Krea abre su modelo de imagen con una estética propia para combatir el “look IA”

El nuevo modelo Krea 1, desarrollado junto a Black Forest Labs, propone una alternativa visual refinada y abierta para la generación de imágenes con inteligencia artificial. Su enfoque: evitar que las imágenes parezcan hechas por una IA. Hay una frase que circula con frecuencia en la comunidad creativa que usa herramientas de IA: “se nota que lo ha hecho una máquina”. Es un comentario que, sin querer, resume el mayor defecto de muchos modelos de generación de imágenes: composiciones torpes, fondos borrosos, rostros con textura cerosa y una estética general que, aunque técnicamente correcta, resulta estéril. Krea y Black Forest Labs han decidido tomar un camino distinto: crear un modelo de código abierto que no solo funcione bien, sino que tenga estilo. Uno muy definido. Este 4 de agosto han liberado Krea 1, su primer modelo de imagen, acompañado de un checkpoint específico —FLUX.1-Krea — afinado para integrarse sin fricciones con el ecosistema de FLUX. El objetivo declarado es tan sencillo como ambicioso: construir una IA generativa que no parezca una IA generativa. O al menos, que no lo parezca tanto. Contra el “look IA”: imágenes con alma Krea no nace desde la obsesión técnica de ver cuántos dedos puede dibujar correctamente una IA, ni de someter los modelos a pruebas que miden la fidelidad espacial o el conteo de objetos. Su nacimiento parte del desencanto con esa estética impersonal que domina las imágenes generadas por IA, y del deseo de recuperar lo que se perdió por el camino: textura, riesgo, emoción y dirección artística. “Queríamos un modelo con estética propia, no una colección de imágenes que cumplen con todos los benchmarks pero que no inspiran a nadie”, explican desde el equipo. Y para lograrlo, se tomaron dos decisiones cruciales: trabajar con un modelo base sin entrenar en exceso —flux-dev-raw, proporcionado por Black Forest Labs— y construir el refinamiento estético de manera totalmente dirigida, con curación manual de datos y criterios de calidad muy estrictos. El proceso ha sido meticuloso. En la etapa de pre-training, se priorizó la cobertura de modos: que el modelo conociera el mundo visual con todas sus variantes, incluso aquellas que se quieren evitar. Solo así podría luego aprender a evitarlas mediante negative prompting. La segunda fase, el post-training, fue una operación quirúrgica: eliminar lo superfluo y sesgar el modelo hacia una estética concreta mediante técnicas como supervised finetuning y reinforcement learning with human feedback (RLHF), con datasets construidos por un equipo que entendía no solo lo que funcionaba, sino por qué. Opinión estética como declaración de principios Frente a otros modelos abiertos que intentan agradar a todo el mundo —y acaban generando imágenes genéricas— Krea ha optado por tomar partido. Es un modelo que, deliberadamente, no busca el consenso, sino la afinidad con un tipo de gusto visual. “Es más fácil y útil sobreajustar el modelo a un estilo claro que hacer un promedio global de gustos que no satisfaga a nadie”, explican. En la práctica, esto se traduce en un modelo que responde mejor a indicaciones estéticas específicas, sin necesidad de modificar infinitamente los prompts. De hecho, parte de la motivación detrás de Krea es la frustración de los usuarios que deben recurrir a LoRAs (adaptaciones finas del modelo base) para conseguir un resultado estilístico aceptable. Krea 1 fue afinado con imágenes seleccionadas no por su valor técnico, sino por su coherencia estética. Una imagen puede ser impecable en anatomía y composición, pero si transmite una textura artificial, o una iluminación artificialmente plana, queda fuera. La calidad de los datos importa más que la cantidad: según Krea, menos de un millón de imágenes bien seleccionadas son más valiosas que grandes volúmenes de datasets sin criterio. Una alternativa abierta (y opinada) El lanzamiento en abierto de FLUX.1-Krea no es casualidad. Desde el principio, el equipo de Krea ha querido que su propuesta sea accesible y replicable, pero sin diluir sus valores. Este modelo no es una herramienta para hacer “lo que sea”, sino una propuesta concreta para quienes valoran una cierta estética: imágenes que huyen del hiperrealismo vacío y abrazan lo visualmente significativo. Con este paso, Krea también lanza un mensaje al resto del sector: que es posible generar imágenes por IA sin sacrificar sensibilidad visual. Que la obsesión por cumplir métricas técnicas ha llevado a modelos correctos pero planos. Y que existe un camino distinto, más cercano a lo que quieren los creadores, no los evaluadores automáticos. El futuro de Krea pasa ahora por dos direcciones: seguir mejorando las capacidades base del modelo y explorar nuevos dominios visuales que permitan mezclar estilos, técnicas y preferencias. La idea es llegar, eventualmente, a una personalización estética donde cada usuario pueda afinar el modelo según su propio gusto, sin necesidad de convertirse en ingeniero de prompts. Mientras tanto, Krea 1 ya está disponible. No pretende gustar a todos. Pero gustará, y mucho, a quienes ya están cansados de que todas las imágenes generadas por IA parezcan hechas por la misma máquina.

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