El MALBA exhibe La Música es mi casa, de Gastón Pérsico. Con curaduría de Mariano Mayer, la muestra investiga los archivos de la cultura contemporánea, para vincular temas y zonas de encuentro entre la instalación, la música y el arte.
La producción artística del diseñador gráfico Gastón Pérsico, compuesta mayormente por esculturas de ensamble, publicaciones e instalaciones, se caracteriza por proponer escenarios en los que confluyen diversos intereses personales. La música es mi casa se centra en la experiencia sonora y su convivencia con otras disciplinas: involucra a las artes visuales, la poesía y la música. La pieza central, que da título al proyecto, consiste en una obra de audio en la que tres voces recitan las letras de un DJ-set de música house traducidas al español, sin música (de Frankie Knuckles a DJs Pareja, del hip-hop al pop, de la pista de baile a la arquitectura).
Además de dos publicaciones –un libro con los textos que forman parte de la obra sonora y otro con textos teóricos de autores invitados–, se exhiben distintas piezas escultóricas realizadas a partir de deconstrucciones de entornos arquitectónicos y materiales asociados a mobiliarios domésticos, discotecas, salas de ensayo y conciertos. «La muestra trabaja sobre cómo las ausencias pueden hacer visible las presencias que no están», dice el artista Gaston Pérsico en la inauguración. En efecto, la música, la literatura, las subculturas, la vida nocturna, la amistad y sus redes de influencia son para el artista materiales artísticos.
Gastón Pérsico, egresado en 1997 de la Universidad de Buenos Aires, en muchas ocasiones vinculó el arte con la música, como en las muestras Heavy Mental, Copy-Paste: AutoZine y Tormenta Eléctrica. El resultado en La Música es mi casa es un ejercicio de traslación de un medio a otro, haciendo referencia y trazando vínculos entre discoteca y poesía concreta; entre los cuerpos, su ausencia y el lenguaje. Según Mariano Mayer, curador de la muestra «Gastón Pérsico nos hace preguntar, ¿qué queda en nuestra memoria de una experiencia?». Una síntesis de lenguajes que remite a diferentes situaciones en las que es posible reflexionar sobre la experiencia perceptiva, que en la exhibición se define por medio de amplios espacios y sonido envolvente.
Entre otras actividades e intervenciones durante la exhibición, La música es mi casa explorará las diferentes sonoridades de la poesía en otras lenguas y reflexionará sobre el trabajo del traductor y sus elecciones. Se puede visitar en MALBA hasta el 2 de julio de 2017.
Actualizado 27/03/2017