Cuatro serán los carteles protagonistas en las Fallas de 2016. Su diseñador ha sido Ibán Ramón, quien para su realización ha tenido en cuenta como contexto principal, la posible inclusión este año de las Fallas en el catálogo de patrimonio inmaterial de la humanidad de la UNESCO. Las Fallas son candidatas a tal importante y trascendente consideración y su imagen gráfica puede ayudar a entender la magnitud e interés de esta fiesta popular.
A finales de la semana pasada Valencia amanecía repleta de carteles misteriosos: una composición de diversos objetos bajo el único texto que lanzaba una pregunta al viandante: Amb quin material construïm les il·lusions? (‘¿Con qué material construimos las ilusiones?’). Ningún logotipo ni texto adicional revelaba qué estaba anunciando el cartel. Esta semana se desvelaba la incógnita. Se trataba del teaser, de la campaña de prelanzamiento, de las Fallas de 2016.
A este cartel enigmático le siguen los cuatro carteles para las Fallas de 2016, los cinco diseñados por Ibán Ramón. Según explica el diseñador, dada la posible inclusión este año de las Fallas en el catálogo de patrimonio inmaterial de la humanidad de la UNESCO, la imagen propuesta trata de, además de anunciar y generar interés, explicar la propia fiesta poniendo en valor algunos de sus enriquecedores aspectos. También pretende trasladar la mirada de los ciudadanos valencianos –no sólo los pertenecientes al mundo fallero– hacia algunos de los elementos conformadores de la fiesta de incuestionable valor e interés.
En el contexto citado anteriormente, y tenida en cuenta la envergadura del objeto a comunicar, se pone en marcha una campaña gráfica compuesta de una serie de carteles coordinados entre sí.
De l’estoreta velleta a la gran fiesta de Las Fallas.
Es tradición atribuir el origen de las Fallas al hecho de que en marzo, al iniciarse la primavera, los carpinteros limpiaban talleres y sacaban restos de madera a la calle para ser quemados. Al tiempo se unieron los vecinos con la recogida de trastos viejos para quemar en la hoguera. Es lo que se conoce como l’estoreta velleta. Este origen histórico es uno de los principales argumentos de este trabajo, se han recopilado ‘trastos’ en el propio estudio, en otros talleres y el rastro valenciano de los domingos.
«La idea era localizar objetos viejos a partir de los cuales ‘construir’ esta imagen», comenta Ibán Ramón.
Lo material y lo inmaterial es otro de los ejes conductores. Los objetos se utilizan como material para ilustrar y referenciar aspectos intangibles y dificilmente medibles por su valor y proporciones y por su carácter efímero casi onírico: lo inmaterial.
De entre la objetos obsoletos hallados se han seleccionados aquellos que pueden aportar un contenido símbólico, todos ellos realizados en madera. «Así, tenemos herramientas como el formón y el cepillo, que representan el trabajo colectivo y la tradición de los talleres de artistas falleros y carpinteros. Un metro de madera que representa la técnica y la creatividad, y una escuadra, herramienta tradicional de trabajo de arquitectos y diseñadores que felizmente también se están incorporando a la creación de fallas. Una vieja horma de zapato, en alusión a la vestimenta tradicional. Una peonza por aquello de lo lúdico, del divertimento público y en representacion de la infancia. O letras de una antigua imprenta tipográfica, que simbolizan la literatura fallera, el trabajo desarrollado por poetas, guionistas, escritores de llibrets, pero también el de estudiosos e investigadores» explica Ibán Ramón.
«Si en su origen se amontonaban restos de carpintería y trastos viejos en una suma colectiva, en la actualidad el material puesto en común para construir esta fiesta es el trabajo desarrollado por comisiones y por profesionales de un buen número de actividades técnicas y creativas diferente».
Todos estos elementos de situan en primer plano, el plano de lo material y de la realidad, pero forman parte de un plano posterior en el que son representados de manera muy sintética escenas típicamente falleras: La mujer fallera, la música tradicional, el fuego consumiendo una falla y el humor representado por un ninot.
La secuencia de imágenes propuesta inició con un cartel que introduce la campaña y que actua como campaña de intriga o teaser. Se utiliza esta pieza para generar expectación, pero sobretodo para introducir el concepto y ayudar a entender más tarde el tema principal de la campaña «las diferentes actividades como materia de construcción de la fiesta».
Finalmente se difunde la serie completa de cuatro carteles que componen la imagen gráfica de Falles de València 2016, y que forman parte de una extensa imagen coordinada con multitud de aplicaciones en las que el simbolismo de los diferentes objetos adquieren todavía más sentido.