El Anuario de la Creatividad vuelve a sus orígenes en su XX aniversario

Hace 20 años Enric Aguilera firmaba la primera edición del Anuario de la Creatividad, y con este primer volumen sentaba las bases del cumplimiento de un legado que se ha ido transmitiendo generación tras generación de creativos.

Este 2019, el estudio valenciano Dídac Ballester firma la nueva edición del Anuario en un trabajo con un claro guiño en la portada al trabajo del maestro Aguilera.

«Este año es el XX aniversario del club, con ello se cierra un ciclo, y qué mejor que se cierre como había empezado», señalan los diseñadores Dídac Ballester y Nacho Pérez, responsables del diseño de esta edición.

«Inicialmente, valoramos diferentes portadas con diferentes líneas de trabajo, pero veíamos que quedaba todo un poco gratuito, hasta que vimos ese cierre de ciclo y pensamos en retomar la cubierta de Enric»

«Era perfecta para cerrar esa etapa», explica Dídac Ballester. «Lo que hemos hecho ha sido aplicar lo que él planteaba; coger esos 300 guiones y marcar el año correspondiente, siguiendo el juego que Enric Aguilera planteó en el año 2000». A partir de ahí, los cambios son notables.

Por ejemplo, el libro incluye un guiño al 20 aniversario con las dos XX que se incluyen en un sobrecito a modo de tatuaje de regalo en la página 2. Un elemento se repite en las fotos del jurado.

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Así mismo, el sistema de reproducción es diferente y el plástico de la cubierta desaparece, adaptándolo a un papel Fedrigoni Limone y generando dos niveles de lectura, uno de los aspectos que cabe resaltar.

DOS NIVELES DE LECTURA

La idea de que el Anuario conste de dos bloques obedece a una cuestión de estructuración de la lectura. En este proyecto editorial hay muchísimos trabajos y muchísima información; tanta que en ediciones anteriores había un problema en cuanto a lectura, donde los contenidos podían resultar confusos y caóticos. «Con este escalón, lo que hemos hecho es colocar en un primer nivel la parte institucional —la descripción de los jurados, el premio de honor, el palmarés…— y todo ello con una tipografía romana que le da un poco de estilo y se acerca un poco más a las editoriales de moda», explica Dídac. «Y en el segundo bloque dejábamos, en plan muy rígido y muy sólido, todas las piezas que han sido premiadas; todo ese contenido se presenta muy estructurado, ordenado físicamente y visualmente de un golpe, en contraste con esa primera parte».

Es una manera de diferenciar visual y físicamente esas dos dimensiones de la información.

Este sistema de estructura también permite darle al Gran Prix una relevancia especial. «Hay que tener en cuenta que no todos los años se otorga este gran premio», aclara Dídac, «y mediante esta manera de dividir la información en dos bloques, servía para cerrar la primera parte e iniciar la segunda parte», remarcando su posición en el Anuario. «El Gran Premio es el primer pliego del segundo apartado y va enmarcado dentro de una carpetita amarilla y luego ese gran premio va dentro con todos los premios que ha recibido».

Uno de los mayores retos fue dotar de estructura y estilo las páginas del palmarés que hay al final del primer bloque. «Nos interesaba que ese bloque no fuera una simple información de los premiados, sino que funcionara además como índice y que estuviera todo perfectamente estructurado: categoría –alimentación, bebidas, bancos—, tipo de premio —oro, plata, bronce— y luego el título del proyecto y la página donde puedes localizarlo», comenta. «De ahí que buscáramos que la estructura fuera muy editorial, pero sobre todo que fuera muy funcional».

EL PAPEL, UN ELEMENTO CLAVE

El estudio Dídac Ballester se ha encargado de todo el proceso con total libertad. «El proyecto partía de un precio global para la edición, el diseño, la fotografía, incluso decidiendo la imprenta y los proveedores con los que queríamos trabajar». Un elemento clave en el proyecto ha sido esa elección de materiales y la colaboración de los proveedores.

«Sabíamos los problemas a los que nos íbamos a enfrentar a la hora de reproducir gran cantidad de imágenes, el volumen, el peso».

«Si hubiéramos elegido un cuché pesaría una barbaridad, lo que implicaría un encarecimiento brutal del envío por correo. Y ahí sí que tuvimos mucho asesoramiento por parte de los proveedores. En el papel, por ejemplo, nos ofrecieron distintos planteamientos y opciones de tipología y gramajes; lo mismo que desde la imprenta que nos ofrecieron diferentes tipos de encuadernación y acabados para ver y probar hasta decidir lo que mejor encajaba».

De esta forma, el anuario pesa, pero para lo grande y lo voluminoso que es, cuando lo tenemos en mano y hojeamos sus páginas, comprobamos que es más ligero de lo que en apariencia nuestros ojos nos muestran. Y también más cómodo de manejar e identificar la información más relevante o que más nos interesa.

Así, juego de gramajes abarca del Fedrigoni Sirio Limone que varía entre los 290 gr y los 170 gr para las cubiertas y el interior con Fedrigoni Arcoprint Milk de 100 gr.

Y aunque el papel interior clarea un poco, mostrando lo que hay en las páginas anteriores y posteriores, para el estudio valenciano ésta fue la decisión más acertada:

«Hicimos unas maquetas y vimos que realmente no nos molestaba; en un gramaje superior quedaba todo demasiado rígido, y en esta opción, nos gustaba la textura y cómo funcionaba el papel en cuanto a flexibilidad».

En un proyecto con más de 130 piezas diferentes, con imágenes de lo más variopinto, con buena, mala y malísima calidad, se hacía necesario elegir un papel que no marcara esas diferencias. «De ahí que buscáramos este tipo de papeles que te lo empastan todo un poquito, porque de esta forma se favorece que todas las imágenes estén a un mismo nivel», dice. «Si hubiéramos utilizado un tipo de papel un poco más satinado, el problema estaría en que de repente habría mucho contraste entre imágenes buenas y malas, mucha fluctuación con los jpg bien hechos y los que están mal hechos».

Si atendemos a los datos —132 campañas distintas, algunas de ellas premiadas más de una vez, lo que implica 247 piezas en total las que aparecen en el Anuario, realizadas por 50 agencias para 100 anunciantes— y observamos el Anuario, tan solo podemos decir que el resultado es impecable, tanto en la limpieza en que se muestra la información como en la funcionalidad.

→ http://www.didacballester.com/es/