El billete de 100 dólares se reinventa para hacer frente al Súperdolar norcoreano

El billete de 100 dólares es toda una celebrity. Es el billete de mayor circulación en todo el mundo. Un objeto de deseo codiciado por muchos, pero especialmente por los falsificadores. Y cuando decimos falsificadores no nos referimos solo a los de guante blanco o a las mafias que inundan el mercado a mediana escala con falsos billetes con la cara de Benjamin Franklin, sino también a países, como es el caso de Corea del Norte, sobre el que cae la sombra de haber montado una gran industria de la falsificación –según el servicio de EEUU, el régimen de Pyonyang ha ganado de 15 a 25 millones de dólares–.
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Para hacer frente a la falsificación de moneda, el emblemático billete que luce el retrato de Benjamin Franklin en su anverso y el edificio del Salón de la Independencia de Filadelfia en el reverso ha estrenado diseño. Entre los distintivos de seguridad que incorpora el nuevo billete de 100 dólares cabe destacar dos: una cinta azul tridimensional tejida, no impresa, y un logo de la campana de la libertad dentro de un tintero de color cobre que cambia a verde. Ambos elementos, según las autoridades, son particularmente difíciles de replicar. Estas nuevas medidas se combinan con otras convencionales, como una filigrana y un hilo de seguridad grabado que se vuelve color rosa bajo luz ultravioleta. También que el número 100 en la esquina inferior derecha cambia de color cobre a verde.

El diseño de este nuevo billete de 100 dólares antifalsificación ha llevado más de una década. En el proyecto han trabajado conjuntamente la Reserva Federal, el Servicio Secreto y el Departamento de Hacienda de EEUU. Por un lado, los billetes tienen que ser fáciles de producir de forma barata y en grandes cantidades por el gobierno, y a la vez ser difíciles de copiar en pequeñas cantidades por los falsificadores. La complejidad todos estos elementos ha provocado que su introducción esté plagada de problemas de producción que han demorado su puesta en circulación casi tres años.

En los últimos años, los sistemas de falsificación han avanzado notablemente gracias al software y nueva tecnología que permite diseñar el dinero falso más fidedignamente, con copias en alta resolución que son difíciles de detectar. El Servicio Secreto calcula que los billetes falsos representan un 0,01 % del 1,1 billón de dólares en circulación.

Con el rediseño de este nuevo billete de 100 dólares parece que todo se complica a los defraudadores. Según declaraciones de Wasilenkoff Chadwick, presidente ejecutivo de la compañía de papel de seguridad Fortress Paper para la BBC: «No es un pequeño paso más para la seguridad; es un paso gigantesco». Así mismo, en declaraciones de Michael Lambert, director asociado de la Junta de la Reserva Federal, el nuevo billete de 100 dólares es «el más avanzado para afrontar las amenazas de seguridad a la moneda estadounidense».
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+info: newmoney.gov

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