El Blanc Festival, el más festivo, divertido e inesperado de todos los eventos dedicados al diseño, ha alcanzado este año las diez ediciones. Lo ha hecho con grandes cabezas de cartel y referentes del sector que han aportado su visión más personal y profesional sobre el momento actual que vive la creatividad.
El viernes comenzaba, oficialmente, el Blanc Festival. Precedido de una jornada donde el alumnado de algunas escuelas de diseño se subió al escenario para defender sus proyectos (el jueves), los directores del evento Raúl Ramos y David d’Eboli no se pudieron resistir a hacer pública una noticia: el año que viene el evento se celebrará, ni más ni menos, que en el Museu del Disseny de Barcelona. El festival, así, tratará de ampliar su programación con exposiciones sin perder por ello su espíritu espontáneo y fresco.
Después, la primera masterclass del festival recayó en las manos de Alexandra Zsigmond, directora de arte neoyorquina que, durante siete años, formó parte de la sección de opinión del prestigioso New York Times. Mediante una presentación de sus trabajos más destacados, abordó el actual papel del diseño editorial incidiendo en el reto que supone la rapidez de esta disciplina en concreto. También ensalzó el papel de las redes sociales, y en especial Instagram, para conocer a nuevos perfiles dentro del mundo de la ilustración. Por otro lado, y respondiendo a las preguntas del público, admitió la influencia del gusto personal en el trabajo siempre que, eso sí, esté «justificado» objetivamente.
Justo después del break/comida, fue el turno de Mario Eskenazi, un nombre propio dentro del sector. El diseñador gráfico de origen argentino repasó los últimos años en su estudio y proporcionó sabios consejos a la audiencia en materia de clientes y equipo. Señaló, además, la necesidad de que creativo y cliente caminen en la misma dirección para llegar a un entendimiento beneficioso para ambos.
A continuación, la primera varieté del festival la protagonizó la politólogo Verónica Fumanal. La comunicadora y asesora política quiso desmontar la imagen de la política que se tiene en general, y trazar, brevemente, los motivos por lo que los políticos se comportan de la manera en que lo hacen hoy en día. Por todo ello, invitó a los asistentes a trabajar en este ámbito («hay clientes en política»), donde las imágenes son vitales.
A las 17:00 h. se subió al escenario el estudio de mapping y realidad virtual Onionlab. Se mostraron alguno de sus proyectos más destacados y se ahondó en las sinergias que permiten las nuevas tecnologías. Además, se presentó un trabajo en 3D en directo que permitió que el público se pusiera este tipo de gafas para verlo.
Después del break de la tarde, llegó el turno del estudio de diseño Esiete, y la directora de Insights de Massive Change Network (MCN) Bisi Williams. Los primeros hablaron sobre un documental que están preparando; mientras que Williams reivindicó el papel del diseño para generar un cambio consciente en el mundo.
«El diseño está en el ADN de todo lo que necesitamos cambiar y la gente también quiere ver ese cambio», mencionó sin dejar de reivindicar la inspiración y empatía.
Tras otra breve pausa, fue el director de arte y diseñador gráfico valenciano Luis Armero quien presentó una de sus historias más personales. En concreto, la de su hijo Alex, un niño con rasgos del trastorno espectro autista. Habló de la importancia de la inclusión (o, mejor dicho, convivencia) en una emotiva charla que arrastró uno de los aplausos más longevos de todo el festival.
El último ponente del viernes, Patrick Thomas, subió al escenario dispuesto a que no decayeran los ánimos. Y lo consiguió. A través de una presentación donde valoró su trayectoria y enseñó alguno de sus últimos proyectos (entre ellos uno que tiene como objetivo estudiar el concepto de «verdad» en las noticias), demostró que uno mismo es quien se pone los límites. Él, desde luego, no tiene, y así se percibió tras una de las charlas más inspiradoras del evento.
A las 10:00 h del sábado, la responsabilidad de despertar el auditorio recayó sobre Noe Blanco. La diseñadora de tipografías y miembro del estudio Klim Type Foundry se tomó muy en serio su labor y supo captar el interés en una conferencia donde explicó la parte más oculta de la tipografía a través de su trabajo, centrado en la producción tipografía, el hinting y la optimización de fuentes para pantalla. La «domadora de tipos» también detalló dos de sus proyectos más interesantes: la tipografía realizada par National Geographic y la que produjo para Wallapop, de la mano de Íñigo Jérez.
