El problema de la creatividad

¿Qué es la creatividad? ¿Qué hacer para que se convierta en una ventaja competitiva, en un factor realmente diferencial? Foto de Mel Poole en Unsplash «La creatividad es una forma de bienestar mental» James Rhodes Creatividad, innovación, disrupción, sostenibilidad… son algunos de esos «palabros» que de tanto decirlos acaban por diluir su significado y esencia. Parafraseando a los Increíbles de Disney, «si todos somos creativos, nadie lo es». Desde un punto de vista académico la creatividad se ha definido como: La producción de ideas, objetos y obras artísticas (Engle, Mah y Sadri, 1997); Un fenómeno con elementos novedosos en las características de una persona, de un proceso o de un producto (Davis, 1983); La intuición para resolver problemas con nuevos procedimientos (Bransford y Stein, 1984); El equilibrio entre el análisis, la inventiva y la práctica (Sternberg, 1997). Hoy muchos negocios/marcas basan su posicionamiento y competitividad en la creatividad, pero también muchas veces es más un «palabro» que una realidad. Porque para que la creatividad se convierta en una ventaja competitiva, en un factor realmente diferencial, no basta con mencionarla y fichar a gente con talento, hay que trabajarla, nutrirla, cuidarla y, consecuentemente, invertir conscientemente en ella. Y esto no siempre ocurre. barreras ¿Cuáles son las barreras más comunes a las que se enfrenta la creatividad? Miedo al fracaso, a no estar a la altura, a no ser suficientemente creativo/s. Miedo a la crítica, al ridículo, a la burla o incluso al rechazo. Confundir creatividad con agilidad. Parece que la creatividad tiene que ser ágil por defecto, pero el pensamiento creativo tiene una mayor demanda cognitiva que el pensamiento lógico. Es decir, analizar una idea es más sencillo que crear una nueva partiendo de fuentes diversas, y por eso la creatividad tiene sus propios tiempos en función de cómo la afrontemos. Confundir creatividad con diseño, la creatividad no es exclusiva del departamento creativo o de diseño o del de marketing y publicidad, sino la capacidad de aplicar un pensamiento creativo en nuestra disciplina, sea cual sea. Según un informe del Foro Económico Mundial de 2020, la creatividad estaba en tercer lugar entre las 10 competencias más demandadas por las empresas, precedida por la resolución de problemas y el pensamiento crítico. Las compañías buscan cada vez perfiles más creativos, pero ¿cómo direccionar y potenciar esto de forma consistente evitando las barreras comunes? Entendiéndolo no como un adjetivo, sino como una disciplina con una metodología, proceso, premisas, llámalo-como-quieras que necesitamos conocer e integrar, no solo desde el departamento creativo, sino sobre todo desde la dirección de la compañía. el modelo de las 4p ¿Y cómo deberíamos afrontar la creatividad en nuestro día a día?Si de nuevo acudimos a la bibliografía académica, la principal referencia es el modelo de creatividad de las 4P publicado por el psicólogo educativo Melvin Rhodes en 1961 en su artículo «An analysis of creativity». En este se definen 4 variables que deberíamos ser capaces de gestionar de forma proactiva para potenciar la creatividad en nuestra organización, y que analizamos a continuación. PERSONSe refiere a la capacidad individual de cada persona de ser creativo. Esta dimensión afecta claramente a la captación de talento, donde la creatividad debería ser un filtro que asegure la incorporación de perfiles acordes a la cultura de la organización, así como una variable clave a trabajar en la retención de este mismo talento. PROCESSAquí intervienen las dinámicas de pensamiento y trabajo que utilicemos para dejar fluir la creatividad. Según el filósofo norteamericano John Dewey, el proceso creativo ideal debería constar de las siguientes 5 fases. La identificación del problema y/o necesidad. Presentación clara del problema. Generar un concepto, idea, esquema o plan para resolverlo. Analizar y reflexionar las ideas propuestas. Comprobar la capacidad real de implementación de la idea. Pero aquí una puntualización, llevar a cabo un proceso determinado no nos asegura, sino facilita, llegar a un resultado creativo. O lo que es lo mismo, no por haber hecho un brainstorming o workshop trabajando en equipo van a salir necesariamente buenas ideas. La creatividad no es sinónimo, por defecto, de trabajar en grupo, o de seguir un proceso determinado, sino de la calidad de las soluciones a las que lleguemos. La creatividad depende de la calidad de las soluciones a las que lleguemos. PRESSAquí se refiere al entorno en el que se desarrollan las ideas, tanto mental como físico. En términos psicológicos la falta de tiempo, la presión y la repetición de tareas son los principales enemigos de la creatividad. Pero también se ha de tener en cuenta el entorno, los espacios en los que desarrollemos nuestra creatividad. Esto afecta a nivel micro y macro. Micro, el espacio de trabajo, nuestra oficina o casa y cómo de inspiradora y acogedora sea. Macro, el dónde vivamos, porque está demostrado como el hecho de vivir en ciudades puede influir negativamente en nuestra capacidad creativa. Reduce un 50% nuestra capacidad para ser creativos. (Fuente: Revista Science) Reduce un 40% nuestra capacidad de atención. (Fuente: PLoS-One) Reduce un 50% nuestra capacidad para tomar decisiones efectivas. (Fuente: Emotions) Reduce un 30% nuestra capacidad cognitiva. (Fuente: Frontier in Human Neuroscience) Esto explica el auge de los viajes bleisure (business & leisure) donde, en gran medida gracias al teletrabajo, se combina cada vez más trabajar con disfrutar, buscando precisamente potenciar la creatividad en los entornos de trabajo. PRODUCTLa última variable es el objetivo al que apliquemos la creatividad, es decir el entregable final o solución que aportemos. En este punto es importante tener una dirección clara del proyecto, detallar las premisas estratégicas, prioridades, objetivos, criterios de éxito, conocer cómo se va a implementar… y en general toda la información relevante para definir un plan de acción y llegar al mejor resultado posible. En definitiva, si queremos ondear la bandera de la creatividad es necesario ir más allá de la intuición y sentido común. Necesitaremos incorporar también las dinámicas de trabajo adecuadas en las compañías para poder cultivar la creatividad de forma estratégica y efectiva para nuestra organización y marca.

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