Darle instrucciones a una Inteligencia Artificial para que genere un buen trabajo no es tarea sencilla. Después de intentarlo en la redacción para diseñar nuestra portada, decidimos contactar con Chema Parsanz quien sabe como hablarle de tú a tú a Midjourney.
Uno de los grandes avances del diseño digital ha sido la incorporación de la Inteligencia Artificial en los procesos de creación. Llevamos muchos años entrenando a las máquinas para reconocer objetos, caras y hasta tipografías. Todos hemos sido entrenadores no oficiales de las máquinas que ahora llamamos inteligentes. Con esta realidad que avanza, mejora y se impondrá inexorablemente en nuestras vidas como personas y como diseñadores, decidimos que la portada de nuestra revista 28 sobre Diseño digital la iba a crear una Inteligencia Artificial.
En la redacción ya habíamos utilizado tanto Dall-E como Mid-journey, en sus versiones gratuitas más sencillas, por pura curiosidad. La curiosidad del periodista, que le obliga a no poder escribir de aquello que desconoce.
Así que nos pusimos manos a la obra con la intención de darle algunas instrucciones a «la máquina» para que nos ofreciera una imagen digna de nuestra portada y que reflejara tanto en el fondo como en la forma lo que en estas páginas se cuenta.
Nos hizo falta poco para darnos cuenta de que a la Inteligencia Artificial le tiene que dar órdenes una inteligencia humana entrenada y que las imágenes que nos llegaban eran poco menos que caricaturas borrosas. Aún así no desistimos y, utilizando partes de las descripciones que otros ya habían usado, logramos descifrar cómo trabajaba la Inteligencia Artificial y pudimos dar órdenes más precisas. Sin embargo, lo que nos aparecía era pobre y claramente carente de creatividad.
Ante nuestro fracaso, decidimos acudir a una inteligencia entrenada para extraer lo mejor de la Inteligencia Artificial, y dimos con José Parra (Chema Parsanz, como se hace llamar cuando lidia con Midjourney). Chema lleva varios años «tonteando» con los programas de Inteligencia Artificial y los trabajos que está haciendo últimamente son de una calidad incuestionable. Él mismo nos cuenta cómo empezó a crear imágenes con herramientas de Inteligencia Artificial.
«Cuando comencé todo esto, probé varias herramientas, Dall-E, Stable Diffusion y Midjourney. Me quedé con Midjourney y comencé a trabajar. Dormía poco, porque la comunidad no estaba en Europa, sino en latitudes más alejadas a la mía y con horarios opuestos. Mi cerebro literalmente explotó. La ia es como el umbral de una puerta a otro universo, puedes cruzarlo o no. Si no lo cruzas, no pasa nada, sigues caminando con una perspectiva limitada de la vida. Si lo cruzas, puedes volver, pero no serás el mismo. No puedes borrar esa explosión que el poder de la Inteligencia Artificial produce en tu cerebro.
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