A continuación, la ganadora del Premio Crema al Talento Emergente en Diseño de este año, No queda Tinte (Marina Salazar), recogió el testigo. Explicó (con la mecánica voz de Siri como curiosa acompañante) de dónde surge su creatividad y reivindicó la necesidad de hacer proyectos propios que puedan contribuir a conseguir más clientes.
«No espero a que me llamen. Hago lo que quiero y luego muchas veces me han llamado, precisamente, por eso», apuntó.
El ilustrador Javi Royo, a continuación, se encargó de hacer una de las conferencias más divertidas. Mediante la empatía, concepto que utilizó para ir pasando por sus diferentes ilustraciones, consiguió mover al público de sus asientos, y acabó cantando una jota que le valió otra de las ovaciones más ruidosas del Blanc Festival. La vida, la muerte, o el ruralismo (pues vivió durante un tiempo en el pequeño pueblo de Sigüenza, en Guadalajera; una historia que no tiene desperdicio) protagonizaron parte de su charla.
El diseñador gráfico Jordi Duró y la humorista gráfica Monstruo Espagueti (alter ego de Anastasia Bengoechea) fueron los siguientes en tomar el escenario. Mientras que el primero reveló alguno de sus proyectos más interesantes y su trabajo como viñetista para el diario Ara; la segunda acercó su particular manera de contemplar el mundo a la audiencia mediante un repaso por su Instagram y post más populares.
Tras la comida, tocó un reencuentro: el de los Amics del Blanc. Conmemorando la décima edición del Blanc, la organización invitó a antiguos ponentes que estuvieron en otros años sobre el escenario del festival. La ceramista Ana Illueca, el estudio Eide Estudio, la diseñadora sostenible Núria Vila y la agencia The Bold volvieron a subir a las tablas para hablar sobre diseño, trayectoria y futuro. Lo hicieron moderados por Óscar Guayabero, que haciendo de «barman», guio la conversación entre todos los componentes.
Luego, los componentes de Ana Mirats Studio (con ella misma y su perro Harpo a la cabeza) teatralizaron una semana en su trabajo a través de un curioso guion literario que proyectaron. También decidieron describir sus trabajos a través de los ojos de personas que no tienen relación con el sector, y grabaron encuentros con gente de su vecindario a la que le preguntaron por cómo valoraban sus proyectos. Algunas de las respuestas propiciaron más de una carcajada. Por último, se anunció en exclusiva que este estudio se encargará de la gráfica del Blanc Festival 2019.
Después fue el turno de Naranjo-Etxeberria. A través de la marca Supreme pusieron en valor la exclusividad, uno de los rasgos que están incluyendo cada vez más en su trabajo. Además, anunciaron su voluntad de convertir su estudio en una marca. Para ello, pusieron diferentes ejemplos de cómo estas se relacionan con su público.
Las dos últimas conferencias, protagonizadas por Bruce Mau y Alex Trochut, se esperaban con gran expectación y no defraudaron. Mau, creador del famoso Manifiesto Incompleto para el Crecimiento, puso sobre la mesa la necesidad de tener unos principios. Contó cómo el hecho de criarse al norte de Canadá (en una pequeña casita en medio del bosque) e ir todos los días a por agua, le hizo detectar con más facilidad las necesidades de los demás. También mencionó la importancia de diseñar para la perpetuidad haciendo el mundo, así, más sostenible. El público estalló cuando el celebre diseñador y director de Massive Change Network (MCN) terminó su conferencia, y le obligó a salir de nuevo al escenario con una larga ovación.
Por último, Alex Trochut subió al escenario. El diseñador gráfico y de tipos presentó algunos de sus trabajos y habló sobre los últimos proyectos que estaba desarrollando. Comenzó la charla hablando sobre su abuelo, Joan Trochut, y Super-Veloz, homenaje que hizo que la audiencia también vitoreara sus palabras. Finalizó, por último, incidiendo en la necesidad de que los creativos sepan usar las herramientas tecnológicas de su momento.
Todavía con Trochut sobre las tablas, los directores del Blanc Festival, Raúl y David, salieron a respaldar al profesional y recordar que en 2019 los asistentes tienen una nueva cita con ellos en el Museu del Disseny. Allí estaremos de nuevo. Mientras tanto, ¡hasta el año que viene, Blanc!
Actualizado 26/10/2018