores y observados al contemplar las escenas que alberga en su interior. Esta pieza explora cuestiones como la curiosidad innata que sentimos hacia nuestros vecinos –curiosidad que, con cierta frecuencia, deriva en chismorreo–, el afán por vigilarnos los unos a los otros, el exhibicionismo o esa soledad tan frecuente en los espacios comunitarios.
Con esta exposición, las obras de Miniencuadro evolucionan y saltan del marco cuadrado –el formato en el que solían presentarse hasta ahora– al universo escultórico, de forma que podemos asomarnos a las escenas desde diversos puntos de vista, lo que permite incorporar el factor sorpresa en muchas de las piezas.
Sobre Laura Millán
Laura Millán (1979) es artista plástica y lleva realizando el proyecto de Miniencuadro desde 2008. Basado en la creación de miniaturas en las que se recrean escenas inesperadas llenas de humor y contrastes, Miniencuadro explora las ideas de límite y equilibrio. El proyecto nació, además, de la propia necesidad de la artista, ya que nunca ha tenido un espacio demasiado grande para trabajar, de ahí que se sienta cómoda en la pequeña escala. La minuciosidad de sus piezas se mezcla con una forma de trabajo muy instintiva e imaginativa, replanteándose constantemente el uso de materiales cotidianos como el papel, el cartón, el alambre o la lija.
Qué: Exposición Orden Salvaje de Laura Millán Dónde: Hall del Hotel 7 Islas – Calle de Valverde, 14, 28004 Madrid Cuándo: Del 14 de diciembre de 2017 hasta el 19 de marzo de 2018 → miniencuadro.com