Ciudadanos, un paso atrás

Ciudadanos acaba de presentar un nuevo equipo, una refundación, y como suele pasar en estos casos: a nuevas caras, nuevo logotipo. Cambiar de logo, cambiar de imagen, habitualmente es el resultado de un proceso de cambio o reflexión interna que acaba explicitándose en un cambio externo. Es lógico que si quieren afrontar un nuevo reto, con nuevas caras, nuevo programas, nuevas ilusiones… eso se haga con un nuevo traje. El problema es que elegir un nuevo traje no siempre resulta fácil. Ciudadanos ha desarrollado un cambio, que era necesario. El momento lo pedía. Su logo no estaba tan viejo, ni tan obsoleto como para sustituirlo, tal vez, para hacerle unos pequeños retoques. En el imaginario colectivo todo el mundo sabía quién era «el partido naranja». Su branding tampoco estaba mal. En el imaginario colectivo todo el mundo sabía quién era «el partido naranja», y los conceptos que transmitía la imagen anterior eran positivos: cercanía, amabilidad, frescura… ese tipo de conceptos que transmiten una tipografía geométrica en minúscula bold, con fondo blanco y naranja. Esos valores han desaparecido por completo en la nueva marca. Diseñar una marca de un partido político es un proyecto muy muy difícil. Todo el mundo opina y en política es algo insoportable. No quiero ni pensar cómo debieron de ser las sesiones con el partido para llegar al punto de consenso en el que todo sale adelante. La actual marca ya no es fresca. No es limpia. El color verde de fondo la lleva a un lugar mucho más antiguo y rancio. La actual marca ya no es fresca. No es limpia. El color verde de fondo la lleva a un lugar mucho más antiguo y rancio. Ese verde me recuerda a esos tapetes de abogado viejuno. Además es un color que funciona muy mal en los medios, en pantalla, en web… es un verde casi negro. Auguro que el verde de fondo desaparecerá muy pronto. El uso de mayúsculas aleja la imagen de cercanía y «ciudadanía» de a pie. Las mayúsculas son autoritarias. Son más elegantes ya que usan un peso más fino, pero no dejan de ser un grito en mayúsculas. La construcción de la C en tamaños grandes es horrible y encaja muy poco con la C hecha con lineas. La marca anterior estaba mucho mejor integrada entre símbolo y tipo. Logotipo de Cannondale Utilizar un símbolo como ese es muy poco recomendable. Todos los diseñadores sabemos que de una C hecha con líneas vas a encontrar cientos de ejemplos iguales. Iguales iguales. No un poco parecidos. Y para un partido que aspira a ser único, diferente, con una identidad propia, que salgan todo tipo de empresas, y productos con tu logo, no es muy recomendable. Además si ya tuvieron un problema de «plagio» en la anterior marca, no tientes a la suerte con este nuevo icono, porque es muy probable que alguien esté ya redactando una demanda para ponerles la cara roja y de paso sacar algo de dinero. Y hay algo mucho más evidente. Solo hay que comparar. Es fácil saber quién es el partido azul, el rojo, el morado… y el ¿naranja? Si comparas los logos actuales de las diferentes formaciones políticas, todos tiene elementos muy rotundos y claros. Casi icónicos. La gaviota-corazón del PP sigue pareciéndome ilegible pero…Ciudadanos tenía un corazón con muchas banderas, que podría haber enfatizado, al igual que ha hecho Podemos con su círculo. Simplificar y reforzar es mejor que introducir un nuevo elemento que va a costar décadas que la gente integre. Bueno, eso si dura tanto, claro.

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