Si ha habido una noticia difícil de asimilar por su carácter injustificado y sus maneras autoritarias ha sido la reciente decisión (aún con carácter provisional) de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de Andalucía de establecer qué centros impartirán los Estudios Superiores de Diseño. La resolución establece que las escuelas de Almería y Cádiz son las seleccionadas para consolidar el plan experimental que comenzó en el curso 2012/2013, dejando a las seis provincias restantes y ocho escuelas implicadas sin oferta de enseñanza superior en diseño.
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Para explicar su carácter injustificado tan sólo tenemos que remitirnos a la citada noticia, la publicación hecha por la Consejería el pasado 23 de abril [aquí]. En ella podemos leer una resolución donde NO encontraremos ningún argumento que justifique la toma de decisiones. Quiero hacer especial hincapié en este aspecto ya que las escuelas de diseño implicadas en este programa experimental estaban siendo sometidas a una evaluación por parte de la Administración durante el presente curso académico, por lo que el resultado iba a poder ser consultado y contrastado en susodicha publicación. Para sorpresa, indignación y alimento conspiranoico los resultados de la evaluación de cada escuela no se han incluido, por lo que el tono de imposición autoritaria se confirma tras su lectura. Añádele que el plazo de alegaciones resulta poco útil cuando no tienes contra qué alegar. Si no hay resultado de las evaluaciones, si no se publican los argumentos que lleva a la Consejería a elegir a dos provincias sobre el resto, difícilmente se puede construir un alegato.
¿Qué pretende la Consejería al ocultar esta información en un proceso tan determinante para escuelas de diseño, profesores y alumnos? La respuesta la podemos encontrar en la Red: en el blog sindiseno.wordpress.com, en las cuentas @RIPdisenoandaluz y @sindisegno, o en los hastag #RIPseñoandaluz y #Sindiseño, en las firmas promovidas a través de Change.org o en las movilizaciones que se prevén en los próximos días. La respuesta se la están dando las especulaciones de las personas afectadas: dejar el frente despejado a las Facultades de Bellas Artes y a la educación privada (gran beneficiada de esta decisión) complicando el acceso a la oferta pública con sedes a 500 km de distancia y con una oferta incompleta (actualmente se puede estudiar Diseño de Interiores y de Moda en Almería y Cádiz respectivamente). La respuesta nos deja una vez más con un panorama difícil para la formación pública y especialista en el ámbito del diseño en Andalucía.
Si después de echar un vistazo a las referencias en la red se observa que los ánimos están caldeados no será por casualidad. Habría que explicar qué ha significado el citado plan experimental:
Si bien Andalucía ha sido la última comunidad autónoma en ofertar Estudios Superiores en Diseño, cuando se implantaron resultó sospechosa la generosidad en la asignación. Repartir estudios superiores en diez centros (públicos y dos privados) pareció excesiva, pero hay que situar esta decisión en fechas anteriores a las últimas elecciones autonómicas. A este factor añadimos la ausencia de riesgo como inversión. Se ha establecido una formación superior en diez escuelas de arte sin la menor inversión económica, lo que comúnmente se ha llamado «a coste cero», mientras tanto los alumnos tenían que pagar el correspondiente coste por créditos. El plan experimental parece política y económicamente muy rentable. Siguiendo con el devenir de los acontecimientos, en primer lugar, se impuso a los centros que alcanzaran un número de alumnos mínimo para poder continuar impartiendo esta formación y cuando era obvio que la demanda superaba con mucho la oferta, la Administración decidió establecer unos criterios de evaluación que han resultado ser perfectamente ignorados o, al menos, eso parece: equilibrio territorial, contexto socioeconómico y entorno productivo, rendimiento académico, satisfacción del profesorado y alumnado, adecuación de propuestas de mejora implementadas en el centro y méritos y elementos de calidad.
Dentro de la lógica perversa de la Administración, ha sido el personal de los centros educativos, el que ha desarrollado los informes que satisficieran las demandas de la Secretaría General de Educación. Pero por descontado, desde su altiva posición de gigante la Administración andaluza ignora este esfuerzo y designa a los centros que impartirán de forma definitiva estos estudios bajo un criterio aún desconocido y opaco.
Vista esta cronología no queda más que preguntarse: ¿Qué objetivo ha tenido este proceso? ¿No resulta obvio que esta gestión no ha hecho más que mermar el capital humano en las escuelas de arte en Andalucía? ¿A qué se debe esa renuncia a un proceso completamente transparente? ¿Quién se beneficia de esta decisión? ¿No resulta todo extrañamente sospechoso? ¿Para qué alimentar a la especulación?…
Nadie que lea este texto debe pensar que las Escuelas de Arte de Almería y Cádiz no se merezcan la asignación de los Estudios Superiores de Diseño. Ni mucho menos es la cuestión que se plantea aquí. Desde esta tribuna tan sólo se exponen los hechos con los que en el entorno de la comunidad educativa de las escuelas de arte andaluzas ha convivido los dos últimos cursos académicos. Que sea el lector el que saque sus propias conclusiones.
Profesor y jefe del departamento de Diseño Gráfico en la Escuela de Arte de Granada