La portada de tu revista está «mal» impresa

La portada del número 21 de tu revista Gràffica sobre las Artes Gráficas parece estar «mal» impresa: lo hemos hecho a conciencia.

Acaba de salir el nuevo número de la revista Gràffica y está dedicado a las Artes Gráficas. En un medio de comunicación en el que celebramos la creatividad, la cultura visual y, en particular, el diseño gráfico, no podíamos dejar de homenajear a las Artes Gráficas. La imprenta, que es soporte y vehículo de comunicación de nuestro sector.

Habitualmente contamos con diseñadores, fotógrafos o ilustradores para que, con una pizca de dirección de arte, nos sorprendan con sus creaciones y logren comunicar con una idea el contenido que se desarrolla en el interior. Concepto, creatividad, técnicas de impresión, papel…, estos son los ingredientes con los que hemos cocinado nuestras portadas hasta ahora, y con los que queremos seguir creando.

Sin embargo, en esta ocasión hemos querido homenajear a la industria de las Artes Gráficas y hemos dejado que las máquinas de impresión hagan su magia. La portada de tu revista está impresa con las máculas de uno de los pliegos centrales de la propia revista.

¿qué es una mácula?

La palabra mácula significa mancha. En el lenguaje de las Artes Gráficas, las máculas son las hojas de papel que se manchan de tinta al inicio de una tirada como prueba de impresión hasta conseguir la primera impresión correcta.

Hemos impreso la portada aprovechando las máculas de la revista con lo que tenemos una portada creada por el azar de las propias máquinas calentando motores para imprimir: todo un homenaje a la industria.

La revista de Gràffica que tendrás en tus manos está impresa en offset con cuatro tintas cian, magenta, amarillo y negro (CMYK). Para que las fotos a todo color que aparecen en nuestra galería central dedicada a la Tipoteca Italiana logren verse así de bien han hecho falta cuatro planchas, una por cada color. Antes de imprimir esas páginas pusimos en la bandeja el papel de la portada, anulamos los cuerpos con la plancha magenta y la plancha negra, e imprimimos las planchas cian y amarilla.

Cuando tuvimos nuestro papel de portada impreso en cian y amarillo al final del tren, lo volvimos a llevar al principio y lo reimprimimos (volteado) en amarillo y cian. Así logramos ocho portadas diferentes en las que se combinan 16 páginas del interior de la revista. Cada portada tiene cuatro fotos (dos impresas en cian y dos impresas en amarillo) y no están casadas, están volteadas.

la banda blanca

¿Y por qué tu revista tiene una blanda blanca en el corte? Cuando preparamos el pdf con nuestra revista para enviarlo a la imprenta le dejamos los 3mm de sangre de rigor en todas las páginas (especialmente en las que llevan imágenes a sangre). De esta manera, cuando los pliegos sean coleccionados, plegados y cosidos, y posteriormente guillotinados nos vamos a asegurar de que no aparecerán bandas blancas en las zonas de corte.

Sin embargo, nosotros no hemos impreso un pliego, sino unas tapas con un lomo de 11mm. Si te fijas bien en el lomo de tu revista, verás dónde se juntan las dos imágenes del pliego (la de la página par y la de la página impar). Los milímetros que el pliego ha tenido que cubrir la zona del lomo, son los milímetros que, sumados a nuestra sangre, nos han faltado para imprimir a sangre nuestras tapas.

Podríamos haber hecho trampas, y haber hecho unas planchas nuevas para imprimir nuestras portadas en las que hubiésemos tenido en cuenta el lomo. Pero queríamos imprimir las tapas con las auténticas planchas, con las verdaderas máculas. Y aprovechar cuando las propias máquinas están calentando motores para iniciar la tirada para imprimir nuestras tapas.

cian, magenta, amarillo y negro

Pero todos sabemos que la cuatricromía ha sido durante muchos años el ADN de la industria gráfica. Llegados aquí tenemos nuestras tapas impresas solo con cian y amarillo, ¿qué papel le damos al magenta y al negro? Pues el interior de nuestras tapas se imprimió con una plancha de tinta negra. Y con el magenta quisimos darle «punch» a la portada y optamos por una tinta rosa fluorescente impresa en serigrafía. Tuvimos que imprimir sobre una base blanca ya que la tinta fluor es de base transparente y a través de las letras de la cabecera se veía el fondo cian y amarillo; y resultaba poco legible y poco «fluor». Ese extra era algo que teníamos que hacer, porque una portada de Gràffica sin un acabado especial no sería una portada de Gràffica.

Pues ahora ya lo sabes. Tu portada de Gràffica está mal impresa y nos gusta así. Pero, por favor, como cantaba Bo Didley, no juzgues un libro por su portada, ábrela y léela. Hay tantas cosas interesantes sobre el fantástico mundo de las Artes Gráficas.

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