Entrevista Ximo Abadía: «La escalada tiene un punto de vista muy creativo»

El mundo de la escalada ha fascinado a todo tipo de artistas. Es el caso de Ximo Abadía que, en VERTICAL. Historia ilustrada de la escalada, mezcla su pasión por la ilustración y la montaña. Con él hablamos para acercarnos a las cumbres más altas. ¿Qué es “Vertical”? Es un libro que surgió con la idea de conocer la historia de la escalada y su evolución desde los primeros alpinistas. También habla de los diferentes tipos de escalada hasta hoy en día. El proceso de búsqueda de toda esta información es Vertical que, finalmente, se ha convertido en un libro. Portada del libro ¿Cómo nace la obra? Mi trabajo es ilustrar pero en mi tiempo libre me voy a la montaña y me encanta escalar con los amigos. Metí las dos cosas juntas a ver qué salía. Hay mucha narrativa y muy buena sobre escalada, álbums ilustrados como Everest pero se suelen centrar en experiencias concretas y a mí me interesaba tener una visión más general. Litera libros nace con una vocación pedagógica. Suele hacer guías en las que se acercan a temáticas concretas con una óptica muy visual. Alguna vez había trabajado algún libro pedagógico pero la línea del editor, Juan (Romero Corell), no la había trabajado nunca. Se me hizo un poco extraño porque me marcó desde el principio la línea y tuve que adaptarme al estilo de libros que él hacía. Él me controlaba el trabajar con cajas, con píldoras, que el libro tuviera un orden y eso el lector lo agradece para no perderse. Vertical muestra lo monumental del mundo de la montaña... Más que un hilo argumental hay un montón de información que funciona por acumulación. ¿Cómo ha sido el proceso de documentación? Ha sido bastante loco. Si me hubiera enfocado en una sola disciplina hubiese sido más fácil. He conseguido libros para ver experiencias concretas, compañeros me han dejado artículos de revistas con las distintas modalidades, con gestas históricas, también he visto muchos documentales, que hay una amplia gama. También he consultado a amigos con los que escalo que tienen más trayectoria que yo para ver qué pondrían, que personajes deberían participar… el número de protagonistas es infinito y yo tenía un número limitado de páginas. Esa gente mayor me ha ido guiado y he tenido un montón de material para ir investigando. En el libro defines en qué consiste el alpinismo y posteriormente desgranas las diferentes opciones: clásica, deportiva y Boulder. La escalada ha evolucionado desde los inicios del alpinismo y hoy hay gente que practica diferentes formas de escalada o las combina todas. Yo creo que es lo bueno. Por eso era importante separar por cajas los diferentes tipos de escalada y ver cuáles son los materiales específicos para cada uno de ellos. Por ejemplo, en el alpinismo era más complicado llenar el número concreto de páginas porque había demasiada información. Está la historia de los ochomiles, que la quería poner y muchas cosas que no podía dejar de incluir. Ese capítulo era la caja grande y el resto tenían que cumplir un mismo patrón: una página doble para ver los personajes, una portada y una portadilla con la explicación, materiales y un cierre. Esa estructura le da un ritmo al libro pero nos hemos dejado muchos personajes por el camino que deberían estar. A través del libro conocemos algunos de los grandes hitos de la historia del alpinismo. Entiendo que el público al que os dirigís es generalista. Es algo que estuve pensando y no quería hacer un libro solo para escaladores. Creo que hay mucha narrativa ya, demasiada información. Me interesaba ofrecer una cercanía a la gente que no conoce el tema. Yo veo a la gente cercana que no sigue la escalada y le puede resultar extraño el tema. También puede ser un modo de enseñar a la gente más chica que alternativas de juego ofrece la escalada. En el primer capítulo haces un pequeño análisis de cuáles son los catorce ochomiles, las cimas más altas del mundo. Me parece importante poner las hazañas de conquistar las grandes cimas, cómo se ha llevado a cabo – con oxígeno o sin oxígeno –, los problemas que hay ahora en las escaladas, que tenemos que buscar la accesibilidad, evitar la masificación y la foto fácil desde la cima. Me parecía muy interesante narrar esas hazañas porque antes había otros medios y era mucho más expuestos. Hay una selección de personajes muy intensa acompañados de hitos del montañismo. El libro intenta dar una visión lo más inclusiva posible. Antiguamente teníamos una visión muy masculinizada del mundo de la montaña. Al investigar empecé a encontrar figuras femeninas muy importantes desde las primeras hazañas históricas que no han tenido la repercusión necesaria. Es algo que hay que hacer y le da otro equilibrio al libro. El alto rendimiento de hombres y mujeres es potentísimo y no hay que hacer comparaciones. Del mismo modo que hay que hablar de los sherpas, el mundo de la montaña es más de lo que estamos acostumbrados a ver y la figura de la mujer es algo que tenía que aparecer. Además del contenido destaca la forma del libro. Es un formato de gran tamaño en el que el color es fundamental. ¿Cómo ha sido tu trabajo como ilustrador para darle forma a toda esa información? Cada libro que trabajo tiene que suponer un reto, sino estaríamos trabajando siempre lo mismo. El tema era encontrar la línea gráfica que quería. No buscaba una línea infantil al uso. Limité la paleta de colores para dar un sentido al libro, que los colores se respeten entre sí. El tamaño me daba espacio para jugar con la imagen como si de cartelería se tratase. No he hecho muchos carteles pero me parece un mundo muy interesante e intenté usar las dobles páginas para ilustrar las montañas que me dieron mucho juego. Dobles páginas que se te