Por qué deberías revisar tus errores en la comunicación personal

Los errores en la comunicación personal son más frecuentes de lo que quisiéramos. ¿Cómo evitarlos y mejorar nuestro estilo a la hora de comunicar? Aquí algunos consejos. 

Por qué deberías revisar tus errores en la comunicación personal
Photo by Abigail Keenan on Unsplash.

En las escuelas de diseño se enseña a comunicar desde un punto de vista más estético o funcional, siempre desde la distancia con nuestro interlocutor. El emisor es quien domina la situación; ‘yo lanzo un mensaje, muy bonito y muy estético, y a ver qué pasa’. Pero, ¿qué sucede en las cortas distancias? ¿Cuando nos enfrentamos en un tú a tú? Y es más, ¿qué sucede en el universo digital, donde a pesar de la distancia de miles de kilómetros, nuestro interlocutor quiere un contacto directo? 

Las redes sociales son una importante muestra de cómo se debe trabajar esos mensajes de tú a tú. El emisor ya no es el rey, simplemente es el transmisor de un mensaje. El público, ya sea en Instagram o en nuestra tienda online, quiere un contacto directo con su interlocutor; que no sea un servicio automatizado, sino alguien con quien hablar, más humano; alguien que se emocione, que se ría o a quien poder sacar los colores en un momento dado.

Ese es uno de los mayores errores en la comunicación personal que están cometiendo las marcas. 

Por otro lado, si rastreamos en la mayoría de los problemas a los que nos enfrentamos en nuestro día a día, lo más seguro es que nos percatemos de que una de las causas es un fallo en la comunicación. Algo que se dice de manera incorrecta o el hecho de no decir nada, puede llevar a suposiciones que crean desafíos innecesarios. Entonces, ¿no sería genial si nos centráramos en revisar nuestra manera de decir las cosas y mejorar nuestro estilo de comunicación personal?

Visto el problema, ¿por dónde empezamos a atajarlo? Los buenos comunicadores también tienen inteligencia intelectual y emocional. Están muy en sintonía con los demás, ya sea que estén hablando con una persona, con un grupo pequeño o una audiencia de muchos. 

Factores como la empatía, el diálogo, compartir una visión común afectan a nuestra credibilidad como emisores y líderes de opinión. Pero tampoco hay que olvidar la autenticidad. 

Photo by Headway on Unsplash.

DESAFÍOS DE LA BUENA COMUNICACIÓN PERSONAL

Ser un mejor comunicador significa poner a nuestra audiencia siempre primero.

  1. La audiencia es lo primero
  2. Aporta información relevante
  3. Ten en cuenta la diversidad, dispersión y heterogeneidad de la audiencia 

La primera cuestión es abordar el mensaje no desde el punto de vista del ‘mí’, como el mensajero, sino más bien de un diálogo. Hacer ver que lo que quiero transmitir a la gente es algo común, pero no de una forma forzada. Ese hecho va a marcar nuestra credibilidad y que no haya barreras previas que obstaculicen el mensaje. Ese diálogo debe compartir una visión, y las personas que son buenos líderes lo piensan todo el tiempo.

El mundo digital ha agregado complejidad a la comunicación. Ese es uno de los grandes desafíos. En la comunicación externa con el público, las marcas (o sus community managers) se ven abocadas a tener que responder un sinfín de mensajes. El reto ahí, además de dar respuesta a todos los usuarios, está en encontrar un equilibrio entre el tono de la marca y aportar información que realmente relevante. 

A nivel interno de empresa, cada palabra y matiz tiene el potencial de una mala interpretación. No hay nada peor que un líder o un jefe que se dirige a su público y cuando termina su charla cada uno piensa: ‘No me ha dicho nada que yo no supiera’ o ‘para haber dicho esto, mejor que no hubiera dicho nada’. En un momento en el que todo el mundo tiene acceso a la información, es vital que la información aporte algún contenido de interés. De lo contrario, todo será visto como una pérdida de tiempo. 

Otro desafío en la comunicación actual es abordar múltiples generaciones. A veces, nos enfrentamos a tener que hablar con hasta cuatro grupos de edad en una empresa u organización. Las marcas y los líderes de opinión deben tener en cuenta las diferentes formas en que las personas de diferentes generaciones de nuestro público reciben, procesan y comparten la información hoy.

CÓMO ENCONTRAR TU ESTILO DE COMUNICACIÓN

Afortunadamente, hay pasos simples que todos podemos seguir para evitar los errores en la comunicación personal, y el primero es ser auténtico.

1. No intentes emular a una persona (una marca o una organización) que no eres. Puedes aprender de otros que tienen un estilo fuerte y efectivo, pero al final del día, tienes que trabajar con tu propia personalidad.

2. No tengas miedo a ser redundante. Puede que tengamos que repetir nuestro mensaje una vez más para que éste se quede y sea memorable. Repetir, pero de distintas maneras, es otra regla fundamental y todo un arte que requiere nuestra creatividad. 

3. Asegúrate de tener un estilo muy claro. Sáltate la jerga y llega al meollo del asunto. En el momento en el que terminamos de lanzar nuestro mensaje o nuestro discurso y nos damos la vuelta, si alguien no entendió lo que estábamos diciendo, fracasamos. Simplificar nuestro mensaje para llegar a un público amplio, estructurar lo que queremos decir, no dar saltos en los contenidos y no hablar por encima de los demás son cuestiones básicas para mejorar nuestra comunicación.

4. Utiliza el storytelling. La narración de historias es una potente herramienta para crear un estilo de comunicación propio. Cuando las personas escuchan esas pequeñas historias, prestan más atención a los hechos y pueden analizar mejor la situación. 

5. No pongas barreras, genera confianza. Da igual si eres un CEO de una empresa o una marca, lo más importante para establecer una buena comunicación personal es la confianza y la credibilidad. Cuanto más claros seamos, ya sea en una comunicación formal o más informal, mayores serán las posibilidades de que la gente nos entienda.

Si revisamos todos estos consejos y miramos nuestros propios errores en la comunicación personal, será un gran paso para mejorar nuestras relaciones.

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