Aurélien Ducoudray y Mélanie Allag son los creadores de El cumpleaños de Kim Jong-il, un libro de ficción documental que cuenta la historia de un niño norcoreano y cómo evoluciona la fe que tiene hacia su gran líder, que se irá resquebrajando a medida que vaya descubriendo la otra cara del régimen.
Este libro publicado por la editorial Astiberri muestra la triste realidad de los millones de hombres, mujeres y niños que han crecido y vivido acunados por la propaganda del régimen de Corea del Norte. La inocencia del niño a través del que se cuente la realidad norcoreana permite ver la crudeza del régimen gracias a la antítesis entre lo que parece y lo que en realidad es.
Aurélien Ducoudray toma como punto de partida los testimonios de los pocos norcoreanos que consiguieron huir de su país y han podido contar su infancia allí. Los textos de Aurélien Ducoudray junto con las ilustraciones de Mélanie Allag crean un intenso relato sobre el paraíso comunista del dictador Kim Jong-il a través de la mirada de un niño, Jun Sang, que poco a poco va descubriendo la otra cara del régimen mientras su visión sobre este va cambiando, resquebrajándose paulatinamente los pilares que regían su vida.
«Me llamo Jun Sang, tengo 8 años y soy un joven de la Corea liberada. La vida es importante para mí, la esperanza en un futuro radiante, también. Sin embargo, mi vida, mi esperanza, mi felicidad valen menos que la patria».
La historia de Jun Sang es la de un niño corriente que nace en el seno de una familia común, su padre trabaja en la mina y su madre en una fábrica de confección, tejiendo uniformes. En la escuela les enseñan que sus enemigos son los americanos y surcoreanos, mientras que la única persona que puede protegerlos de todos los males es Kim Jong-il, sucesor de Kim Il-sung. Al él se refieren como «dirigente mundial del siglo XXI» o «padre bienamado» porque es quien los guiará hacia la realización del milagro socialista.
«En la República Popular Democrática de Corea del Norte, hay dos personas más importantes que nuestro padre y nuestra madre, nuestro querido general Kim Il-sung y su hijo Kim Jong-il. Como los queremos mucho, colgamos sus fotos en todas partes… En las calles, las fábricas y las casas. Incluso hemos levantado estatuas gigantescas donde depositamos flores por su cumpleaños».
Sus ratos libres los dedica a ver series que glorifican al líder en el canal único de televisión o a leer tebeos con sus amigos que narran la pésima vida de los surcoreanos. Cuando asisten de vez en cuando a una ejecución pública, recogen los casquillos de las balas porque traen suerte. Jun Sang es un niño feliz con una fe ciega hacia el régimen.
Sin embargo, la hambruna asola el país y no queda comida en la ciudad, pero tampoco en el campo. Conseguir un cuenco de arroz diario es un trabajo costoso y a veces tienen que cazar ratas. Por ello, la familia de Jun Sang se encuentra en la tesitura de huir hacia China para llegar a Corea del Sur. Es su única salida, aunque escapar del país no les resultará tan fácil. Otra lectura sobre el régimen norcoreano, en definitiva, desde la más pura inocencia infantil.