quedan pequeñas y necesitas un desplegable de cuatro páginas para darle la magnitud necesaria al libro. Fue un juego final con Juan. Se nos ocurrió para mostrar la inmensidad de la montaña. Quería destacar su grandiosidad, esa obsesión del ser humano por ascender. Esas cuatro páginas con la frase de Mallory, “¿Por qué subo montañas?. Porque están ahí”, le dan el cierre perfecto al libro. Me gusta jugar con los formatos y estoy muy contento con este cierre. El libro es muy contemporáneo pero tiene a la vez un aliento de guía antigua. No sé si es algo buscado o conseguido. Entiendo que está buscado. Últimamente he hecho algunos libros con Zahorí sobre playa o montaña que siguen una línea más clásica. He estado una época obsesionado por autores clásicos como Sempé, Quino… que me parecen maestros pero hay que destilarlo y con unos colores más contemporáneos pueden ofrecer esa imagen que dices. La ilustración va cambiando, hay nuevas técnicas y es probablemente lo que he buscado. El blanco es esencial a la hora de definir la línea del libro. Hablábamos antes del color. Utilizas unos colores primarios muy potentes pero en este caso destaca sobre todo el blanco, que utilizas para llenar los espacios. Normalmente uso un color más crema de fondo que unifica los colores planos, primarios que uso. Me daba un poco miedo usar el blanco pero para un libro de montaña era fundamental. Al haber también mucha caja de texto me ayudaba. Da también un equilibrio a los colores. Metí un rosa que le daba un toque más canalla que el color carne y con el blanco destacaba mucho más. He utilizado mucho el azul también y creo que combinan muy bien. Siempre intento que los colores estén equilibrados. El color es esencial en el trabajo del autor. No sé si es casualidad pero a los espacios más urbanos es a los que dedicas más color, especialmente a la escalada urbana y los rocódromos. Lo hablé con mi amigo Manuel Marsol antes de empezar el proyecto. Le enseñaba los diferentes tipos de escalada y era muy interesante verlo. Es una explosión de color. La escalada tiene un punto de vista muy creativo y me ha venido muy bien poder romper en un momento dado esa paleta más limitada. El libro lo permitía y he podido hacer lo que quería. El libro funciona como objeto. No sé hasta qué punto has podido participar en las decisiones de diseño y el acabado. Por lo general me suelo ocupar de todo el proceso. Suelo ser bastante controlador tanto de la portada como de la estructura interior. Quizás tenga que ver con que trabajo habitualmente solo en casa como un ermitaño. Juan tiene una manera muy específica de trabajar y me marcó unas pautas. Él suele trabajar una línea muy específica de diseño con unas cajas muy marcadas que funcionan muy bien. Tuvimos un trabajo muy interesante de diseño por parte de Ibán (Ramón) que aportó una tipografía que no hubiese pensado. Al meterla en unos tamaños tan grande le da otro ritmo. Por ejemplo, en la portada. Elegimos la portada después de debatirla. Yo la tipografía la veía en azul pero al meterle Ibán el rojo gana mucho la portada. Ese proceso lo ha llevado él y creo que gana mucho el libro frente a lo que tenía en mente inicialmente. Trabajar con un buen editor y un buen diseñador hace que salgan buenos libros. Hablas de tipografía. Con ella cada doble página de inicio adquiere un valor casi de cartel. Trabajo haciendo portadas de narrativa y me gusta mucho. El formato tan grande me daba ese juego para venirme arriba como si fuese un cartel. Cuando surgió la idea de darle tamaño a la tipografía le dio un peso mayor a cada doble página. Cada capítulo del libro incluye los materiales esenciales para la práctica de la escalada. No es el primer libro que haces de montaña. No. Tuve un hijo hace poco y se me ocurrieron algunos libros que quería hacer con la montaña o la playa de protagonistas. En ese caso lo que hice fue acercarme a los clásicos como Bruno Munari con la intención de hacer algo muy destilado como esos libros que le hacía a su hijo (salvando distancias). Son textos muy sencillos, muy icónico y el peso lo da la ilustración. ¿Qué respuesta está teniendo el libro? No lo sé. Yo estoy muy contento con la edición. Hasta que no me llega el libro de imprenta sufro y no suelo estar tranquilo. Que el libro funcione o no tendremos que ir viéndolo. Esperemos que alguno lo pille y le guste leerlo. ¿Hay historias que querías contar y no has podido? Muchísimas. Es algo que me ha dolido. Me ha ayudado mucho un amigo, José Martín Anaya, y hasta el último momento seguía encontrando nuevos nombres y vertientes pero era imposible meterlo todo. Me he dejado muchas historias pero para llegar a los plazos era imposible. Me he quedado con miles de historias por contar. ¿Has terminado con la montaña? Creo que ya he cerrado ciclo con este libro. He contado lo que quería investigar. Ha habido un reto y un aprendizaje. He convivido un año con el libro y ya tengo que empezar otro, con otra técnica y otros retos. Me he quedado saciado y hay que continuar. Se me ha quedado buen cuerpo. ¿Comentas que ha sido un año de trabajo? Prácticamente. Son libros que demandan mucho tiempo y mucho dibujo y tienes que decir a proyectos que no porque sería inviable. No es lo mismo hacer un álbum ilustrado de veinte páginas dobles con los textos de otra persona. Querer abarcar tanto no sé si ha sido buena idea pero reclama mucha documentación y mucho dibujo. ¿Proyectos? Por ahora tengo el año que viene cubierto. Estoy acabando un libro con Zahorí Books sobre revoluciones históricas de las mujeres. También estoy ilustrando algún libro de narrativa adulta y sigo haciendo otros encargos. Como ves, un libro genera otro libro así que por ahora vamos bien.

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