Laia Guarro es una diseñadora barcelonesa con un amplio ámbito de trabajo que abarca desde la identidad visual al diseño de espacios. Desde su estudio quiere potenciar el diseño editorial y experimentar con técnicas como la risografía o técnicas tradicionales como el Gyotaku.
La diseñadora que de pequeña quería ser artista cambió de opinión gracias al olor de madera del negocio de sus padres y comenzó a estudiar Ingeniería Técnica en Diseño Industrial y Diseño Industrial, para finalmente dedicarse a su verdadera vocación, el diseño gráfico llegando a crear su propio estudio: Laia Guarro.
Al terminar su formación en la universidad se involucró con diferentes estudios de arquitectura y diseño de interior donde entendió los apartados poco glamurosos del trabajo, como la contabilidad, realizar la facturación o aprender a delegar.
Al no sentirse del todo cómoda con sus actitudes profesionales se mudó a Italia para conocer nuevas formas de entender el trabajo. Allí es donde comenzó a adentrarse en el campo de la comunicación: «de Milán me sorprendió, en positivo, el valor que se le da al diseño. Aquí tenemos que justificar cada uno de los pasos que hacemos y explicar al cliente el valor de nuestro trabajo», añade Laia. Pero también, observó un diseño más rígido e institucional con poca sustancia por lo general e ideas poco arriesgadas. Sin embargo, fue la ciudad donde realmente encontró su camino.
Desde que regresó a Barcelona, Guarro ha creado su propio estudio donde se muestra lo polifacética que es al trabajar en distintos ámbitos profesionales como la identidad visual, el diseño editorial o el diseño de espacios. «Aunque cada vez me estoy centrando más en el diseño editorial y la creación de marcas, creo que los proyectos que me definen más como profesional, son los multidisciplinares». Para algunos proyectos de branding desde su estudio, al equipo le gusta ser capaz de diseñar la identidad de la marca, sus aplicaciones, las oficinas, la tienda física o sus eventos. Pueden cerrar el círculo o trabajar con colaboradores externos para terminarlo todo.
No es habitual encontrar diseñadores que también se dediquen al diseño de espacios, pero a Laia le venía de familia por el negocio de muebles de sus padres, donde trabajó de pequeña realizando proyectos para los clientes, lo que también le ayudó para mejorar a la hora de relacionarse con las personas.
Afirma que hay que ser fiel al realizar cada proyecto con un método personal, pero, a la vez, cada trabajo tiene que tener su propio relato y personalidad en función de los objetivos marcados.
Guarro apuesta por trabajar en el día a día con técnicas digitales para poder ser más rápidos y eficientes para sus clientes. Asimismo, en los últimos años está intentando incorporar técnicas de impresión manual y de representación artesanal.
Ante cada encargo se pone “toda la carne en el asador” y se elabora un informe detallado junto al cliente para mejorar la estrategia de marca y saber que aspectos técnicos tiene en la cabeza. «Muchas veces el cliente no sabe lo que quiere, pero sí lo que no quiere», aporta Laia. Las soluciones que potencia suelen tener personalidad gracias a un lenguaje visual moderno y funcional.
De su estilo destaca el minimalismo y la sencillez de las piezas que realiza, ya que inundan todos sus trabajos.
La diseñadora barcelonesa le gusta experimentar con técnicas tradicionales como el Gyotaku, la impresión tipográfica o la risografía. Entre algunos de sus proyectos personales se encuentran unas libretas con un diseño lineal, de inspiración 100% propia, que permiten trabajar con técnicas menos habituales. Para dar salida a estas creaciones se les otorga un enfoque de auto-promoción dirigido a clientes, colaboradores y medios.
Laia recuerda uno de los proyectos que más retos le ha supuesto: la revista Panenka. La ilustradora tuvo que empaparse de aspectos de diseño, estructura, impresión, papeles y formatos de las revistas en un tiempo récord, además de diseñarlo y maquetarlo todo en cuatro días. «Hubo días de no dormir por las noches y dedicar más de 16 horas a la jornada para sacar el proyecto. Pero al final dio buenos resultados y conseguimos ganar un Laus».
Con los diferentes movimientos feministas actuales que están luchando por la igualdad, le preguntamos a Guarro si cree que le han discriminado alguna vez por el hecho de ser mujer: «Creo que solamente una vez me discriminaron por mi sexo, y digo creo porque no estoy 100% segura, pero creo que mi sueldo era exactamente la mitad que el de mi compañero haciendo ambos exactamente el mismo trabajo».
Para el futuro próximo, Laia preve una colaboración muy activa con una editorial independiente de Barcelona, Kronecker Wallis que edita clásicos como el que ya está a la venta “Los Principios Matemático de Isaac Newton”.