La escritora y diseñadora norteamericana reivindica una lectura feminista e inclusiva del diseño gráfico en la clausura del Festival Telmodice.
Dejar de denominar «viudas» a esas líneas aisladas que aparecen al principio de una página o cuestionarse los motivos por los que las mayúsculas se usan para transmitir autoridad y poder (patriarcal) fueron algunas de las propuestas que Ellen Lupton lanzó a los asistentes a su conferencia. La norteamericana ofreció una mirada que propone cuestionarlo todo, desde la terminología hasta la historia de la profesión, con el objetivo de establecer un nuevo discurso que tenga en cuenta realidades hasta ahora ignoradas.
Lupton cerraba así una edición del Festival Telmodice que se ha centrado en el diseño como una herramienta de cambio y de transformación. Además de la conferencia de Ellen Lupton, titulada «Wives, Widows, and Brides—Designing while Human», a la clausura del festival se unió el Estudio Santa Rita que, desde Málaga, trabaja para clientes de todo el mundo como Pepsi, Apple o Meta, y que hablaron de la suerte como un factor crucial en el éxito profesional. Además, aprovechando que acaban de cumplir diez años de trayectoria, ofrecieron los diez aprendizajes más importantes que han tenido durante esos años, por ejemplo lo importante que es fluir bajo presión o la importancia de salir de lo digital para trabajar también lo físico.
La clausura se completó con la presentación de La Enredá, un proyecto de codiseño realizado entre un grupo de estudiantes de San Telmo y personas mayores, mentorizados por Isa Casasnovas «Ludita» (Premio Nacional de Diseño en 2020). El proyecto pretendía explorar cómo la tecnología puede reducir la soledad no deseada en las personas mayores, uno de los grandes problemas a los que se enfrentan las sociedades contemporáneas. Los descubrimientos llevados a cabo durante la investigación condujeron a una solución inesperada. El documental que se grabó durante el proyecto se presentó en la clausura del Festival y se puede ver en Vimeo:
Una edición más, y van doce, Telmodice demostró que un festival elaborado desde la escuela pública puede estar a la altura de los mejores festivales de nuestro país. Un evento que, además, proyecta los valores de «lo público»: aspirar a la excelencia y buscar convertirse en una referencia sin dejar de ser abierto, gratuito y sin ánimo de lucro. Los reconocimientos recibidos en los últimos años, como el Laus de Oro o la selección por el Observatorio de la Cultura como uno de los proyectos culturales más relevantes de Andalucía, avalan la filosofía del festival.