En busca de talento o de cabreo

Este fin de semana me lo he pasado trabajando de jurado de Visual Talent 360º, el talent show organizado por ESAT. Agotador. Pero muy ilusionante.
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Ilustración: Sunbzy

Visual Talent 360º es un proyecto de ESAT que se ha propuesto buscar a los nuevos talentos creativos en toda España con la promesa de becar los estudios a 3 personas. Una especie de Tú sí que vales pero de diseño y creatividad.

Hace tiempo en el documental Qué es tipografía de Tamara Romero decía que  para que nuestra profesión fuera mejor considerada por la sociedad sería interesante hacer algún reality como los de Operación Triunfo o ahora Master Chef y todas sus variantes. Pues ya está aquí y aunque no saltará (de momento) a las televisiones nacionales, el formato es realmente interesante, y no por el espectáculo sino por el concepto que ha conseguido unir ESAT.

Las escuelas de diseño deberían estar obligadas a atraer talento hacia sus puertas y no solo clientes. Que un centro consiga juntar a 50 personas para demostrar su talento y crear interacciones entre ellos es una experiencia muy enriquecedora. Ver a una chica de 17 años cómo presenta su portfolio, cómo derrocha energía al contar lo que hace es emocionante. Y si alguien pone los medios, muchos medios, para que esos futuros profesionales encaucen sus ambiciones sin pedirles nada a cambio, es para celebrarlo. Es para reflexionar: ¿Quieres a los mejores clientes o a los mejores talentos en tu escuela? Ahí lo dejo.

Se han presentado más de 1.000 propuestas, de las que 50 han salido elegidas y han competido este fin de semana para seleccionar a 10, de los cuales sólo quedarán 3 que serán quienes disfruten de una beca para realizar sus estudios en el centro por un valor de más de 20.000 € cada una.

El reto que se ha planteado ESAT es alto ya que buscan el creativo 360º. No se conforman con elegir a tres personas que tengan talento. Las 50 que vimos este fin de semana lo tenían, sino que además sus propuestas sean multidisciplinares. Futuros profesionales que igual son capaces de ilustrar, fotografiar, montar vídeo, stop motion, pintar, relatar, presentar, crear, idear… ¿diseñar?

El término diseño se ha ido haciendo grande hasta abarcar tal número de disciplinas que, ahora, más que nunca la multidisciplinaridad ya no es un valor, es una realidad. O una necesidad. Ya lo apuntaba Adobe con sus eventos Create Now en los que habla del New Creative, una nueva especie de profesional que controla todo el software, que igual ilustra con Illustrator que monta un vídeo en Premier o edita una web en Muse. Es decir, que conoce el HTML al igual que una sobreimpresión o un plano secuencia. Y cuando decimos que ‘conoce’, no significa que sea un experto.

Y aquí es donde paso a la segunda parte del titular. Al cabreo. Desde que abrimos la sección Empleo nos han llegado todo tipo de mensajes sobre las ofertas publicadas. Y solo hay que publicar una oferta de trabajo para que se desaten todos los infiernos. Que si el buscador ofrece ofertas impresentables, que si no filtramos, que pagan poco, que son unos explotadores, que que se habrán creído…

Normalmente el cabreo viene por el tipo de perfil que se demanda por las empresas. Solicitan tal número de habilidades que automáticamente levantan suspicacias. Tienes que hacer de todo por cuatro miserables céntimos. Y aunque en el fondo entiendo a muchos y sé perfectamente que la situación no es la mejor, a veces las críticas son injustas e innecesarias. En muchos casos, creo que se hacen desde la ignorancia más absoluta.

Si hoy no controlas todo lo que piden en una oferta de trabajo más vale que vayas pensando en dedicarte a otra cosa. Podemos seguir cabreados con el mundo porque nos acostumbramos durante décadas a conocer un par de programas. A tener alguna destreza con la composición o con el dibujo y con eso hemos vivido muchos años, y muy bien. Pero ahora la situación ha cambiado mucho. O sabes moverte bien entre todas las disciplinas y habilidades o es muy difícil.

Los que vienen no van a pararse a protestar. Vienen con el talento en la piel. No tienen miedo ni vergüenza. Con muy pocos años de experiencia hacen un montaje de vídeo, una web, ilustran, imaginan y piensan en 360º. Si queremos seguir cabreados con el mundo, perfecto, pero los nuevos talentos nos van a pasar por encima como un viento suave, de esos que te erizan la piel en pleno agosto, y se alejarán sin darnos oportunidad a verlos y poder aprender de ellos. Lo he visto este fin de semana y la verdad… ¡me alegra!

 

 

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