WhatsApp se ha actualizado y las novedades que trae consigo hacen que nos preguntemos por qué caminos está yendo la gráfica de la mensajería instantánea y por qué no vemos auténticas novedades en este tipo de actualizaciones.
La nueva actualización de WhatsApp se une a la fiebre de la edición de imágenes al más puro estilo Snapchat. Lo hemos visto en su última actualización en la que, además de llevarse a cabo diversos cambios en el diseño de su interfaz, también ha incluido la posibilidad de superponer a las imágenes emoticonos, texto y dibujos a mano alzada.
Las opciones de edición que ahora WhatsApp incluye –junto a las funcionalidades muy parecidas que tienen otras apps como Snapchat, Instagram o Telegram–, hacen que la estética de la gráfica de la mensajería instantánea avance hacia una uniformidad cada vez más clara.
Ya saltó la polémica sobre lo similar que resultaba el nuevo lanzamiento de Instagram, Instagram Stories, con las funcionalidades de Snapchat. Al igual que la app de Evan Spiegel, en Instagram Stories el usuario puede publicar vídeos que permanecen vigentes en la red cierto tiempo para lugo desaparecer sin dejar rastro. Además, ambas apps también incluyen opciones de edición de imagen. Opciones muy semejantes a las que ahora ofrece WhatsApp sin ningún tipo de diferencia notable.
Con este entusiasmo por incluir posibilidades de edición de imagen en cualquiera que sea la aplicación de mensajería instantánea, no es de extrañar que haya una amalgama de software con el que poder modificar la imagen prácticamente del mismo modo –o incluso de forma más limitada según qué aplicación–. Como consecuencia, se pierde la personalidad y la originalidad que quizás se buscaba con dicha edición, porque finalmente todas la imágenes parecen iguales independientemente de la aplicación empleada. ¿Sirve entonces de algo que todas estas aplicaciones ofrezcan el mismo servicio?
Por lo que vemos con esta nueva actualización de WhatsApp, quizás solo estemos ante una moda pasajera que finalizará sin más dando paso a otra a la que, del mismo modo, cualquier aplicación se una fervorosamente. O, puede que nos encontremos frente a lo que será la estandarización de un modo de expresión gráfica exclusivo de la mensajería instantánea.
