El RCD Mallorca renueva su identidad visual con un homenaje al diseño y la cultura de la isla

El nuevo branding del RCD Mallorca, diseñado por Mandarina Brand Society junto con la tipografía exclusiva creada por Damià Rotger, destaca por ser una combinación bien ejecutada de respeto por la tradición y proyección hacia el futuro. En el competitivo mundo del fútbol, la identidad visual de un club puede ser tan crucial como su desempeño en el campo. Es precisamente esta conciencia la que ha llevado al RCD Mallorca a embarcarse en un proyecto ambicioso: renovar su marca para conectarse profundamente con sus raíces culturales y proyectarse con fuerza hacia el futuro. El resultado es una identidad visual y tipográfica que combina tradición, modernidad y un fuerte mensaje comunitario. El RCD Mallorca, fundado en 1916, es mucho más que un club de fútbol para los mallorquines: es un símbolo cultural y social. Este legado ha sido la base sobre la que la agencia Mandarina Brand Society, junto al tipógrafo balear Damià Rotger, han desarrollado el nuevo sistema visual del club. Lo primero que llama la atención de esta renovación es la decisión de mantener el escudo intacto, un gesto que respeta la historia y los sentimientos de la afición. Pero alrededor de este emblema tradicional, se ha construido una nueva narrativa visual que posiciona al club como líder cultural y deportivo. El poder de la tipografía: “Dimonia Font” Uno de los elementos más destacados de esta transformación es la creación de la “Dimonia Font”, una tipografía exclusiva diseñada por Damià Rotger. Inspirada en los “dimonis”, figuras emblemáticas del folklore mallorquín que representan la energía y el fervor de la isla, esta tipografía combina tradición y modernidad con un toque distintivo. Con variantes regular y extendida, la “Dimonia Font” no solo es visualmente impactante, sino que también es funcional y adaptable a contextos internacionales, un requisito imprescindible en la era global del fútbol. “La tipografía no es solo una herramienta estética, sino un reflejo del espíritu del club: pasión, lucha y orgullo por sus raíces,” explica Rotger, quien destaca la importancia de este trabajo como un puente entre el diseño contemporáneo y las tradiciones culturales de Mallorca. Un sistema visual con raíces mallorquinas El diseño gráfico que acompaña la nueva marca toma como inspiración el “ikat mallorquín” o “roba de llengües”, una tela tradicional que forma parte del patrimonio textil de la isla. Los patrones geométricos que recuerdan a esta técnica se integran en las composiciones gráficas del club, aportando textura y conexión emocional. Estos elementos no solo enriquecen el diseño, sino que también diferencian al RCD Mallorca en un panorama futbolístico donde las identidades visuales suelen ser genéricas. Los colores predominantes, rojo “vermell” y negro, se complementan con tonos secundarios como gris antracita y blanco, creando una paleta que refuerza la fuerza visual del club. “La idea era combinar los colores históricos con un lenguaje gráfico que hablara de nuestra cultura y tradición, pero que también fuera contemporáneo” explican desde Mandarina Brand Society. La nueva identidad no es solo un ejercicio estético; responde a una estrategia sólida de posicionamiento. Con tres pilares clave —“Cap amunt, sempre amunt”, “Ca nostra, ca teva” y “No només un sentiment”—, el club busca consolidarse como un referente no solo deportivo, sino también social y cultural. El lema histórico “Cap amunt, sempre amunt” sintetiza la ambición del club, mientras que “Ca nostra, ca teva” refleja la visión de un estadio moderno y acogedor, integrado en la comunidad. Por último, “No només un sentiment” reconoce al RCD Mallorca como embajador de la cultura mediterránea, exportando al mundo los valores de la isla en cada partido.

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