Mastercard ha presentado el rediseño de su marca. Un trabajo que ha desarrollado con Pentagram y que ya es trending topic entre los diseñadores porque, como siempre pasa, el cambio de identidad de una compañía que forma parte de la historia del branding, es siempre tema de debate.
Desde Pentagram explican que este cambio es una “evolución de la marca para resaltar la conectividad y la integración de Mastercard y de sus sistemas de pago”. Y esto se ha traducido gráficamente con un cambio de sus conocidos círculos interconectados que, ahora, se convierten en dos formas simples que reflejan sencillez, claridad y que enfatizan el punto de unión de ambos.
Pero, ¿qué motiva este cambio?
Son dos los objetivos que se persiguen con este rediseño. El primero es mostrar el carácter digital de Mastercard ya que uno de los principales activos de la compañía son sus plataformas de pago. Tal y como explica Raja Rajamannar, Director de Marketing y Comunicación de Mastercard, “la digitalización es una realidad universal y hoy todo gira entorno a la conexión de los consumidores”.
El segundo motivo es resolver la enorme confusión que existe entre su marca corporativa y las marcas de sus productos. Así, el nuevo logotipo representa a Mastercard como compañía global y también, representa a todos sus servicios y productos de manera que las tarjetas de crédito, las oficinas y sedes de la compañía, los escaparates de retail, las plataformas de pago digital y las aplicaciones de smartphones, quedan unificadas con una misma identidad. Sin duda, estas decisiones estratégicas que potencian la digitalización y la marca única, aumentarán en un futuro cercano la proyección de la compañía exponencialmente.
Evolución de la marca de Mastercard a lo largo de los años
Para afrontar este reto, Pentagram ha trabajado en conceptualizar gráficamente la agilidad propia del universo digital y la integración de la oferta de Mastercard pero preservando el legado de la compañía.
El resultado es un nuevo icono que mantiene la esencia del original pero que simplifica, actualiza y mejora sus formas para expresar conexión, accesibilidad, dinamismo e integración. No se puede negar que este nuevo icono mantiene lo mejor de la historia de la marca pero sin nostalgia y aportando un carácter contemporáneo, optimista y rejuvenecido.
La nueva identidad mantiene los colores rojo y amarillo y, por supuesto, el naranja que nace de su unión, pero innova con la tipografía FF Mark para el logotipo, que tiene formas geométricas y que, desde Pentagram, apuntan que recuerda a la versión del logotipo de 1979. Además, por primera vez en su historia, se arriesga con el uso de minúsculas en las iniciales aportando cercanía. Lo cierto es que el color y la tipografía forman un conjunto llamativo y vitalista, tal vez por la simplicidad, la limpieza y la claridad del grupo.
El proyecto también incluye el diseño de un completo universo gráfico que hace hincapié en las formas circulares que remarcan, de nuevo, su carácter dinámico y abierto.
Respecto a los colores se crea una amplia paleta pero con un negro y un gris cálido también protagonistas. Por lógica, todo parece enfocado a los entornos digitales y, sin embargo, son recursos que también funcionan en formatos offline.
En la actualidad existen 2,3 billones de tarjetas Mastercard y la cifra de implementaciones de la marca en negocios de todo el mundo es igual de desorbitada. Por este motivo, el rebranding será un proceso gradual en el que la nueva identidad se implementará por sustitución a lo largo de los próximos meses.
Aunque este rediseño es un punto de inflexión en Mastercard, lo cierto es que es poco arriesgado ya que se mantiene su esencia visual, su baseline “priceless possibilities” y su posicionamiento. Pero es un buen ejemplo de la necesidad de las compañías de actualizarse y adaptarse a las nuevas realidades del consumidor actual –lo que en muchos casos implica un nuevo lenguaje visual–. En este caso, Mastercard contaba con una gran ventaja que no todas las compañías tienen y es que su símbolo es totalmente reconocible. De hecho, un 81% de sus consumidores, reconocían a primera vista su símbolo rediseñado y lo relacionaban con Mastercard sin problema. Por tanto, la marca Mastercard es uno de sus mayores activos de la compañía y eso, no tiene precio.