Laura Meseguer lanza “Ella”, «una tipografía que se inspira en la caligrafía sin querer ser una tipografía caligráfica»

Conversamos con Laura Meseguer por el estreno de su nueva tipografía «Ella». Type-Ø-Tones, el estudio tipográfico barcelonés de Laura Meseguer y José Manuel Urós, nos trae dos enjundiosas novedades tipográficas. Se trata de «Ella» y «Eixample», dos grandes familias tipográficas diseñadas por Meseguer y Urós (junto a Sabina Chipară), respectivamente. Dos proyectos tipográficos muy diferentes entre sí, pero que tienen en común la impronta de dos diseñadores de gran profundidad conceptual y sabiduría técnica. Hemos tenido el gran placer de hablar con ambos en una conversaciòn a tres bandas en la que nos sumergimos en estos dos nuevos proyectos que demuestran, una vez más, que nos encontramos antes dos de los diseñadores tipográficos más interesantes del actual panorama español y con repercusión más allá de nuestras fronteras. De hecho, «Ella», el proyecto de Meseguer, comenzó como proyecto becado por el Hoffmitz Milken Center for Typography, encuadrado en el programa de 2021 «Mujeres Hispanas y Tipografía» del que en breve tiempo se edita un volumen recopilatorio de los proyectos participantes. En esta primera entrega vamos a comenzar centrándonos en «Ella» y en la conversación con Laura Meseguer. En una segunda parte abordaremos la charla con José Manuel Urós sobre su «Eixample». «Ella», pronombre personal femenino en tercera persona, surge de una decisión rápida, casi intuitiva —no es fácil poner nombre una tipografía—. Podría ser perfectamente Ella Fitzgerald, una «ella» sin duda legendaria. Pero esta «Ella» es para todas, sin personalizar en ninguna. La rotundidad del pronombre en español es la expresión de la presencia femenina que Meseguer quería para su nueva tipografía. Ana Moliz: «Ella» es un compendio de muchas cosas. Tiene multitud de aristas y permite acercamientos desde diversos ángulos y disciplinas, desde la caligrafía a la arquitectura. No hay duda de que «Ella» daría para un nutrido ensayo, pero vamos a tratar de concretar. La definición que manejas es que se trata de una síntesis entre el estilo stencil y la caligrafía, pero sus cuatro estilo remiten a otros tantos, romano, uncial, rústico —evoluciones de la escritura romana que convivieron durante la misma época—, además de un cuarto al que has llamado brutalista. Por lo tanto, la primera pregunta me parece clara: ¿dónde podemos situar el embrión de «Ella», esa idea primigenia de la que surge todo el proyecto? Laura Meseguer: Siempre he trabajado con el concepto de tipografía stencil. Me interesan mucho las soluciones stencil en tipografía. De hecho, las he usado en los talleres que imparto de iniciación al diseño de tipos, porque me parece que explicar las estructuras de las letras desde el sistema stencil es mucho más comprensible. Hay elementos que se repiten. Por ejemplo, en una letra «o», la mitad de la izquierda es una estructura curva que se repite en una letra «e», y ello establece paralelismos con la caligrafía. «Siempre he trabajado con el concepto de tipografía stencil»Laura Meseguer Cuando practicas caligrafía humanista te das cuenta de que hay trazos que se repiten en muchas letras. Ahí estaba el inicio. De hecho, menciono en el libro («Mujeres Hispanas y Tipografía»)que cuando conocí a Fred Smeijers en Type and Media me resultó fascinante que utilizara las stencil como metodología para enseñar que la tipografía es un sistema. Más tarde, a raíz de un viaje a la Universidad de Reading en la que visité la colección de utensilios de impresión de letras stencil que posee Eric Kindel se me abrió todo un mundo nuevo de expresión. Solemos pensar que las tipos stencil se limitan a las plantillas y el spray, pero entonces comprendí que tras ellas hay un mundo de creación importantísimo y que ya en el siglo XIX se exploró toda esa expresividad de la letra stencil. A.M: Me interesan mucho las decisiones de diseño. Me refiero al hecho de que, en un proceso