Las crónicas de Reading: «Penrose Annual», un viaje en el tiempo y en el espacio

Estos días he estado visitando los ‘Penrose Annual’. Y digo visitando porque leer los ‘Penrose’ es lo más parecido a un viaje en el tiempo y en el espacio. La publicación ‘Penrose Annual’ es un clásico de las artes gráficas en Inglaterra, una revista-libro que comenzó a publicarse a finales del siglo XIX con el desarrollo de nuevas tecnologías relacionadas con la impresión, las tintas, los papeles, los sistemas mecánicos de composición tipográfica y el empuje de la publicidad que hace que todos estos cambios sean aún más rápidos y profundos.

Nació en 1895 bajo el nombre de ‘Process Work Yearbook – Penrose Annual’, de la unión de A. W. Penrose, químico farmacéutico, y el editor William Gamble. Los primeros números se centraban principalmente en el impacto de la fotografía en las artes gráficas. No será hasta unos años después, bajo la supervisión de Lund Humphries, que se editaría como ‘Penrose Anual’ y con el estilo que caracterizará a la publicación durante años: una guía de lo acontecido durante ese año en el sector de las artes gráficas a través de artículos breves, de dos o tres páginas, en su mayoría sobre cuestiones técnicas y tipos de impresión, materiales y una digna sucesión de ilustraciones y fotografías, muchas de ellas en color. Las técnicas de impresión están explicadas detalladamente y, por tanto, son muy valiosas para conocer de primera mano cuáles eran las previsiones de aplicación de determinados procesos. Junto con estos artículos más técnicos se publicaba en el mismo volumen una segunda parte con textos sobre historia de la tipografía, de la imprenta, del arte, etc. De esta manera, la división entre el diseñador y el impresor, entre el mundo de la creatividad y el de la técnica quedaba manifiesta. Los temas tratados a lo largo de los más de 2.500 artículos (1) son variopintos y los autores que los firman tienen la talla de Stanley Morison, Beatrice Warde, Moholo-Nagy, Nicoleta Gray, Herbert Spencer, John Dreyfus, Eric Gill, Herman Zapf o Ken Garland.

En un esfuerzo económico y de coordinación remarcable se usaban diferentes papeles y diferentes tipos de impresión, hasta el punto de que a veces los pliegos les llegaban de diferentes imprentas e incluso de varios países. Tanto es así que, en la primera página, con los agradecimientos, aparecen las diferentes empresas que han participado: desde las casas de las tintas, las encuadernadoras, las imprentas… En 1904 los impresores Lund Humphries, compraron una Monotype y a partir de entonces, como puede leerse en el colofón, los textos se componían de manera mecánica. Curiosamente no se especificará el papel del tipógrafo en la composición de la publicación y puesta en página hasta 1933, cuando cambia la dirección editorial. Hasta entonces se entiende que la diseñaban y maquetaban en la propia imprenta bajo la supervisión del tipógrafo Frederick A. Horn. Hubo algunas excepciones, como los números diseñados bajo la supervisión de Stanley Morison en 1923 con la tipografías Caractère de l’Universal y en 1924 con Baskerville, ambas de Monotype.

El éxito inicial debió de ser arrollador ya que se imprimían diez mil ejemplares a principios del siglo XX. A lo largo de los años los ‘Penrose’ fueron adecuándose más o menos a los tiempos. Apenas bebieron de la modernidad que arrasaba en la Europa continental (el número de 1935 tiene una portada ‘bauhausiana’, pero se contradice con el texto compuesto en Perpetua del inglés Eric Gill) y se llegaron a dedicar números a la Victoria (1921) o a la Coronación (en 1953, diseñado por John Denison-Hunt, con la tipografía Times Book). Uno de los números más polémicos fue el de 1938, diseñado por Jan Tschichold con el objetivo de generar polémica entre los diseñadores ingleses.

En los años siguientes, el número de páginas en color aumenta, la fotografía va adquiriendo un mayor protagonismo en detrimento de otros métodos de reproducción, y la división entre lo estético y lo técnico se desdibuja cada vez más.

Desgraciadamente los cambios en los años 60 y 70, el aumento de publicaciones de este tipo y el incremento en los costes de producción hizo que finalmente en los años 80 el ‘Penrose Annual’ fuera una publicación demasiado cara de mantener y desapareciera.

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(1) En el número 69 hay una relación de todos los artículos publicados hasta la fecha, 2.466, que aumentarán hasta su desaparición en 1982.

Referencias:
‘Printing in the 20th Century. A Penrose Anthology’,
editada por James Moran. Londres: Northwood Publications, 1974.
Hare, S. ‘Printers for Printers’. Eye magazine, No. 60, Vol. 15, verano 2006.

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