Los escenarios bucólicos y decadentes de Francesca Woodman

Del 8 de marzo al 7 de mayo, el Museo Patio Herreriano dedica una exposición a la fotógrafa Francesca Woodman con obras de la colección Sammlung Verbund de Viena. Su obra fue realizada en un periodo creativo comprendiendo aproximadamente casi nueve años, desde 1972 hasta 1980. En ella se trata la subjetividad femenina, fotografía conceptual, actuación artística y el descubrimiento del cuerpo.

Una mujer. Un espejo. Una mujer es un espejo para un hombre, Providence, Rhode Island, 1975–1978.

Francesca Woodman se crió y formó entre EEUU e Italia. Fue una niña americana de la Toscana, rodeada de amigos artistas de sus padres y una adolescente becada en Roma. Probablemente, su gusto por los escenarios bucólicos y decadentes no se entiende sin ese contacto con el viejo mundo. Empezó a hacer fotografías en blanco y negro a los 13 años, de pequeño formato, y casi siempre, con ella misma como protagonista.

Imaginaba libros para aquellas imágenes que pegaba en sus cuadernos y diarios. La naturaleza (ramas, bosques, pájaros…) y las casas (paredes, muros, ventanas…) jugaban un papel fundamental en la composición, había algo siniestro en aquella densidad simbólica, historias llenas de melancolía y tristeza con ella como único centro de todo.

Ángel, Roma, Italia, 1977.

La obra de Francesca Woodman fue realizada en un periodo creativo comprendiendo aproximadamente nueve años, desde 1972 hasta 1980. En ella se trata la subjetividad femenina, fotografía conceptual, actuación artística y el descubrimiento del cuerpo. La mayoría de las imágenes son en blanco y negro, de un formato pequeño y cuadrado y se tomaron con una cámara de gran formato.

La artista utiliza su cuerpo, a menudo desnudo, para conectar de una forma sorprendentemente original con su espacio de trabajo, explorando el ego femenino. Las fotografías de Francesca Woodman plantean preguntas, sugieren respuestas y reflejan una ambivalencia muy específica ligada a lo que significa ser una mujer.

Sin título,
 Boulder, Colorado, 1972–1975.

Hasta el momento, su obra se ha percibido concediendo mucha importancia al trágico suicidio de Francesca Woodman a la edad de 22 años. Esa aparente desaparición mágica de la figura femenina en sus fotografías se considera a menudo una anticipación estética de su suicidio. Sin embargo, la exposición de la colección SAMMLUNG VERBUND trata de dejar de lado esta interpretación tan extendida para mirar el arte de Woodman desde una nueva perspectiva, centrándose en diferentes temas como la capacidad excepcional del artista por percibir espacios creando situaciones en las que las leyes de la geometría y de la estática parecen suspendidas.

La comisaria Gabriele Schor afirma: «Concentrémonos en las energías del cuerpo femenino, que la Woodman visualiza en su interacción con la habitación y su interior. Examinemos el uso de herramientas (unos espejos, unos guantes, una tela de plastico, un empapelado, un pez, etc.) en las fotografías de la Woodman para subrayar cómo estos objetos le ayudan a desplegar un lenguaje metafórico, poético, emblemático. Y finalmente, analicemos entonces el trabajo de Woodman en un contexto feminista y histórico-artístico».

Sin título, Roma, Italia, 1978.

Francesca Woodman creció en el seno de una familia de artistas entre los Estados Unidos e Italia, de ahi su bilingüismo. Sus padres sentían auténtica pasión por Italia, razón por la cual le pusieron un nombre italiano y por lo que la familia siempre veraneaba en su vieja granja en Antella (cerca de Florencia). Woodman se familiarizó muy pronto con la historia del arte y con el arte moderno durante sus visitas a los museos. Realizó su primera fotografía artística, Selfportrait at thirteen (1972), a muy temprana edad. Tres años más tarde, tuvo su primera exposición individual en Andover, en el estado de Massachussets.

Entre 1975 y 1979, asistió al Rhode Island School of Design (RISD) en Providence, donde tenía su propio estudio: una habitación en una vieja fábrica textil. Desde 1977 hasta 1978, residió en Roma con razón de sus estudios; allí tomó fotografías en una antigua fábrica de pasta, entre otros lugares, que la llevaron a su primera exposición individual en 1978. La estética desvencijada y pasada de moda de esos espacios parecía corresponderse con la predilección de Francesca Woodman por la época victoriana.

Sin título, Providence, Rhode Island, 1975–1978.

Desde 1979 en adelante, vivió y trabajó en Nueva York, ganándose la vida de secretaria, modelo desnuda y asistente de fotógrafo. Algunas de sus imágenes demuestran sus intentos por convertirse en fotógrafa de moda. El 19 de enero de 1981 se quitó la vida con 22 años. Woodman dejó atrás un extraordinario volumen de obras entre las que se encuentran fotografías, vídeos, libros de arte y dibujos.

La colección SAMMLUNG VERBUND muestra 49 obras de Francesca Woodman (1958-1981) provenientes de su patrimonio. La colección ha adquirido regularmente fotografías de esta artista desde su fundación en 2004, y ahora cuenta con la mayor colección de sus obras sin tener en cuenta el patrimonio de la artista.

Autorretrato hablando con Vince, Providence, Rhode Island, 1977.

La obra de Francesca Woodman, que demuestra un extraordinario sentido de la representación y redefine la ‘imagen femenina’, es parte del enfoque temático de Feminist Avant-Garde of the 1970s (Vanguardia Feminista de los 70), la cual comprende 400 obras creadas por 27 artistas del sexo femenino de hoy en día. La obra de Francesca Woodman ha recibido especial atención en los Estados Unidosm, gracias a sus exposiciones en el San Francisco Museum of Modern Art (2011/12) y en el Guggenheim Museum de Nueva York (2012).

Qué: Exposición Francesca Woodman (fotografía) 
Dónde: Museo Patio Herreriano (Valladolid) 
Cuándo: Hasta el 7 de mayo

museoph.org

Sin título, Providence, Rhode Island, 1975–1976.
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