tan largo y complejo como el diseño de una tipografía, se opte por un camino en lugar de por otro. Además, este proyecto surgió en el contexto de la beca Typographers-in-Residence 2021 del Hoffmitz Milken Center for Typography: Mujeres Hispanas y Tipografía. ¿Tenías claro al inicio del proyecto adónde querías llegar o el proyecto te ha ido marcando el camino? L.M.: Cuando me proponen la residencia en Hoffmitz Milken Center for Typography se requería un proyecto que surgiera a partir de la investigación. Yo no tengo un perfil neto de investigadora, pero les propuse el proyecto sobre las stencil que llevaba tiempo realizando y que tenía una parte de investigación que se podría materializar en el diseño de una tipo y les pareció que encajaba perfectamente. A.M.: Oriol Miró ha sido como una especie de asesor caligráfico, ¿no es así?. ¿Hasta qué punto sus modelos caligráficos han influido en la posterior construcción de las letras? O dicho de un modo más sencillo quizás, ¿cuánto hay en «Ella» de caligrafía y cuánto de tipografía? L.M.: A partir del concepto de la relación entre la construcción caligráfica y la construcción tipográfica stencil, y cómo además yo había practicado caligrafía como alumna de Oriol Miró, me puse en contacto con él para que me ayudara a elaborar una línea temporal de estilos caligráficos y de ahí extraje los diferentes estilos para «Ella». Evidentemente hay mucho más de tipografía que de caligrafía. Oriol me presta sus modelos caligráficos y de a partir de ellos definí el sistema stencil de «Ella». De hecho, todos estos modelos de caligrafía tienen un peso equivalente al «regular», y lo transfiero de la caligrafía a la tipografía. «Ella» bold está entera dibujada por mí. No hay un modelo caligráfico bold (risas). De hecho, en la uncial es donde me he tomado más libertades; es el estilo en el que he apostado más por hacer una especie de transgresión de los estándares caligráficos; se mantiene fiel a nivel de proporciones, pero me tomo muchas licencias a nivel de estructura. La romana se mantiene bastante fiel, no así la rústica, que es una pura invención, si bien es fiel en el aspecto general de la letra, a nivel de dibujo, pero rompe las proporciones porque deja de ser condensada. La brutalista es una expansión de la rústica a nivel expresivo, con su propia caja baja, números y signos de puntuación. «La brutalista es una expansión de la rústica a nivel expresivo, con su propia caja baja, números y signos de puntiación»Laura Meseguer Hay un detalle conceptualmente muy interesante al respecto de los estilos caligráficos que he aprendido de Oriol Miró y también de Laia Soler, mis amigos calígrafos, y que hace referencia a que estos estilos no se suceden unos a otros, sino que se solapan. Y esto es lo mismo que sucede con la tipografía. No hay un momento en que se acaba un estilo y queda atrás y comienza otro nuevo. Con ambas, caligrafía y tipografía, sucede lo mismo, no hay límites entre los estilos y todas, digamos, vienen de todas. En este sentido es muy interesante observar cómo las mayúsculas de Bartolomeo Sanvito beben de las mayúsculas romanas modificándolas para adaptarlas al gusto renacentista. Sobre estos temas indago en el libro que ya hemos mencionado «Mujeres Hispanas en Tipografía». A.M.: Me ha llamado mucho la atención que para los tres estilos, digamos, paralelos —romano, uncial y rústico— comparten un único conjunto de minúsculas. ¿En qué momento de la evolución del proyecto tomaste esta decisión? L.M.: Trabajando con la línea temporal de Oriol me doy cuenta de que hay estilos que son solo para mayúsculas nada más, como las capitales romanas, también a priori las unciales y las rústicas. Intenté ser muy purista conceptualmente y por eso mantengo la misma caja baja para estos tres estilos. Pero al llegar a este punto pensé que quizá resultara como muy obvio y me pregunté de qué modo podría ampliarlo con alguna clase de propuesta más estética o más expresiva a partir de lo que ya tenía. Es en ese momento