La importancia del registro de marca

Habitualmente los diseñadores, cuando diseñan, solo piensan en los aspectos visuales. Lo bonito que ha quedado el logo, lo bien que se adapta a los diferentes soportes. No nos preocupa en absoluto si nuestro trabajo cumple con la legalidad. 

El caso de Ciudadanos se suma a los miles de casos que ocurren casi cada año. Podemos recordar fallos de este tipo al más alto nivel. Los juegos olímpicos de Tokio tuvieron que retirar su logo después de una queja de un diseñador que decía que había demasiadas similitudes con un proyecto que realizó él. No importó que fuera en otro país, ni que no tuviera nada que ver con los juegos olímpicos.

Responsabilidad

La pregunta que siempre nos hacemos es quién tiene la responsabilidad de registrar el diseño de un logo o de cualquier diseño gráfico. Y la respuesta es: ambas partes. Por un lado, el cliente debe responsabilizarse de registrar el logo de su empresa, el cartel o cualquier pieza gráfica para su correcta explotación. Pero, por otro lado, también es necesario que el autor haga uso de sus derechos –aunque no sea necesario para demostrar su autoría–.

Pero realmente este no es el tema vital. Lo importante es corroborar que lo que hemos hecho, tras un encargo, puede ser utilizado sin problemas. Que no hay nadie que se oponga por similitud o plagio. De algún modo, es como vender un producto sabiendo que cumple con la normativa vigente.

Siempre queremos que se nos trate como a cualquier otro sector, pero muchas veces actuamos como si fuéramos verdaderos piratas. Queremos y exigimos que todo lo que compramos cumpla hasta el último requisito legal, pero luego en nuestro caso hacemos un dibujito y no queremos saber nada más.

Soy el primero que comete semejante error, pero después del número 5 de la revista Gràffica sobre Propiedad Intelectual, me di cuenta de que la gran asignatura pendiente de la profesión es esta. Ni siquiera la de hacer facturas o intentar gestionar los clientes de manera adecuada. La normativa legal es algo que nos da incluso más repelús que pedir dinero por nuestro trabajo.

Este tipo de cosas nos debe hacer reflexionar sobre la calidad de nuestro servicio y hasta dónde debe llegar. Antes de ofrecerle un naming, un logo, un cartel, una campaña de publi hay que asegurarse que todo ha pasado los más mínimos procesos legales y de comprobación porque si no, luego la sorpresa puede ser mayúscula.

Difícil pero no imposible

Conocer todo lo que se crea y se creó en toda la historia de la humanidad es tarea imposible con lo que es bastante probable que lo que hayamos creado sea coincidente con otra cosa.

Algunas empresas de branding ya asumen que es imposible no coincidir, por ello muchas se esfuerzan en crear otros valores que no sean simplemente los gráficos, pero también en asegurarse que se acepta el registro de marca porque de ese modo garantizan que todo el trabajo saldrá adelante.

En el caso de Ciudadanos no creo que lo importante sea el triángulo debajo de la C. Es mucho más importante la imagen global que genera el branding de Ciudadanos. Es fácil sustituir ese elemento. Ahora bien, lo que cabe preguntarse es: en una época en la que todo se parece a algo, ¿será posible crear sin ser acusado de copia, plagio o semejanza? ¿Tenemos los diseñadores que pasarnos el día persiguiendo a otros por hacer cosas parecidas?

Menudo lio nos espera.

 

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