Cómo diseñar un catálogo tan esperado y deseado como el de Ikea

Además de ‘la vuelta al cole’, el síndrome postvacacional o la venta de los coleccionables por fascículos, el mes de septiembre ya tiene asociado otro acontecimiento y mucho más esperado: la llegada del nuevo catálogo de Ikea con sus novedades. Pero ¿por qué esta pieza llega a generar tanto interés? ¿Cómo diseñar un catálogo que tenga tanta aceptación como este?. El diseño y la estrategia de comunicación tienen mucho que ver.

No hay duda de que el diseño es una de las herramientas más importantes para conseguir los objetivos de comunicación de cualquier organización. Es el diseño el que va a marcar la personalidad del proyecto o producto, el que hable por él. Pero no es suficiente con hacer algo ‘bonito’, tiene que tener un alma especial que logre llegar al público. Es por ello que hay que estudiar milimétricamente qué se va a decir y, sobre todo, cómo. La clave está en el usuario y su felicidad.

Anteriormente ya os hemos hablado acerca de cómo cada vez más las marcas están cambiando sus discursos con el objetivo de acercarse más a su público y qué metodologías utilizan para ello como el debranding (la herramienta con la que las marcas dejan al usuario como único protagonista), o como el Design Thinking, la metodología –dentro del proceso de diseño– para la innovación y resolución de problemas, centrada exclusivamente en las personas. Y es que basar el diseño pensando en la experiencia de usuario va a ser la clave para poder ganárselo.

El ejemplo más claro en diseños de catálogos cercanos al público puede verse en el de Ikea. Al contrario que publicaciones de productos similares, el de la multinacional sueca es un catálogo que no se limita solo a mostrar productos nuevos a consumidores en general. Va más allá y conecta con su público gracias al Design Thinking. Con esta metodología de diseño centrada exclusivamente en las personas, consiguen ofrecerle al usuario una experiencia genuina en la que se sienten identificados, como en casa. Fijando la mirada en el usuario y diseñado a partir de sus inquietudes, la publicación de Ikea pasa de ‘catálogo de muebles’ a un ‘conjunto de píldoras con dosis de inspiración’.

En el catálogo de IKEA se cumplen varios factores que son determinantes para que la percepción del público sea tan positiva. Su diseño ha permitido que el público lo entienda como algo suyo y por tanto algo muy esperado.

Primero, han logrado que el catálogo tenga tanta personalidad propia que de tan solo un vistazo a la portada de la pieza impresa, sea posible identificar de qué se trata. A pesar de las diversas modificaciones que ha sufrido a lo largo de todas sus ediciones, ha mantenido algunos elementos y composiciones que han fortalecido su identidad. Con ello, y gracias a los mensajes de carácter más personal que comercial que se distribuyen a lo largo del catálogo, se han adueñado de un ‘espíritu Ikea’ que ninguna otra marca posee; un lenguaje que el usuario comprende a la perfección por que es ‘de tú a tu’.

El especial cuidado en el diseño de su maquetación y en la creación de imágenes propias, también ha sido una gran baza a su favor: páginas atractivas y dinámicas gracias a la variedad compositiva de elementos; imágenes que no muestran espacios ni personas estereotipadas bajo un halo de lujos fastuosos, sino personas normales y corrientes en casas reales y acogedoras que quieren solucionar problemas habituales de espacio o de decoración. Un escaparate en el que muchos pueden sentirse identificados hasta tal punto, que trasladen esas imágenes a su hogar imaginando de esta manera cómo quedaría este o aquel mueble en su casa.

Es así cómo un catálogo –soporte que habitualmente tiene ciertos tintes comerciales–, se convierte en algo más que una publicación y pasa a ser como un amigo del usuario que le da buenas ideas para decorar su casa comentándole cosas como «¡Fíjate!, esta lámpara quedaría genial en tu salón».

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www.ikea.com

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