cuando empiezo a especular con una rústica minúscula que no existe, porque, como acabo de comentar, las rústicas solo tienen mayúsculas, y partir de la romana humanista la empiezo a exagerar, a darle, digamos, otra expresividad. Es decir, me invento una minúscula. A.M.: ¿Surgieron los cuatro estilos a la vez, al inicio de la idea de «Ella», o alguno se incorporó durante la evolución del proyecto? Es decir, ¿tenías claro desde un principio que «Ella» iba a tener la estructura que finalmente tiene o eso vino después? L.M.: Guillermo, un ex-alumno mío de Tipo-g al ver esta minúscula nueva, me comentó que le pareció brutal , lo que me llevó inmediatamente a la idea del brutalismo, aunque también podría remitir al expresionismo alemán :) Empecé a fijarme en ello y comprobé que las formas que yo había dibujado tenían relación con la arquitectura brutalista. Hago una visualización de las partes de las letras como piezas muy grandes que poseen un valor estético intrínseco. Aquí es donde encuentro la relación con el brutalismo. En una presentación que hice para el The Herb Lubalin Study Center of Design & Typography de Nueva York incluí imágenes de fragmentos de arquitectura brutalista en relación con las partes de las letras que dibujé. Yo no entiendo el brutalismo como algo negro, fuerte y oscuro. Yo abrazo el brutalismo desde la expresividad y el valor estético propio de las partes. A.M.: «Ella» posee una genealogía con muchos siglos a sus espaldas y sin embargo, en tus manos no hay duda de que se trata de una tipo digital contemporánea, con ese punto de partida en la caligrafía humanista clásica y su conexión con el diseño tipográfico. Digamos que «Ella»representa la modernidad de lo clásico. ¿Piensas que las fronteras entre lo antiguo y lo moderno se difuminan en «Ella»? L.M.:«Ella» es una tipografía que se inspira en la caligrafía sin querer ser una tipografía caligráfica. Pienso que aquí es donde está el quid de todo el proyecto. Un proyecto que comencé en enero y que había que presentar el ocho de marzo, Día Internacional de la Mujer, porque así estaba estipulado por el Hoffmitz Milken Center y por lo tanto sentía una gran urgencia por definir el proyecto a nivel de investigación, a nivel conceptual y de desarrollo. Una cosa que tengo claro sobre «Ella» es que el proceso me llevó al resultado. Yo no tenía previsto hacer una uncial. Yo empezaba con el elemento stencil como solución tipográfica y a partir de ahí me dije que a ver a dónde me llevan los modelos caligráficos. Es el proceso el que va definiendo la dimensión del proyecto, por ejemplo, que solo haya regular y bold o que no haya itálicas. «Ella» es más una apuesta de un concepto trasladado a tipografía que la ambición de que sea una gran familia tipográfica con todos los estilos posibles. «"Ella" es más una apuesta de un concepto trasladado a tipografía que la ambición de que sea una gran familia tipográfica con todos los estilos posibles»Laura Meseguer A.M.: «Ella» es en cierto modo una reivindicación del brutalismo en el diseño tipográfico, es decir, de la tipografía como arquitectura de la letra y de una concepción del diseño atrevida y honesta. ¿Por qué has creído necesario hacer esa reivindicación? L.M: Cuando preparé la conferencia para el Lubalin Center la verdad es que me rompí la cabeza con estas conexiones. Hay una imagen de la presentación visual que preparé para la conferencia en la que aparecen escritos todos los atributos de la arquitectura brutalista y que es posible trasladar a «Ella». Yo me acerco al brutalismo desde la arquitectura. Personalmente me gusta mucho la arquitectura brutalista, esa capacidad que tiene de ser muy expresiva a partir de elementos aparentemente simples, incluso toscos, como el hormigón a la vista. En este sentido, el paralelismo con la versión brutalista de «Ella» es que su simplicidad y contundencia, que parece esculpida a cuchillo, posee una gran capacidad expresiva. Ese sería el resumen.

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