Hoy en día, gracias a la evolución tecnológica, el enfoque con el que se trabaja un proyecto ha ido evolucionando. El cliente ha pasado de pedir al diseñador soluciones impresas a soluciones digitales; se ha pasado del entorno físico al entorno web, centrándose más tarde en las redes sociales y, sobre todo, en formato móvil.
Cada una de esas evoluciones tecnológicas implica más creación de contenidos especializados a su formato y una mayor centralidad del creativo. Hoy no es suficiente con que un producto o servicio cumpla con su función, sino que también debe informar y seducir. El diseño ahora debe ser multiflujos y multimedia (de soporte impreso a entorno web, en múltiples dispositivos). Los usuarios quieren poder interactuar en cualquier situación.
Así muestra estos cambios un reciente estudio de Adobe sobre La situación de la creación de contenidos: el 88% de las personas encuestadas practica el multiscreening, es decir el uso simultáneo de varios dispositivos. Y dentro de este 88%, usa de media unos 2.42 dispositivos.
También se ha estudiado la problemática derivada del tiempo de espera para que una imagen aparezca en pantalla. ¿Qué ocurre cuando una imagen tarda demasiado en cargar? Según este estudio, un 45% de los usuarios cambia de dispositivo, el 39% lo deja y solo un 16% de los usuarios tiene una buena experiencia.
Además, cuando alguien dispone de 15 minutos para consultar una información, en el 66% de los casos va a elegir un contenido elegantemente diseñado frente a un contenido sencillo, en bruto. El mismo porcentaje va a preferir un vídeo frente a un artículo.
Todas estas nuevas prácticas –y son solo unos pocos ejemplos– tienen consecuencias directas para los diseñadores, ya que implican nuevas exigencias. Exigencias de rapidez en la creación de contenidos; exigencias de calidad y la necesidad de usar herramientas adaptadas con las que desarrollar nuevas estrategias a nivel gráfico y multimedia.
Uno de los que se ha adaptado a las necesidades de la situación actual, es el sector de los bancos de imágenes, quienes permiten que cada vez sea más fácil la creación de contenidos. Archivos fotográficos como Fotolia, proponen desde hace unos años un modelo de precios asequibles con los que hacer más accesibles las imágenes con las que componer contenidos creativos. Se ofrece también un sistema sencillo de uso con licencias libres de derechos y un buscador eficaz, lo que posibilita esa rapidez tan esencial hoy en día.
Otra adaptación necesaria y aún más reciente es la relativa a los vídeos. Cada vez la demanda de vídeos dentro del contenido digital es más frecuente: son una herramienta de persuasión a la vez que dinamizan el contenido. Pueden encontrarse catálogos de vídeos extensos. Por ejemplo en Fotolia, cuentan con más de 1 millón de vídeos y el ritmo de crecimiento se acelera muchísimo. Se añaden ahora a su base más de 100.000 vídeos al mes y la calidad de lo que son los vídeos de stock ha mejorado en los dos o tres últimos años, con productoras profesionales que se dedican exclusivamente al vídeo de archivo.
Los bancos de imágenes se están convirtiendo en bancos de vídeos. Ofrecen clips de entre 5 y 60 segundos, contenidos brutos que expresen una idea, que muestran una situación y que se pueden montar en cualquier vídeo corporativo, documental, programa de televisión…
Esta forma de suministrar contenidos creativos de calidad, de forma sencilla, rápida y económica ha hecho que, poco a poco, los bancos de imágenes se hayan convertido en una herramienta fundamental para cada vez más creativos. Si te interesa poner a prueba esta herramienta, puedes hacerlo con Fotolia, que regala el primer mes de suscripción a los lectores de Gràffica.
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Actualizado 18/11/2015