Una duda muy común entre los que se introducen en el mundo de la fotografía es: ¿capturar en formato RAW o formato JPG? Hay varias diferencias que pueden ayudar a decantarse por una u otra, y mejor conocerlas antes de comenzar con nuestro proyecto:
En fotografía, el formato RAW es un archivo sin compresión, que todavía no está procesado, es la escena tal y como ha sido captada por el sensor de la cámara. JPG es el producto final, comprimido, del que no tenemos tanta información y, por tanto, tendrá menos posibilidades de edición.
Cada cámara utiliza un algoritmo diferente para interpretar la información del color, utiliza distintos enfoques, y por ello los resultados son distintos. Cuando fotografiamos con RAW, la información de cada pixel se almacena en la memoria de la cámara y el proceso de interpretar la información del color, aplicar contraste, saturación o balance de blancos, se consigue utilizando manualmente procesadores como Lightroom, Camera Raw, Raw Image o Capture One.
Si fotografiamos con JPG, delegamos en la cámara la interpretación de la información RAW y la reproducción de la fotografía final. Este proceso de interpretación está basado en estimaciones y algoritmos. Al apretar el botón de disparo, aplicará un contraste, saturación y balance de blancos quedándose con tan solo 256 valores (JPG distingue 256 colores) de los 4.096 colores que presenta la imagen inicial, en RAW.
Cuándo fotografiar con RAW
El formato RAW es aconsejable cuando se trata de fotografiar paisajes, con cielos claros y sombras naturales por su alto rango dinámico. Si fotografiamos con RAW, tendremos control absoluto para editar y crear variaciones de la imagen con experiencia y tiempo. Ofrece más colores y posibilidad de editarla a tu gusto, mientras que si lo hiciéramos con JPG, la calidad de la imagen se reduciría considerablemente al editarla.
También es recomendable para las fotografías HDR, de alto rango dinámico entre zonas claras y oscuras, tal y como ocurría en el caso de los paisajes, pues esta técnica captura varias imágenes con diferentes exposiciones de luces y sombras y las comprime en una imagen HDR, por tanto, mejor con imágenes no procesadas. Para fotografiar imágenes de gran formato es aconsejable también hacerlo en RAW para que, a la hora de otorgarle otra escala a la imagen, contemos con la imagen inicial y no se pixele o pierda calidad.
Lo mismo sucede cuando hay poca (o mucha) iluminación, y poder ajustar el balance de blancos o los contrastes tras haber realizado la fotografía sin que eso perjudique a la imagen. Primero fotografías, y luego la editas. Si fuera una imagen JPG, la edición no sería tan fácil ni el resultado tan nítido.
Es la herramienta idónea para amateurs y profesionales que quieran retocar sus imágenes. Si te has equivocado, si no has escogido la luz adecuada, si quieres que tus colores sean más fuertes, con RAW puedes editarlo fácilmente. Es el formato indicado para principiantes y también para los profesionales que quieran reinterpretar y dar su propia visión o tener el control sobre la imagen, su color o su intensidad, por ejemplo.
Cuándo fotografiar con JPG
Si no pretendes editar la fotografíaJPG es el formato indicado para que tu imagen resulte más atractiva, pues en RAW, sin procesar, no se aprecian con tanta afinidad los contrastes o la nitidez. Por cierto, fotoperiodistas u otros profesionales optan, cada vez más, por no manipular las fotografías, por lo que el formato JPG será el indicado para ellos.
Cuando el tiempo corre en tu contra, tanto en la captura de las imágenes como en el retoque de las mismas, JPG será el formato adecuado, pues mientras que con RAW puedes disparar 10 frames por segundo y obtener un máximo de 100 capturas hasta que las imágenes se trasladen a la tarjeta de memoria, con JPG puedes realizar hasta disparos de 14 frames por segundo y ampliar a 350 disparos hasta que se llene la cámara.
Si se pretende realizar muchas fotografías el formato JPG es preferible, pues el formato RAW pesa mucho más, el espacio que ocupará en la memoria será mayor al ser un formato sin compresión. Con JPG será más fácil almacenar fotografías y, sobre todo, tener más espacio para nuevas sesiones.