«El hipsterismo y la repetición abusiva de los modelos ugly son al diseño (gráfico) lo que llevar el tanga un palmo por encima de los pantalones fue a la moda… con la única diferencia que lo del tanga duró menos».
Hace unos días, tal vez llevado por cierto hartazgo propio del fin de curso, se me ocurrió expresar de este modo el hastío que me produce la incansable percusión de la estética que algunos definen como ugly, otros como new ugly, unos pocos más documentados como renacimiento new wave y otros simplemente como hipster, en la escena del diseño gráfico actual. Bajo mi punto de vista, no se trata más que de una especie lenguaje provocativo basado en el cuestionamiento irreflexivo de cualquier tipo de convención, al que, al parecer, uno debe acercarse para no ser tachado de chocho y retrógrado. En definitiva, algo para finalmente conseguir aquello a lo que todos deberíamos aspirar: ser modernos.
A esa afirmación colgada en mi página de Facebook siguieron —como no podía ser de otro modo— algunos comentarios a favor, otros en contra y algunos otros de difícil catalogación… De todos ellos, el que más se me indigestó fue, paradójicamente, el del amigo y admirado Manuel Sesma, profesor en el Grado de Diseño de la UCM, un tipo cabal y documentado donde los haya, que respondía lo siguiente: «Faltan referencias y visión crítica. Tanto a defensores como a detractores. Ese es el signo de los tiempos».
Ya sé que no se trataba de ningún posicionamiento enfrentado, pero tal fue mi sorpresa al no contar con la aceptación sin fisuras de mi postulado por parte de Manuel, que le amenacé con preparar un test con cinco preguntas que lo concluyera de modo cuasi objetivable y definitivo. No podía aceptar de ningún modo que mi cruzada quedara en esa especie de impostura conceptual, así que acabé redactando el test que aquí os dejo. Una docena de preguntas a las que cualquier diseñador debería poder dar respuesta de un modo sencillo simplemente reflexionando acerca del desarrollo de cualquiera de sus proyectos. Otra cosa será el sentido (afirmativo o negativo) de las respuestas y la interpretación que queramos darles.
ALGUNAS PREGUNTAS QUE PODRÍAN APORTAR CIERTA VISIÓN CRÍTICA AL ANÁLISIS DE LA APLICACIÓN DE MODAS Y TENDENCIAS EN DISEÑO GRÁFICO
Elige cualquiera de tus trabajos y obsérvalo. Rememora su proceso de creación y responde a este breve cuestionario con un simple «SÍ» o un «NO». También puedes aplicar el test teniendo delante cualquier diseño —y que probablemente te parezca de lo más innovador y alternativo— intentando adivinar qué responderías si tú hubieras sido el diseñador.
Desde un punto de vista analítico:
- 1. ¿Has localizado algún elemento fundamental a comunicar?
- 2. ¿Has analizado de qué modo se solucionan problemas comunicativos similares a los que incumben a esa pieza?
- 3. ¿Has sacado alguna conclusión que se refleje en la formalización de esa propuesta de diseño de lo analizado en los puntos 1 y 2 (en el supuesto que los hayas respondido afirmativamente)?
- 4. ¿Se ha definido algún tipo de estrategia comunicativa basada en el emisor, el receptor o el mensaje a comunicar?
- 5. Aunque la respuesta anterior sea negativa, ¿crees que es posible al menos que algo de lo que se sugiere con esa propuesta coincida con el mensaje pertinente entre emisor-receptor (en el supuesto caso de que hayas respondido afirmativamente a las preguntas 1, 2 y 3)?
Desde un punto de vista morfológico y sintáctico:
- 6. ¿Responde la estructura compositiva propuesta a alguno de los puntos expuestos en el apartado anterior?
- 7. ¿Crees que sería difícil catalogar con algún «tag» esa propuesta de diseño en webs como trendlist.org o similares?
Desde un punto de vista connotativo:
- 8. ¿Responde la elección tipográfica a algún tipo de conclusión referida en el primer bloque?
- 9. ¿Se ha tenido en cuenta algún tipo de relación o connotación de tipo histórico o formal en el tratamiento tipográfico elegido de dicha pieza?
- 10. ¿Responde la elección de elementos no verbales y su tratamiento a algún tipo de conclusión referida en el primer bloque?
- 12. ¿Responde el tratamiento cromático a algún tipo de conclusión referida en el primer bloque?
- …
Como todo buen decálogo, al final debería poder resumirse en un punto esencial. Podría ser algo así como: ¿en cuántas de tus elecciones formales has tenido en cuenta que la tarea del diseñador es esencialmente la de comunicar? Pero al fin y al cabo tampoco se trata de ningún decálogo, así que esa la dejo en el aire.
Me gustaría señalar que ninguna de las preguntas contienen intrínsecamente ningún juicio de valor (a lo sumo cierta dosis de ácido en algunos casos) y que de vosotros depende juzgar si son o no pertinentes y contestarlas, si os apetece. En caso de hacerlo, si la mayoría de las respuestas son negativas, no hace falta señalar que considero que al menos debería ser motivo de reflexión, pero ahí no soy yo el que juzga. Que cada uno saque sus conclusiones.
Finalmente, es posible que muchos se amparen en la necesidad de explorar, de romper esquemas, de innovar, de dar respuestas distintas a las convencionales o de quebrar normas (a lo que no me opongo en absoluto). A todos ellos les plantearía lo paradójico del hecho de que, por lo menos, en el último lustro y en el ámbito del diseño gráfico, la tendencia estética seguramente más fácilmente identificable —y por lo tanto la más convencional, menos innovadora, más recurrente, etc.— es la que estoy cuestionando, a lo cual insisto, para concluir definitivamente: ¿en qué momento se nos olvidó que el trabajo del diseñador es básicamente el de comunicar?
PD: Gracias Manuel… ¡no pierdas nunca esa mala leche!
Artículo publicado originalmente en el blog de BunkerType, un proyecto de investigación y recuperación de los antiguos métodos de impresión con procesos íntegramente manuales usando tipografías de plomo y madera comandado por Jesús Morentin.