En colaboración con Domestika.
Que levante la mano quien no haya elegido una botella de vino por el diseño de su etiqueta entre la larguísima fila de botellas perfectamente colocadas una junto a otra en el pasillo del supermercado, pasando un poco por alto los sabores y aromas del brebaje que esta envuelve. El packaging condiciona muchas de las decisiones e impulsos de compra que tomamos y el ejemplo del vino es solo uno de los más obvios.
Algo similar ocurre con el tema del branding de cerveza, que se ha visto impulsado por la proliferación de productores de variedades artesanales tan de moda actualmente. Con una gama tan amplia de pequeñas marcas emergentes resulta indispensable llamar la atención del consumidor con algo que pueda percibir mucho antes de saborear la cerveza. Es ahí donde entra en juego la creatividad y donde se nota que, aunque el diseño de packaging para productos de consumo es una tendencia que lleva décadas en boga, es ahora cuando empieza a calar no solo en grandes, sino también en pequeñas producciones.
La importancia del unboxing
Se ha escrito mucho sobre la posición idónea del producto en el lineal de un supermercado; existe incluso una ciencia, el neuromarketing, que estudia la psicología del consumidor y su comportamiento en el punto de venta. Pero en un tiempo en el que el mercado online va ganando terreno, está más que claro que hay que apelar a otras tácticas, a otros sentidos.
Cuando un usuario decide comprar un producto por internet no puede tocarlo, olerlo, sentirlo… la vista se convierte, así, en el principal medio para despertar el impulso del consumo no y el packaging juega un papel crucial. Pero existe algo casi tanto o más importante que el aspecto del producto en sí: la manera en que el usuario lo recibe en su casa.
Un paquete que llega por correo o por mensajería es, en muchas ocasiones, la carta de presentación de un producto o tienda online de cara al consumidor y es esencial crear una experiencia unboxing satisfactoria.
No en vano existen canales de Youtube con millones de seguidores especializados en analizar este fenómeno. Factores como la forma o el material con el que está construida la caja en el que está envuelto el producto, incluir mensajes personalizados o incluso la cantidad de espacio que ocupa el producto con respecto a su embalaje pueden convertir esta primera toma de contacto en una relación de larga duración o en un desastre absoluto que terminará en ruptura.
No cabe duda que papel del diseñador es indispensable a la hora de crear un packaging efectivo, que resuelva las necesidades específicas de cada producto y que consiga llamar la atención del consumidor. Pero también es labor suya la de crear una experiencia placentera cuando se trata de recibir un paquete por correo, el aclamado unboxing. Cada vez son más las empresas, marcas y tiendas que apuestan por una estrategia de diseño de packaging. Y tú ¿eres de los que compran un producto por precioso su embalaje?