Collages digitales repletos de formas minimalistas, colores atrevidos y un pequeño toque de sencillez. Así es la nueva carpeta de ilustraciones de Anna Kövecses, ilustradora y diseñadora nacida en Hungría. Su carrera comenzó ilustrando cuentos para niños y ahora lo combina con su trabajo para grandes revistas y páginas web.
Anna Kövecses es una ilustradora que vive en un pequeño pueblo costero de Chipre. Ha dedicado su juventud a leer libros sobre arte y diseño y a idear logotipos. Pero esto todavía le sabía a poco, quería aprovechar al máximo su talento y comenzó a crear proyectos de ilustraciones, como pósters o portadas de libros. En 2013 ilustró un abecedario para que su pequeña de 4 años aprendiera con él, y se convirtió en todo un éxito en Hungría. Todos estos proyectos eran iniciativas propias. Del mismo modo que aprendió arte y diseño de forma autodidacta, también llevó a cabo sus obras por ella misma.
Sus proyectos comienzan con garabatos en una libreta que, por cierto, siempre le acompaña. Después, escoge sus mejores ideas y las proyecta en la pantalla de su ordenador. Las escoge de una manera rápida, intuitiva. No quiere que el perfeccionismo o el mero hecho de repensar una y otra vez sus decisiones terminen por estropear su idea. A lo que sí dedica más tiempo es en escoger colores que combinen, aunque muchas veces lamenta no ser más atrevida en sus mezclas.
Su última carpeta de ilustraciones está pensada para actualizar los “escaparates” de páginas web y revistas como Refinery29, Milk magazine, Nanushka y Mosaic magazine. Composiciones en abstracto y otras escenas más narrativas se entremezclan en sus ilustraciones. Le gusta enfocar sus ideas en pequeños detalles que están presentes en nuestro día a día, como un vaso, una mesa, o incluso los sentimientos, como puede ser el cariño y afecto de una madre hacia su hijo. Quiere demostrar que hasta los detalles más insignificantes pueden convertirse en algo bello y visual.