Desde aquí queremos hacer una reivindicación a la irreverencia, la provocación, el descaro, la desvergüenza, la osadía, el atrevimiento, la frescura y el desparpajo porque sin ellas nuestra creatividad sería muy limitada. Y, si no nos equivocamos, la creatividad es la que mueve nuestras ideas, nuestros conceptos en forma de diseños, campañas publicitarias y, en definitiva, nos permite avanzar en nuestros proyectos. El porqué de esta monserga es por dos noticias que este mes de octubre han saltado a los medios de comunicación y de las que hoy nos hacemos eco.
La primera está relacionada con la campaña gráfica de Icecreamist. Esta marca de helados inglesa es conocida por sus campañas golosas sí, pero con una imagen más bien transgresora y cercana al mundo de la noche y los vicios anexos, manteniéndose al margen de todos los convencionalismos de lo que es el mundo dulzón del helado.
Para comprobarlo tan sólo hay que ver su web o simplemente el logotipo de la marca, en el que muestra una calavera como recién salida de un ‘after’, risueña, con gafas de sol y apuntalada, en vez de por un par de tibias, por dos cucharillas de helado.
La cuestión es que, ahora, los que fueron iconos de la irreverencia, los mismísimos Sex Pistols, han anunciado acciones legales contra Icecreamist por utilizar el tema God save the Queen y transformarlo en God save the cream como el slogan de su campaña publicitaria. La imagen gráfica que acompaña a la frase no es menos llamativa. Icecreamist hace uso de la coherencia y se ha servido igualmente de la iconografía que la banda punk utilizó en los 70 y que hoy por hoy es todo un símbolo sobradamente conocido. Con un fondo en blanco y negro y la bandera inglesa en magenta (los tres colores corporativos de la marca) se ve la fotografía de la reina Isabel II, en esta ocasión con la frase God save the cream sobreimpresa encima de manera que le tapa los ojos, al tiempo que luce una cucharilla chorreante de helado cayéndole de la comisura de los labios.
Una campaña 100% subversiva para “una marca de helado subversiva”, como dice el propio anunciante. Para entenderlo mejor veamos uno de los productos de Icecreamists que figuran en la carta de una de sus tiendas en el centro de Londres: un cóctel de helado con absenta llamado Sex Pistol.
Aún no se sabe en qué puede quedar todo este lío, aunque lo cierto es que a la compañía le puede salir bien caro. Por lo visto, el grupo pretende retirar toda la imagen gráfica de la campaña y que ha plasmado en su publicidad externa, en una campaña para internet, anuncios virales, camisetas, mostradores y otro material de merchandising. Por lo que a nosotros respecta, toda una lástima porque la campaña es brillante.
Canal Videos Icecreamists: God save the Cream – Shoot to Chill
La segunda noticia de la que nos hacemos eco es que el Museo de Bellas Artes de Bilbao, finalmente ha retirado el cartel de la exposición El joven Murillo. El cartel de la discordia mostraba un autorretrato del pintor en el que, tuneado para la ocasión, lucía un ‘piercing’ en la ceja.
Un poco de humor, ironía y provocación no está de más en los tiempos que corren, sobre todo si sirve para mover las mentes pacatas. Y ¿por qué no? A nuestro entender, el uso de esta ‘aberración’ en el estilismo del pintor tiene su justificación para esta campaña concreta, más aún si nos fijamos en el aspecto simbólico y conceptual de la misma. Pensemos que cuando Murillo se pinta a sí mismo en este retrato cuenta con poco más de 30 años. Pero claro, los muertos no hablan y no sabemos si actualmente Murillo llevaría un ‘piercing’ o unos náuticos con un suéter Lacoste…
Quien ha hablado por él ha sido el coleccionista neoyorquino propietario de la obra, a quien el fotomontaje ha disgustado hasta el extremo que ha obligado a retirarlo. Nuestra pregunta es, ¿qué pensará este mismo coleccionista de la parodia que Duchamp pintó en 1919 de la Mona Lisa, con bigote, perilla y la inscripción LHOOQ (ella tiene el culo caliente, traducido del francés)? ¿Está en peligro nuestra creatividad?
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