La fotógrafa ubicada en Moscú, Kristina Makeeva, viajó al lago Baikal, en el sur de Siberia, donde capturó la belleza del lago de agua dulce más grande del mundo. Los reflejos del hielo, la luz del atardecer y las burbujas son los elementos más característicos de esta preciosa fotografía.
Con alrededor de 600 kilómetros de largo, la vasta superficie en forma de espejo presenta capas de hielo transparente que se ha agrietado dejando increíbles patrones congelados. Muchas de las imágenes de Kristina Makeeva muestran las miles de grandes burbujas atrapadas bajo la superficie que provienen del gas metano producido por las algas del fondo. Estas vidriosas esferas similares a perlas son quizás la razón del apodo del lago, “la perla de Siberia”. Según Makeeva, cuando se rompen las grietas del hielo, «el sonido recuerda a un trueno o a un disparo».