Fallece Artur Sales, el mejor publicitario que he conocido

Puedo decir que Artur era diferente. Era un tipo con las ideas muy claras, un especimen diferente dentro del mundo del diseño y la publicidad local y nacional. Después de más de 30 años en la profesión sé que encontrar a un tipo como este no es fácil. Y os aseguro que escribo este obituario con lagrimas cayéndome por la cara.

Artur Sales, fue un publicista muy destacado, un líder y un visionario en el mundo de la publicidad. Al menos para mí lo es. Para mí lo era. Siempre sabía cómo hacer las cosas. He visto muy pocas personas resolver una campaña en tan poco tiempo, siempre de manera brillante, y con tan pocos recursos (si no los había). También aprendí de él que a los clientes había que despedirlos y decirles no. Siempre tan claro, siempre tan directo, siempre tan sincero.

Sabía hacer las cosas bien y nos ha dejado el 27 de abril, coincidiendo con el Día Mundial del Diseño Gráfico. Casi diría que siendo él, no es casualidad.

Su carrera se extendió por más de cuatro décadas, durante las cuales transformó y enriqueció el paisaje publicitario con su enfoque pionero y su capacidad para anticipar y moldear las tendencias del sector.

Desde sus comienzos en la agencia Tangram en los años 80, hasta su liderazgo en la agencia EXIT, Artur fue una figura clave en la evolución de la publicidad. Bajo su dirección, agencias como Nautas, Artur i Carles, donde le conocí junto a otra personas increíble como era Carles Barranco, y también Tandem DDB Madrid alcanzaron nuevos horizontes creativos y de negocio. Su influencia se extendió aún más cuando lideró BSM y más tarde AGR!, culminando en la creación de EXIT, una agencia que rompió los moldes tradicionales para enfocarse en “ideas de valor” más allá de la publicidad convencional.

También se implicó en su sector y en la mejora de los profesionales. Como presidente de la Asociación de Agencias de Publicidad de la Comunidad Valenciana (AAPCV), Artur jugó un papel decisivo en la promoción de la creatividad publicitaria, especialmente a través del festival La Lluna, Nit de la Publicidad Valenciana.

Conocido por su pensamiento crítico y estratégico, Artur siempre abogó por la importancia de una cultura de marca sólida, especialmente entre las PYMEs, y destacó el papel esencial de la publicidad en el desarrollo de organizaciones tanto lucrativas como no lucrativas. Su visión de futuro quedó patente en su contribución en nuestra revista Gràffica N.º 1, donde en 2009 predijo el paisaje publicitario actual con nitidez –remarco, era 2009–:

En 2030 ya no quedarán dinosaurios en la publicidad. Los grandes nombres de publicitarios –al estilo William Bernbach, David Ogilvy, George Lois… o Lluís Bassat en España– han dado paso a una gran atomización de agencias, profesionales y creativos. Y no quedarán por falta de adaptación al nuevo escenario, que exige mucho más trabajo en equipo y colaborativo y deja poco margen a los personalismos. La cosa ya no va tanto de premios en festivales como de ‘likes’ en las redes. Hace falta un nuevo modelo de negocio dentro de un universo gobernado por la gratuidad. Las grandes inversiones de los anunciantes irán disminuyendo y no compensará tanto como hasta ahora la planificación de medios. La industria tendrá que buscar las vías para poder mantener la viabilidad de todo un sector. ¿Cómo hacerlo? Está por ver. El mayor cambio vendrá en la contraprestación a los usuarios. Habrá que pensar en compensar a los usuarios por prestar atención y por participar en todo el proceso. Hoy en día ya ha dejado de ser un sujeto pasivo para pasar a compartir y a hablar de tú a tú a las marcas, pero en el futuro, además, es probable que quiera su parte del pastel. 

Artur no solo fue un líder en su campo, sino también un mentor y una inspiración para muchos. Para mí lo fue. No olvidaré que fue de los primeros que me trató como un profesional, que siempre fue una persona atenta y con la que de vez en cuando, menos de lo que me hubiera gustado, quedábamos a comer, arreglábamos el mundo y el me preguntaba por cosas y yo a él, para entender más y mejor el mundo que nos rodeaba.

Ójala creyera que te vas a reunir con tu amigo Carles y que ahora en ese otro lado vais a crear la mejor agencia del cielo donde tus ideas serán, seguro, las mejores, como siempre lo fueron. Gracias por haber existido. Buen viaje, amigo!

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