Para aquellos a quienes les gustaría inaugurar un aeropuerto sin aviones, acumular cuentas en Suiza y en Andorra, abrir su propio casino, llevar una estación de alta velocidad a su pueblo, cubrir las carreteras de rotondas y cobrar un 3% por todo ello, se ha creado El Tesorero.
El Tesorero es un juego de cartas creado por Guantini Manoplof e ilustrado por Miguel Rejas, y que está en la plataforma Verkami en busca de financiación para poder llevarlo a cabo. Se trata de un juego de cartas rápido y divertido que emplea como eje principal el humor, la ironía y la crítica ácida sobre la actualidad política española. Pensado para echarse unas risas con amigos, es un juego que pretende aliviar la irritable sensación provocada por la realidad política en la que viven los españoles:
«Te sacará una sonrisa irónica, de esas que te duelen mientras te ríes. Pero por lo menos vamos a hacer que te rías, que eso de momento no te lo pueden robar», afirman los creadores del juego.
Según explican, El Tesorero es fácil de jugar y se basa en mecánicas sencillas como en los conocidos juegos Deal, Palé o Monopoly. Permite partidas cortas para los que sólo quieren pasar un rato divertido y partidas largas para los amantes de las cartas.
Entre las ilustraciones de trazo sencillo, ágil y colorista de Miguel Rejas, se pueden encontrar caricaturas y sátiras de todo tipo, desde personalidades políticas como Luís Bárcenas, Rita Barberá o Esperanza Aguirre, pasando por otros personajes como El Pequeño Nicolás, hasta las famosas tarjetas black o los ya icónicos sobres.
A lo largo de la partida el jugador puede comprar propiedades, pagar en sobres, cobrar comisiones, revalorizar propiedades, denunciar a sus oponentes, conseguir el indulto, coleccionar subvenciones… Toda una simulación de la vida del político corrupto modelo.
Si quieres ser partícipe de este proyecto, puedes echarle un vistazo a su página en Verkami donde explican la mecánica del juego así como las diversas recompensas para sus mecenas, entre las que se encuentra el DVD de la película B y una suscripción digital a la revista La Marea.