La sala de la Kursala sigue siendo un verdadero referente donde descubrir nuevos talentos fotográficos. El último de ellos es Guillermo Álvarez, diseñador gráfico de formación que, a mitad de carrera, descubrió su pasión por la imagen.
Este hecho le llevó a investigar y dirigir su aprendizaje hacia el conocimiento de las cámaras y las lentes en la escuela de fotografía EFTI, donde fue ganador del premio Futuro al Betrayal (EFTI) por su trabajo Delasdueñas.
Delasdueñas es un proyecto sobre el reencuentro lúdico y personal a través de la cámara, donde la imaginación y la realidad se entremezclan: la realidad de lo que es y la imaginación nostálgica de lo que fue.
Guillermo Álvarez nos presenta un proyecto que nace del desarraigo. De la nostalgia por la pérdida de una forma de vida. De la experiencia personal. De un lugar en constante cambio que se mantiene en el tiempo, permitiendo vislumbrar su antiguo recuerdo.
Un punto donde la España rural clásica se deja entrever, donde el cemento y el color toman protagonismo dejando atrás la piedra y el barro. Las casas se derrumban. Las paredes envejecen con óxido y musgo. Sus habitantes tan peculiares y tan perfectamente felices en su pequeño universo, se barajan con los paisajes locales creando un ambiente surrealista que deja ver esta España ácida y despoblada, donde el presente y el pasado se confunden.
De un lugar importante por ser parte indispensable de nuestras raíces, significativo no por el contenedor, sino por el contenido de cada individuo que lo forma. En Delasdueñas el tiempo adquiere un ritmo tranquilo que consiente seguir respirando matices clásicos rurales que lentamente se deterioran por la ausencia de los que ya no están. Y de esta forma, permite que el presente y el pasado se confundan.
El costumbrismo de Álvarez salta a nuestra vista con unos colores sumamente vibrantes y una selección de imágenes que, con en un perfecto juego de retratos y bodegones de lo cotidiano, provocan en el espectador un deseo de conocer lo que hay en el trasfondo de cada una de ellas.
Guillermo Álvarez Fernández (León, 1995) utiliza la fotografía como una herramienta que le permite retratar de una manera idealizada, la España clásica que se pierde frente al progreso, creando un nuevo paisaje nacional, tanto en su sociedad como en sus paisajes.
Además de la correspondiente exposición que ha acogido la Sala Kursala en Cádiz, cabe destacar el potente y cuidadísimo fotolibro editado para la ocasión, con diseño del propio autor, impreso de forma impecable en los Estudios Durero y con una encuadernación artesanal donde se ve el lomo con costuras al aire.